Vamos a considerar ahora, más específicamente, las dos vías que se abren frente a los impulsos provenientes de sentidos o de memoria y que dan lugar a un mundo de contingencias que trataremos de investigar esta­bleciendo sus leyes más generales, acción que contribuirá posteriormente a la comprensión de la mecánica de la traducción de impulsos.

Tomaremos a los impulsos en cuanto ya producidos en conciencia de modo característico, luego de haber seguido vías o canales particulares.

Aun a riesgo de ser reiterativos, creemos importante hacer previas dis­tinciones. Como se ha visto anteriormente, todo impulso que llega a con­ciencia puede llegar a ella traducido, deformado o transformado; concien­cia, una vez tomado este impulso, puede abrir distintos canales, por lo que opera sobre dicho impulso una nueva transformación y esta nueva trans­formación efectuada convierte a ese impulso -que ha salido de alguna de las vias- en una imagen que va a realizar un complicado sistema de ope­raciones. Estos impulsos, al acceder a la conciencia, se van a estructurar de un modo particular, dependiendo esa estructuración del nivel de traba­jo en que se halle la conciencia en esos momentos.