- A los tonos se los considera en cuanto intensidad energética. Las operaciones en cada nivel pueden ser efectuadas con mayor o menor intensidad, con mayor o menor tono. Hay vivencias del siquismo que pueden manifestarse con mayor o menor intensidad de acuerdo al tono predominante y en ocasiones ser alterados por éste, convirtiéndose en factor de ruido.
- Los climas, son estados de ánimo, que por su variabilidad aparecen intermitentemente y pueden cubrir a la conciencia durante un cierto tiempo, tiñendo todas las actividades del coordinador. En ocasiones los climas corresponden a las operaciones que se efectúan, y acompañan concomitantemente al coordinador sin perturbarlo, facilitándole en este caso su trabajo. Cuando ésto no sucede así, ocasionan ruido. Estos climas pueden fijarse en el siquismo y perturbar a la estructura completa, impidiendo la movilidad y facilidad de desplazamiento de los climas oportunos. Estos climas fijados circulan por todos los distintos niveles y así pueden pasar de la vigilia al sueño, continuar allí y volver a la vigilia, y así siguiendo durante largo tiempo, restando libertad operativa al coordinador. Otro tipo de clima es el situacional, que aparece en situaciones especiales para el siquismo, en las cuales irrumpen, entorpeciendo las respuestas adecuadas a la situación.
- Las tensiones tienen una raíz más física, más corporal, ya que es el sistema muscular el que interviene, siendo en la musculatura donde se tiene un registro más directo de ellas. La vinculación con el siquismo no siempre es directa, ya que al relax muscular no le acompaña directamente un relax mental, sino que la conciencia puede continuar con tensiones y alteración, mientras que el cuerpo ya ha conseguido relajarse. Esta diferencia entre tensiones síquicas y físicas permite distinciones operativas más precisas. Las tensiones síquicas están vinculadas a las expectativas excesivas, en las que el siquismo es llevado a una búsqueda, a un «espera de algo», que ocasiona fuertes tensiones de dificil distensión.
- Los contenidos mentales aparecen como objetos formales de conciencia, son formas compensatorias que la conciencia organiza para responder al mundo. Aparece así la correspondencia o no, entre las actividades o necesidades del siquismo y los contenidos que aparecen en el coordinador. Si se está efectuando una operación matemática, será oportuna allí la representación numérica, pero una figura alegórica resultará inoportuna y actuará como ruido y como foco de distracción.
Todos los factores de ruido, además de entorpecer el trabajo, son focos de distracción que sacan de tema desorientando al siquismo y restándole energía.
Los contenidos de conciencia, mientras actúan en su nivel de formación, tienen una significación de importancia para el coordinador, pero al salirse de su nivel formal característico entorpecen las tareas de coordinación. Haciendo una disgresión: hay una operatoria que básicamente trata de eliminar las tensiones que alteran la vigilia, por medio de descargas completas que se regulan desde el centro productor de energía. Así, pueden disminuirse los contenidos, climas y tensiones que desde niveles inferiores, perturban la vigilia.
También resultan de gran utilidad los registros precisos de los estados calmos en vigilia, para operar restableciendo la normalidad en base a esos registros.
En el caso de lo climas que se fijan, hay una operatoria para transferir estos climas de sus imágenes correspondientes a otras de menor importancia para la conciencia. De tal modo, los climas van perdiendo fijeza, disminuyendo la perturbación vigílica. En síntesis: los cuatro tipos de vivencias mencionados, en tanto tienen adecuación a las operaciones del coordinador son factores favorables, cuando son inadecuados por no corresponder a dichas operaciones, resultan factores de ruido y distracción, alterando el siquismo.