Les estamos pidiendo a los delegados de grupo que formen estructuras. El delegado de grupo sabe, debe conectar con un montón de personas en primer término, que va a hacer un grupo, no una estructura, porque se tiene que mover con un cierto liderazgo y que ese grupo va fluctuando de acuerdo a como fluctúa el que lleva ese grupo. Entonces es un grupo, un conjunto que agrupa alrededor de una persona y que no tiene una cantidad de condiciones, de requisitos para ser una estructura. Para que ese grupo se convierta en estructura será necesario además que diferencien funciones, que uno cumpla con la función administrativa y otro apoyo, otros que se repartan trabajos entre sí, etc. Cuando en los momentos actuales un delegado de grupo se propone hacer todo eso, se le levanta una montaña, empieza a crecer el Everest. Y él quiere hacerlo, pero… está complicado. El que arranca, no hablamos del que ni siquiera arranca, tiene un lío entre lo que quisiera hacer y lo que no puede hacer. Esos delegados de grupo se ponen en marcha y han conseguido integrar a nueva gente, pero no han armado esas estructuras del modo que decimos, que diferenciación de funciones y todo ese trabajo, que si gente de segunda instancia, que si él en primera, todo eso que sabemos.
Porque son empujadores, son estructurales, son organizadores y todo eso, solo han podido hacer llegar gente a su estructura de distintos puntos, de distintos lados y uno a uno. Y del otro modo, cuando se le planteo de montar un grupo de gente, han tenido problemas. Porque hay gente, no se si en todas las líneas, pero hay, gente que efectivamente ha crecido no estructurando sino uno a uno. Y no es poco si está bien orientada la cosa. Acá se presentan los siguientes problemas, que es el destino final al que va dirigida nuestra acción: la base social. Resulta que empiezas a acercar gente, a integrar a esa gente como delegado de grupo y la orientamos, la dirigimos hacia el barrio. Porque, ¿cómo hemos hechos las hojas de barrio, los locales, la actividad en la base y demás? A ver, ¿con qué?, ¿con gente que ya estaba en el barrio? No nos importa nada la procedencia de la gente, sino que nos importa a donde va a terminar el lío. También nos vamos a encontrar, como nos ha pasado en una etapa anterior, con que mucha gente que no viene de los barrios, tampoco se aplica en los barrios pero hace cosas, está en todas las actividades, está empujando. Y sin embargo, él personalmente, no se termina aplicando en el barrio, aún cuando la mayoría termina aplicándose allí. Un porcentaje se aplica en el barrio, otro porcentaje no se aplica en el barrio pero sabemos cual es la dirección.
¿Y qué me dicen de las poblaciones flotantes? Aquella gente que vive un tiempo en un lado y luego se va a otro y se traslada. Poblaciones muy grandes de gente que cambian de lugar. ¿Dónde está el arraigo, así viva en un barrio o en una zona? Ojo a ese fenómeno. No pensemos en el antiguo barrio, donde vivieron los abuelos y ahora vive él, entonces le damos esa continuidad histórica, como un farol o como esa piedra. ¿El va a seguir viviendo en el barrio…? ah no, no, a ese le salió un trabajo en otro lado y raja. Y pasan muchos fenómenos extraordinarios. Así que la permanencia de los individuos, a futuro, en los barrios, va a ser dudosa. Aunque existan los barrios la gente se va a ir moviendo. Pero eso es otra cosa. Volvamos al tema.
Estamos hablando del modo de trabajo de las estructuras en la base. Y el modo de trabajo de las estructuras en la base, si es montando un grupo, estructurándolo, diferenciando funciones, armando instancias, ofrece hoy ciertos problemas. ¿Es que esos delegados de grupo no saben como hacerlo? Sí saben como hacerlo. Es más, en otros momentos lo ha podido hacer. Hoy no puede, aunque quiera. Entonces, sinteticemos: el modo de trabajo de los delegados de grupo es el uno a uno y venga la gente de donde venga, porque sabemos muy bien cual es la dirección adonde vamos: termina llevando a la base social todo el lío. ¿Qué va a pasar con aquellos que no se van a aplicar a la base social? Que se apliquen a lo que sea, pero que se apliquen y que estén en todas. Que sepan cual es la dirección.
