La historia del ser humano es la historia de la superación de lo viejo por lo nuevo, más la acumulación de la experiencia social.
La dialéctica generacional (ley de la superación de lo viejo por lo nuevo, a nivel de la historia humana) explica que en todo momento histórico coexisten varias generaciones en lucha: la que está en el poder; la que lucha por acceder a él; la que está en aprendizaje y las desplazadas de los ancianos y los niños (esta última entra en capacitación, mientras la que estaba en el poder se desplaza hacia la ancianidad y es reemplazada por la que lucha contra ella).
Toda generación lucha revolucionariamente por la toma del poder cuando la proporción entre bienes y miembros de esa clase se desequilibra sensiblemente.
El proceso histórico general arranca con los grupos aislados de recolectores y cazadores que van complementándose con otros grupos y luego se sintetizan hacia un “centro de gravedad”, en el que comienza a surgir una cultura o civilización. Esta sigue la ley de ciclo hasta que se desintegra. Los factores progresivos pasan a la civilización siguiente, observándose a lo largo del proceso, a todas las civilizaciones, convergiendo hacia una civilización sintética planetaria. Ese “centro de gravedad” hacia el cual convergen todas las civilizaciones coincidirá con el nuevo salto evolutivo