Estuvimos hablando ayer de la estructura general de la conciencia y de algunas funciones de esta conciencia.
Vimos que estas funciones o estos mecanismos eran complejos y que existía un sistema de transformación de impulsos tal, que llegando un impulso a la conciencia se convertía en imagen. Esta imagen a su vez era el conjunto de impulsos que la conciencia enviaba hacia centro para movilizar respuestas.
Esto es posible porque las imágenes se dan en un espacio de representación, una suerte de pantalla mental. Cuando hablamos de imágenes, no estamos hablando sólo de las imágenes visuales. Cada sentido produce su tipo de imagen, y gracias a eso se puede tener representación de fenómenos olfatorios, de fenómenos gustativos, auditivos y todo aquello.
Normalmente, sobre todo en este tipo de cultura y en este tipo de educación, las imágenes en general, de toda la estructura, están asociadas a lo visual. Pero ustedes pueden examinar, en ustedes mismos, que pueden también representar olores, o pueden recordar voces sin que esto necesariamente dependa de la representación visual.
Y no depende, en principio. Porque si se fijan mejor, eso que recuerdan en cuanto a olfato, o esa música que recuerdan también, aunque no vean la fuente productora de esa música sino simplemente escuchen esa música, de todas maneras van a observar que esa música se da en un espacio de representación mental. Es decir, si se fijan bien, van a ver que esa música se da en alguna parte de la representación. Y desde luego que ustedes van a distinguir, en cuanto a ubicación del fenómeno de representación auditiva, entre el sonido que llega desde afuera y el sonido que ustedes representan o imaginan; que no sólo está adentro -y eso ya les marca un espacio de representación-, sino que ese adentro está ubicado en algún lugar. Este lugar no necesariamente es visto, pero es experimentado y es sentido.
Ustedes ahora están en un concierto, tienen a la orquesta adelante. Ustedes cierran los ojos, están muy atentos a lo que va pasando con los instrumentos. Ustedes escuchan a un instrumento a la izquierda. Escuchan luego a un instrumento a la derecha. Si se fijan en sus propios ojos van a ver que cuando escuchan a la izquierda, los ojos se mueven hacia la izquierda; y a la derecha, los ojos se mueven a la derecha. De manera que ustedes van siguiendo no exactamente a la música, sino a las fuentes productoras del sonido también, con el movimiento de los ojos.
De ahí infieren ustedes -no solo un caso más de la tonicidad muscular-, que allá donde va la atención sobre el fenómeno, aunque el fenómeno no sea visual, en este caso también los ojos van siguiendo a esa fuente. Esto es claro. De tal manera que, aunque el ojo nada tenga que ver con la música, y el ojo nada tenga que ver con el sonido, el ojo va siguiendo en el espacio a los estímulos que van llegando al oído. ¿Se comprende esta idea?. Cualquiera puede registrarlo.
Es más; se dice de un sonido que es alto o que es bajo porque también, si observan lo que sucede con la representación de esos sonidos, y observan el registro del movimiento del ojo, comprobarán que a medida que se aguzan los sonidos, se agudizan, el ojo tiende a moverse hacia arriba. Y a medida que los sonidos se agravan, se hacen bajos, el ojo tiende a moverse hacia abajo.
El ojo y el oído no tienen mucho que ver, aparentemente. Pero como todos los sentidos producen se representación y esta representación está dada en un espacio mental, este espacio ya de por sí pone una conexión con el ojo. Este espacio no es sino, a su vez, el conjunto de representaciones internas del propio sistema cenestésico. De tal modo que el espacio mental es una suerte de pantalla que reproduce los impulsos de la propia cenestesia.
Así es que, todo fenómeno de percepción que llega al aparato de coordinación, todo fenómeno de percepción da en algún punto de la pantalla de representación. Se trate de un sonido, se trate de un olor o se trate de un objeto que entra por vía visual, en todos los casos da en algún punto del espacio de representación.
Este espacio además, no solo tiene gradación en dos planos, sino que tiene profundidad y tiene volumen. Las imágenes se dan en un espacio de representación que está más fuertemente ligado al ojo que a los otros sentidos. Y cuando una imagen, de un sentido auditivo por ejemplo, aparece, aparece en algún punto de la pantalla, en algún punto del espacio de representación.
De manera entonces que se representará un sonido en alguna parte de esa pantalla, en alguna parte del espacio. Y si uno recuerda ahora como funcionaba esa orquesta -ya no la está escuchando- recordará la música y recordará además de la música; el espacio de donde provenían los distintos sonidos. De tal modo que recordará también basándose, entre otras cosas, en el movimiento del ojo que busca la fuente productora, irá localizando los lugares de donde proviene el sonido.