En los barrios la intención de los delegados de grupo nuevos que se integran en los barrios es que en un tiempito más, una vez que se integraron y saben de que va la cosa, tienen un objetivo claro de trabajo: nueva hoja de barrio, nuevo local, multiplicar lo que ya hay en ese barrio. Y no hacer engordar con miembros de estructura ese local que ya existe, de modo que se le hace resistencia a la llegada de nueva gente. Así que, estoy trabajando en un barrio, estoy integrando gente con el uno a uno, viene esa gente, trabajamos en conjunto, conocen como hacemos la hoja, él ve como se maneja el local, como salimos, como contactamos con la gente, él está en el tema del conflicto, él sabe de qué se trata. Y bueno, en ese estado, ¿qué está esperando para iniciar las actividades en otro punto de ese barrio? Uno de los nuestros; a veces dos, a veces tres; ha podido montar todo ese despelote. Y ahora estamos diciendo lo mismo, que estos otros que se integran hagan lo mismo, que se multipliquen. Con otros locales, otras hojas de barrio. Y los miembros de estructura que hoy están impulsando eso, no pueden hacerlo porque cada día sería más trabajo, se enquilomba todo el trabajo si tienen que abrir otro local y otra hoja. Y ésto no termina nunca. Nos falta personal. Si queremos más actividades, más locales, más hojas y más dinámica, más personal. Y si integramos gente del barrio, que les quede claro que hay técnicas para sacar la hoja, para armar los locales. Hay técnicas para hacer las cosas. Lo podemos pautar y dar nuestra enseñanza con esa tecnología precisa. Los delegados de grupo que se van integrando, en poquito tiempo y de acuerdo con sus posibilidades los vamos empujando para que formen nuevos núcleos de acción, es decir hojas de barrio, locales y todo aquello. Ese destino está claro. Estamos en la base. Si a la gente que se va integrando la aplicamos en la misma base, vamos a encontrarnos con un fenómeno de resistencia que ya lo tenemos muy conocido: y es que la gente se siente tan bien, tan sólida, tan bien entre ellos que hacen un fenómeno estructurador de tal manera que produce una barrera con sus códigos, con sus cosas. Y entonces al que llega lo miran de un modo raro, al que llega por primera vez. Se hace barrera. Si está creciendo su estructura justamente en el barrio, y hay nuevos delegados de grupo en el barrio…
Pero hoy la cosa es bastante homogénea, porque estamos trabajando con la gente del lugar que se aplica en el lugar, estamos trabajando en contacto con ellos, unos se pasean por un local y por otro pero cada uno está haciendo su trabajo específico y rapidito sale la tarea de hacer cosas. Pero si resulta que nuestra estructura se va formando con gente que están en otros lugares, delegados de grupo pero que no son del barrio, que no se aplican en el barrio, muchos de ellos empiezan a colaborar en otras actividades y si no se aplican les damos actividades porque hay muchas. Si a un delegado de grupo no le damos actividades no tiene ninguna gracia. En alguna cosa tendrá que estar, de las diversas que hagamos. ¿Dónde colectamos a los nuevos delegados de grupo? Un delegado de grupo de un modo más o menos esporádico va juntando gente… ¿dónde lo juntamos, adónde nos ponemos de acuerdo… dónde se conocen, dónde intercambian, dónde refuerzan su actividad? En una reunión. Hacemos los trabajos internos que hemos dicho con todos los delegados de grupo en una reunión, y además, planificamos nuestras cosas, hablamos de actividades, la gente se conecta, y comienza a funcionar el espíritu de conjunto. ¿Y cuándo un delegado de grupo se convierte en un delegado de equipo? Cuando hay diez delegados de grupo puestos en marcha. Las estructuras se van a hacer solas. No las comienza a hacer el delegado de grupo, porque el delegado de grupo se ocupa del uno a uno, venga de donde venga. Y los reúne a esos que van viniendo, y se pone a hacer trabajo con ellos, y les explica las intenciones, lo que necesitamos, lo que vamos a hacer. Se siguen juntando individuos hasta que se está en condiciones numéricas y de trabajo aceptables como para decir: muchachos, esto es una estructura. «Esto que somos nosotros, ésto, es una estructura». Y trabajamos organizadamente en estructura. Y está estructura está incluida en una línea. Y así vamos.
