En cuanto a niveles de conciencia, decimos que ese circuito adquiere características diferentes según se encuentre trabajando a un nivel de sueño, de semisueño, de vigilia, o en otras posibles. Hay gradaciones entre los niveles de conciencia, no diferencias tajantes.

Hablar de niveles, es hablar de diferentes operaciones y del registro de esas operaciones. Es gracias a ese registro que puede distinguirse entre distintos niveles de conciencia, y no se puede tener registro de los niveles como si éstos fueran ámbitos vacíos.

Características de los niveles

De comienzo puede afirmarse que los distintos niveles de conciencia cumplen con la función de compensar estructuradamente al mundo (entendiendo por «mundo” a la masa estructurada de percepciones, representaciones, etc., que tienen su origen en los estímulos del medio externo e interno). No se trata simplemente de que se den respuestas, sino de que se dan respuestas compensatorias estructurales.

Esas respuestas son compensaciones para restablecer el equilibrio, en esa relación inestable que es la relación conciencia-mundo; medio-siquismo.

Cuando va quedando energía libre del trabajo que se hace en el funcionamiento vegetativo, los niveles van ascendiendo porque van recibiendo energía que los abastece.

Sueño profundo

En este nivel, el trabajo de los sentidos externos es mínimo, no hay otra información del medio externo que aquella que supera el umbral que pone el mismo sueño. El trabajo del sentido cenestésico es predominante, aportando impulsos que son traducidos y transformados por el trabajo de los mecanismos asociativos dando lugar al surgimiento de las imágenes oníricas.

Las características sustantivas de las imágenes en este nivel son su a poder de sugestibilidad y su capacidad hipnótica El tiempo sicológico y el espacio se encuentran modificados con respecto a la vigilia, y la estructura acto-objeto aparece frecuentemente sin correspondencia entre sus elementos. Del mismo modo, climas y situaciones se suelen independizar mutuamente.

Es típica la desaparición de los mecanismos críticos y autocríticos que a partir de este nivel van a ir aumentando en su trabajo a medida que aumenta el: nivel de conciencia.

La inercia de los niveles y el ámbito formal propio que colocan, hacen que la movilidad y el pasaje de uno a otro se haga paulatinamente; (así, la salida y la entrada al sueño se harán pasando por el semisueño).

El tono de este nivel al igual que el de los demás puede ir desde un estado activo a otro pasivo. En este caso el sueño pasivo es sin imágenes, mientras que el activo es con imaginación alegorizante (registrable desde afuera por los movimientos oculares que ahí tienen lugar)

Semisueño

En este nivel, que antecede a la vigilia, los sentidos externos comienzan a enviar información a la conciencia, información que no es totalmente estructurada porque hay también interferencia de ensoñación y presencia de sensaciones internas. Los contenidos del sueño pierden poder sugestivo cuando siguen apareciendo, debido a la semi-percepción vigílica que da nuevos parámetros. La sugestibilidad sigue actuando sobre todo en el caso de algunas imágenes muy vividas (llamadas hipnagógicas) que tiene gran fuerza. Por otra parte el sistema de ensueños frecuentes, que puede menguar en vigilia y desaparecer en el sueño, reaparece.

Es en este nivel donde el núcleo de ensueño y los ensueños secundarios son mas fácilmente registrables, por lo menos en sus climas y tensiones. clásicos. El modo de ensoñación propio de este nivel se suele trasladar por inercia a la vigilia, proporcionando la materia prima para la divagación, aunque en ésta también aparezcan elementos de percepción vigílica.

El coordinador en este ámbito, puede ya realizar algunas operaciones. Mencionemos también que este nivel es sumamente inestable y por ello de fácil desequilibrio y alteración.

También encontramos Los estados de semi-sueño pasivo y activo; el primero de ellos ofrece un pasaje fácil al sueño; el otro lo ofrece a la vigilia. Este estado del semi-sueño activo es una importante fuente de fenómenos especiales, tal es el caso de los fenómenos paranormales. Es conveniente hacer otra distinción: hay un semi-sueño activo por alteración y otro más calmo y atento, siendo interesante tal momento de la conciencia, para los posibles trabajos en el terreno de lo paranormal. El semi-sueño alterado, en cambio, es la base de las tensiones y climas que con fuerza e insistencia pueden llegar a la vigilia ocasionando ruidos y modificando la conducta, haciéndola inadecuada a la situación ambiental. :

El rastreo de los climas y tensiones vigílicas debe hacerse en el semi-sueño activo alterado, y el rastreo de actitudes paranormales debe hacerse en el semi-sueño activo atento o alerta.

Los distintos estados, activos y pasivos están dados por el tono o intensidad energético propio de cada nivel. Los tonos dan la intensidad gradual que pueden tener tanto los climas emotivos, como las tensiones.

Vigília

Aquí los sentidos externos aportan un mayor caudal de información, regulando, por inhibición, a los sentidos internos y posibilitando que el coordinador se oriente al mundo en el trabajo del siquismo de compensación del medio.

Funcionan aquí los mecanismos de abstracción y los mecanismos críticos y autocríticos, llegando a altos grados de manifestación e intervención en las tareas de coordinación y registro. Los mecanismos de reversibilidad, de los que en los niveles anteriores se tenía mínima manifestación, pueden aquí operar ampliamente, permitiendo al coordinador equilibrar a los medios internos y externos, la sugestibilidad en los contenidos infravigílicos disminuye al aumentar los puntos de referencia.

Hay un tono de vigilia activa que puede ser atenta, con máximo manejo de la apercepción, o alterada. -La vigilia pasiva también puede ser atenta o alterada- En este último caso aparece la divagación silenciosa y los ensueños mas o menos fijados, o sea la «mentación ordinaria».