Esta conformación espacial dictada por los propios registros, esta conformación dijimos que también tiene su volumen. Y así, cuando uno recuerda sonidos lejanos y adelante, significa -dentro de la pantalla de representación-, estar ubicado en una profundidad. Y si ustedes imaginan a alguien que habla detrás de ustedes aunque no lo vean, si ustedes imaginan una voz detrás de ustedes, imaginan esa voz atrás, en la profundidad del espacio de representación.
Lógicamente, si imaginan a alguien que habla desde las alturas, imaginan también en el espacio de representación, ubican esa voz en un determinado punto del espacio de representación.
Si este espacio, que tiene por lo menos tres dimensiones de percepción porque, a su vez, aunque sea dictado por registros internos, es decir, por impulsos internos, se registra lo que va pasando con este espacio-, si este espacio tiene por lo menos tres dimensiones, entonces todo fenómeno, aún los táctiles, los fenómenos olfatorios, aún esos fenómenos van ubicándose no solo en lo alto, en lo ancho, sino también en lo profundo.
Esta profundidad del espacio de representación, es la que también va permitiendo ubicar a los fenómenos si han partido del mundo interno, según la profundidad que asumen, o si han partido del mundo externo.
De manera que hay todo un sistema de gradación en el espacio de representación, que permite ubicar los fenómenos desde la fuente de donde provienen y además distinguir, en alguna medida, los mundos propios de la cenestesia o los mundos propios de los sentidos externos.
Y gracias además a que existe ese espacio de representación, es que cuando un sistema de impulsos llega a conciencia y se traduce en imagen, esta imagen que se traduce ahora también para efectuar actividad sobre un centro, se dispara sobre alguna franja del espacio de representación, y en algún tipo de profundidad.
Si la representación interna se emplaza en el nivel de los fenómenos cenestésicos, lógicamente estas imágenes que se convierten en respuestas, van a movilizar a niveles cenestésicos.
Si se dispara en las gradaciones propias de las actividades externas, entonces movilizarán centros en ese punto. Así es que esto del espacio de representación, que no es el espacio plano sino que trabaja en profundidad también, esto, va dando los impulsos que van partiendo de las distintas partes, pero también al emplazar imágenes en esos puntos, se produce la movilización correspondiente. Esto es registrable.
Desde luego que pueden existir numerosísimos errores en el emplazamiento de una imagen en un nivel de representación. Y entonces puede ser de algún interés, desplazar la imagen -que es la base del estímulo de respuesta- también al punto adecuado del espacio de representación interno.
Bien. De manera que el espacio mental en el que se dan fenómenos de distinta naturaleza -fenómenos de representación no solo visuales sino de todo tipo-, este espacio de representación tiene importancia porque permite emplazar aquello que viene por estímulo, en una determinada franja; pero también permite emplazar la imagen de respuesta en una determinada franja.
El espacio de representación va tomando también distintas características según actúe un nivel de conciencia u otro. Entonces lógicamente, en los sueños por ejemplo, hablando de los sueños, decíamos el otro día que era curioso esto de que si las imágenes eran más intensas en el sueño o se percibían como más intensas en el sueño que en vigilia, entonces las respuestas corporales debían ser también más intensas en el sueño que en vigilia, por tonicidad muscular, cosa que en realidad no sucede. Se sueña con fuertes imágenes y sin embargo el cuerpo no se mueve como se mueve en vigilia; entonces, ¿cómo las imágenes movilizan?. Eso tiene hasta sus explicaciones fisiológicas más o menos simples, porque hay puntos de desconexión en el momento en que se transita por niveles.
Pero bueno, volviendo a los registros sicológicos que son los que nos importan, ¿por qué no se mueve el cuerpo en los sueños o en el nivel de sueño siendo tan poderosas las imágenes?.
Cuando ustedes representan un fenómeno o surge un fenómeno del mundo externo en el espacio mental, observen que el emplazamiento en el espacio ese de representación, es distinto a cuando surge una imagen en el nivel de sueño. Cuando ustedes se ven a ustedes mismos en un sueño, ustedes se emplazan en algún punto del espacio de representación, diferente a cuando ustedes recuerdan un fenómeno que lo emplazan, al fenómeno, dentro del espacio de representación pero aparecen ustedes mismos como incluyendo el espacio.
Si ustedes aparecen incluyendo el espacio de representación, siendo el continente del espacio de representación, y el fenómeno aparece dentro de ese continente, las consecuencias de la traducción de imagen a movimiento van a ser diferentes a si ustedes aparecen como continente -lógicamente de ese espacio-, pero ustedes mismos como imagen están incluidos en él. ¿Captan la diferencia?.