Si el delegado de grupo enfoca la cosa al revés, va a tener muchas dificultades. Así que: integro individuos vengan de donde vengan, los relaciono en la reunión semanal, nos ponemos a hacer trabajos y empezamos a dar tareas, actividades. Porque si no hay actividades, problema con ese número muerto, que integramos como delegado de grupo pero es un número muerto si no es aplicado. Un número que no es aplicado es un número muerto. Tenemos que dar actividades. La propuesta es que vamos a trabajar en conjunto, vamos a la calle en modo organizado y vamos a llevar actividades de cambio adelante. Y ningún número muerto, rapidito empezamos a dar tareas. Nos preocupamos de que los delegados de grupo se integren y cuando se integren en número y calidad suficiente tornamos a esa estructura estable con un delegado de equipo. ¿Y quién regula esa actividad? No sé quién, lo que yo sé es que de acá al 21 de septiembre tiene que estar funcionando. ¿Cuándo si no? ¿En el siglo 3.000? Nosotros nos proponemos a corto plazo, a tres meses, esto del uno a uno, que cada delegado de grupo integre a uno. No nos proponemos que el delegado de grupo haga una estructura.
Si ese delegado de grupo quiere integrar a uno, a alguien permanente, alguien que realiza actividades, alguien que pueda relacionarse con otros sin mayores problemas, si nos proponemos lograr un delegado de grupo por delegado de grupo, entonces ese delegado de grupo sabe que tiene que estar apuntando a varias alternativas, porque si no se va a encontrar con la situación ridícula de que ha invertido tres meses en un señor y ese señor se tiene que ir a trabajar a otro lado, o se casó, o no se qué cosa, y se perdió tres meses. Yo debo apuntar a varias personas, y esas varias, cinco personas por poner un número, y feliz de la vida si integro a uno. Pero estoy trabajando sobre varios. Y si integro a cinco, todo bien.
Ahora lo veo desde el delegado de equipo: si decimos al delegado de grupo de uno a uno, el delegado de equipo sabe que dentro de tres meses debería integrar a su estructura a diez personas. ¿Y cómo hace el delegado de equipo? Suponemos que el delegado de equipo estará en contacto con sus delegados de grupo, un contacto muy cercano. Me imagino que estará al lado de ellos para facilitar el trabajo, para que éste vaya acercando gente. Entonces, si le pedimos al delegado de grupo que integre a uno en la línea del delegado de equipo, el delegado de equipo integrará a diez. Por consiguiente, el delegado general se preocupará para que en su línea se integren cien personas. ¿Cómo hará el delegado general para que se integren cien personas? Es de suponerse que el delegado general está trabajando con sus delegados delegados de equipo. Los está movilizando, está explicando estas cosas, está poniendo todo en marcha. Para que estos delegados de equipo promuevan a los delegados de grupo y me imagino también que el delegado general acompaña a estos delegados de equipo para ayudar a los delegados de grupo, como si se estuviera saltando un escalón. En estos tres meses ese delegado general se verá con su línea, porque si no daría la impresión de que este delegado general no estaría gatillando ni colaborando intensamente con sus delegados de equipo y así siguiendo. Un coordinador debería lograr que en su línea se integraran mil nuevos miembros. Si el coordinador no empuja con los delegados generales para que éstos hagan su parte, entonces no se integrará la gente. El delegado de grupo es uno a uno, el delegado de equipo es uno a diez, el delegado general es uno a cien. Procedamos, y así siguiendo, lo que abunda no daña. ¿Por qué el delegado de grupo va a integrar a uno y en la línea del delegado de equipo no se van a integrar diez? ¿En términos lógicos no debería ser así? Pero puede ser que ese delegado de equipo tenga varios equipos y se pueden ir integrando de distintos modos. Pero que menos que un delegado de equipo integre diez y un delegado general integre cien y así siguiendo. No le puedo apuntar uno a uno porque si algo pasa he arruinado tres meses de trabajo. Si soy previsor y además estoy creando condiciones para gente que, aunque no se integre, sí se convierta en colaboradora, tendré que trabajar con cuatro o cinco personas para integrar a uno. ¿Y con los otros que pasará? No sé, se perderán, o algunos se integrarán más adelante, o se convertirán en colaboradores y así siguiendo.
