El sentimiento religioso está en la base de la vida misma, dando una orientada tendencia hacia las posibilidades evolutivas de la mente. Esta enorme fuerza que opera en el hombre supera a los instintos básicos de conservación, empujando al siquismo a ir más allá del límite que ponen las necesidades orgánicas.
Tal fuerza puede ser canalizada amablemente en el sentido de la Trascendencia, pero también encadenar al hombre. Las religiones externas son casos de traducciones deformadas de este sentimiento, al exponer objetos externos para completar a la conciencia. Las falsas místicas también han malinterpretado el fenómeno, con oscuras traducciones.
Teniendo esto en cuenta y lejos de toda fetichización, pueden observarse las enseñanzas de los grandes maestros para comprender el clima que campea en Sicología Trascendental.
Este sentimiento se registra cuando la conciencia actúa con calma, atención y vigilancia sobre sí misma. Surge así el interés por este punto, interés que permite comprender el trabajo de Escuela en su contexto no profano sino altamente religioso.