Los sentidos tienen por función recibir y suministrar datos a la conciencia y a la memoria que serán organizados de distinta manera, según necesidades y tendencias del siquismo. El aparato de sentidos encuentra su origen en un tacto primitivo que progresivamente se ha ido especializando. Diferenciamos entre sentidos externos, según detecten información del medio externo, y sentidos internos, según capten información del interior del cuerpo. De acuerdo a su tipo de actividad pueden ordenarse como: sentidos químicos (gusto y olfato); sentidos mecánicos (el tacto propiamente dicho y los sentidos internos de cenestesia y kinestesia: y los sentidos físicos (oído y vista). En los sentidos internos, el cenestésico proporciona la información del intracuerpo; hay quimioseptores, termoseptores, baroseptores y otros; también la detección del dolor juega un papel importante. El trabajo de los centros es detectado cenestésicamente, como así también los distintos niveles del trabajo de la conciencia. En vigilia, la información cenestésica tiene un mínimo de registros por cuanto es el momento de los sentidos externos, todo el siquismo está moviéndose en relación con el mundo básicamente. Cuando la vigilia baja, la cenestesia aumenta su emisión de impulsos, de los que se tiene un registro deformado, actuando como materia prima para las traducciones que se harán en semisueño y sueño. El sentido kinestésico suministra datos del movimiento y de la postura corporal, del equilibrio y desequilibrio físico.
Características
Son características comunes de los sentidos:
- Todos efectúan, en sí mismos, actividades de abstracción y estructuración de estímulos, según sus aptitudes. La percepción es producida por el dato más la actividad del sentido.
- Todos están en continuo movimiento barriendo franjas.
- Todos trabajan con memoria propia que permite el reconocimiento del estímulo.
- Todos trabajan en «franjas» de acuerdo a un tono particular que le es propio y que debe ser alterado por el estímulo: para ésto es necesario que el estímulo aparezca entre umbrales sensoriales: un umbral mínimo por debajo del cual no se percibe y un umbral de máxima tolerancia que cuando es sobrepasado produce irritación sensorial o saturación. En caso de que exista «fondo de ruido» (proveniente del mismo sentido o de otros sentidos, de la conciencia o de la memoria), el estímulo debe aumentar su intensidad para que sea registrable, sin sobrepasar el umbral máximo para que no haya saturación y bloqueo sensorial; cuando tal cosa sucede, es imprescindible hacer desaparecer el ruido de fondo para que la señal llegue al sentido.
- Todos trabajan entre estos umbrales y límites de tolerancia que admiten variaciones según educación y necesidades metabólicas (que es donde se encuentra la raíz filogenética de la existencia sensorial). Esta característica de variabilidad es importante para distinguir errores sensoriales.
- Todos traducen las percepciones a un mismo sistema de impulsos electroquímicos que son los que van a ser distribuidos por vía nerviosa al cerebro.
- Todos tienen localizaciones terminales nerviosas (precisas o difundidas) siempre conectadas al sistema nervioso central y periférico o autónomo, desde donde opera el aparato de coordinación.
- Todos se encuentran vinculados con el aparato de memoria general del organismo.
- Todos presentan registros propios, dados por la variación del tono al presentarse el estímulo y en el hecho mismo de la percepción.
- Todos pueden cometer errores en la percepción. Estos errores pueden provenir del bloqueo del sentido (por irritación sensorial por ej.), por falla o deficiencia del sentido (miopías, sorderas, etc). También por falta de intervención de otro u otros sentidos que ayudan a dar parámetros a la percepción (se oye algo como lejos y al verlo, está cerca, por ej.). Existen errores de creación artificial, por condiciones mecánicas por ej. tal es el caso de «ver luz» al hacer presión en los globos oculares; o la sensación de que el cuerpo se agranda, al haber una temperatura externa similar a la de la piel. A todos estos errores de los sentidos se los denomina genéricamente «ilusión» .