El siquismo aparece como el coordinador de la estructura ser vivo – medio: es decir, de la estructura conciencia – mundo. El resultado de tal coordinación es el equilibrio inestable en que esta estructura va a trabajar y procesar. La información externa va a llegar a los aparatos especializados que trabajarán en distintas franjas de captación. Estos aparatos, son los sentidos externos. La información del medio interno, del intracuerpo, llegará a los aparatos de captación que son los sentidos internos. Las huellas de esta información interna y externa y también las huellas de las operaciones mismas de la conciencia en sus distintos niveles de trabajo, van a recibirse en el aparato de memoria. Así, el siquismo va a coordinar datos sensoriales y grabaciones de memoria. Por otra parte, el siquismo en esta etapa de su desarrollo cuenta con aparatos de respuesta al mundo, respuestas muy elaboradas y de distinto tipo (como son las respuestas intelectuales, emotivas o motrices). Estos aparatos son los centros ya estudiados (1). En el centro vegetativo están las bases orgánicas de las funciones vitales del metabolismo, reproducción y locomoción (aún cuando ésta se ha especializado en el centro motriz), así como también los instintos de conservación y de reproducción. El siquismo va a coordinar estos aparatos y también las funciones e instintos vitales. Además, en el hombre se da una estructura de relación con el medio (denominada «personalidad») que va sirviendo a la adaptación. La estructura de personalidad tiene que ajustarse continuamente a las situaciones distintas y variables del medio; esta capacidad de adecuación acertada, exige de una compleja dinámica situacional que el siquismo también deberá coordinar manteniendo la unidad de la estructura completa. Por otra parte, el proceso biológico por el que atraviesa el hombre, desde el nacimiento y la niñez, pasando por la adolescencia y la juventud, hasta la madurez y la vejez, va modificando marcadamente la misma estructura interna que atraviesa etapas vitales de distintas necesidades y relaciones ambientales (al comienzo dependencia del ambiente, luego instalación y expansión en el mismo, tendiendo a conservar la posición, para finalmente alejarse). También este proceso va necesitando de una coordinación a lo largo del tiempo. Todas estas actividades necesitan coordinación: sensaciones, memoria, trabajo de la conciencia, relaciones con el mundo y procesos de etapas vitales, para que sea posible la supervivencia y la evolución.
(1) Ver: La estructura del hombre. En «Siloismo» de H. van Doren. Ed. Transmutación.