Acá se trata de que si una persona va a ser delegado de grupo yo voy a tener que ir a él, voy a tener que hablar con él, voy a tener que esclarecerlo, voy a tener que invitarlo a los seminarios, a las reuniones de trabajo interno. Y si estoy yo solo con él esta difícil hacerle reuniones y seminarios a una persona. Pero si yo lo llevo a un ámbito ya formado, donde hay una cosa compacta, donde hay otros delegados de grupo que a su vez están acercando gente, importa poco que ahí se estén moviendo veinte o treinta, sino que sean personas que se están integrando como delegados de grupo. Porque si le ponemos la montaña al delegado de grupo, que está apuntando a distinta gente, que integra a uno, si además le pongo la montaña de que tiene que hacerle seminarios y reuniones semanales, trabajo interno, activismo en el medio, le ponemos las cosas muy difíciles. Pero sí está el trabajo organizado y es una línea de un delegado de equipo, y en esa estructura están haciendo reuniones donde se organiza el trabajo que se hace en el medio, donde se dan seminarios, donde se da esclarecimiento, trabajos internos, sí está todo ahí, por qué no traer a ese ámbito la gente nueva que se está integrando. ¿Qué impide que la traigan? Nada lo impide.
– «Bueno, y a la hora de que se configure me van a manotear a la gente».
– «Cállese la boca»
Fuera de tema. Usted está en el reino de lo secundario. Que prefieres, ¿darle un seminario a un solo delegado de grupo, hacer una reunión de trabajo interno con él, todo guardadito que no se conecte con otros? Fuera de tema.
Ahí tiene que haber un grupo de gente que está trabajando, que tiene reuniones, que da seminarios, que organiza cosas y cada uno lleva la gente que va integrando a ese ámbito. Porque ahí ya está organizado el trabajo, y no es tan fácil organizarlo. Si vamos a proceder en el uno a uno, de ninguna manera es fácil organizar todo ese trabajo en el uno a uno. Si yo estoy en una línea y estoy arrimando a otros delegados de grupo, estoy en una línea, y esa línea está haciendo cosas, porque igual que yo hay otros delegados de grupo. Trabajos de conjunto. Pero en cambio se plantea de un modo muy diferente si cada uno de los delegados de grupo que están arrimando a uno nuevo le tienen que organizar. Hagamos rendir el trabajo. Si ya está el grupo que está trabajando, en seminarios, o reuniones o diseños de activismo, sus cosas en la calle y sus líos, ¿adónde metemos a ese delegado de grupo que recién llega? Ahí. Y ya veremos cuando tengamos condiciones de número y de estabilidad, ya veremos para que esos que han ido arrimando gente formen su grupo. Entonces, que las estructuras se vayan formando, y no formar estructuras.
No pidamos dedicaciones inhibitorias, que vengan uno a uno, pero que se integren en trabajos organizados. Estamos hablando del modo de trabajo con los delegados de grupo y estamos hablando del modo de trabajo, de las relaciones entre los distintos niveles para que se facilite el trabajo de los delegados de grupo Estamos hablando de como integrar uno a uno. De como, no bien se integra, lo incluimos en reuniones de trabajo donde hay un ámbito mayor. Y de esto de cuando un delegado de grupo que ha traído a uno, a tres, a cuatro, cuando arma su estructura tiene que procesar la calidad y la permanencia de esa gente que se ha integrado. Y hay que darles tareas, cosas que hacer. No se ve ningún impedimento para hacer ésto, salvo impedimentos internos que puede haber en algunos. Si nosotros estamos trabajando con el uno a uno y estamos conversando con él y lo estamos desasnando y le estamos explicando lo que pasa con él, en él y acerca de sus conveniencias también: venga a trabajar a este grupo, con esta gente que se está capacitando y poniéndose en condiciones haciendo cosas. A eso nosotros le llamamos grupo. Así que, ¿cómo se arremete? Se arremete como se quiera, pero con la idea del uno a uno, integrando en conjuntos mayores. Y en esos conjuntos mayores, ponerlos en dinámica. El delegado de grupo que piense la cosa en términos de estructura que parte de él y que va completando a lo largo del tiempo, va a tener problemas. Queremos que tome un recodo y acelere la cosas por otra vía.