Lo segundo, sucede en los sueños. Ustedes se ven a ustedes mismos dentro del espacio de representación, ¿qué movilizan entonces?, movilizan la imagen de ustedes mismos. Pero es bien diferente a si ustedes simplemente incluyen el espacio de representación y no se ven a ustedes sino que ven al fenómeno incluido en tal espacio.
Así que si bien existen explicaciones fisiológicas de la desconexión que se produce en la bajada de los niveles de conciencia, desde luego que existen registros sicológicos que permiten ver que precisamente en los sueños, se paraliza la movilización de imágenes hacia el mundo porque la representación que el sujeto tiene de sí mismo es externa, es externa a la observación que el sujeto hace.
Diferente al registro que el sujeto hace en su propia pantalla mental, desde donde va disparando las imágenes que gradúan la actividad hacia los centros.
En fin, la cosa no es muy compleja pero simplemente es interesante observar esto de que existen espacios de representación en donde se emplazan no solo visualizaciones sino también fenómenos de todos los sentidos.
Y va a ser importante recordar que cuando hablamos de imagen hablamos de representaciones que corresponden a todos los sentidos y no solo del ojo. Pero que claro, estas imágenes que corresponden a todos los sentidos y no solo al ojo, se dan en un espacio de representación que de algún modo es para nosotros una suerte de registro visual.
En ciegos de nacimiento, por ejemplo, según ellos explican, no aparecen representaciones visuales y recuerdan, sin ninguna duda muy bien, fenómenos auditivos, fenómenos gustativos, y de otra naturaleza. No necesitan de esta imagen visual. Pero de todas maneras, en ellos las representaciones de los otros sentidos aparecen en este registro espacial, y en alguna parte del registro espacial.
Bien, seguramente esto debe tener consecuencias y debe tener importancia, esto de que las representaciones se den en el espacio interno: y debe tener consecuencias también que determinadas imágenes, que deberían emplazarse en el espacio interno, se emplacen fuera del espacio interno y aparezcan alucinatoriamente como proviniendo de sentidos exteriores.
En fin: también debe tener importancia esto, porque si las imágenes tienen una particular dinámica y al moverse en una dirección u otra, disparan actividad sobre centros de respuesta, entonces, si determinadas imágenes aparecen fijas en un determinado nivel de representación, seguramente los disparos de respuesta están dando en ese punto y pueden estar dando con carga adecuada, carga inadecuada y a lo mejor se trata precisamente de que se movilicen.
Bien. Y con esto terminemos rápidamente estas observaciones sobre la estructuración de la conciencia. Podemos considerar sus errores.
Según que los impulsos que llegan a la conciencia sean trabajados por uno u otro de los mecanismos de abstracción, clasificación, divagación o imaginación dirigida, se obtendrán distintas traducciones formalizando múltiples representaciones.
Si el fenómeno ha tomado una vía abstractiva, el tipo de representación será de una naturaleza. Si toma una vía asociativa, el tipo de representación será de otra naturaleza. Y así según que el impulso tome una vía o tome otra, el tipo de tren que va a aparecer va a tener también distintas características.
En cuanto a los errores mismos, podemos considerar muy en general, a los errores propios de la conciencia y a los errores de relación entre conciencia, sentidos y memoria, a los que denominamos genéricamente disfuciones.
Cuando hablamos de los errores propios de conciencia, hablamos de una cosa, y cuando hablamos de errores en la relación entre los aparatos, llamamos a estos genéricamente, disfunciones.
La alucinación no es un error de disfunción. Es un error típico del coordinador. Se produce cuando en la conciencia aparecen representaciones que no obstante haber llegado por vía de los sentidos, son percibidas fuera de la conciencia. Y se las experimenta como reales situaciones en el mundo, con todas las características de la percepción sensorial.
En ese sentido todos los fenómenos que se producen en los niveles de sueño y en los niveles de semisueño activo, son fenómenos alucinatorios, por el tipo de representación que existe en el espacio mental y por el registro que se tiene de ellos como proviniendo desde afuera, ya que uno observa desde afuera.
Se trata de configuraciones que hace la conciencia en base a memoria. Estas alucinaciones pueden surgir en situaciones de gran agotamiento -estamos hablando en vigilia-, por carencia de estímulos, en determinadas enfermedades y en situaciones de peligro de muerte.
Son frecuentes en caso de debilidad física y en casos de conciencia emocionada -que trataremos más adelante-, en los que el coordinador pierde su facultad de desplazarse en el tiempo y en el espacio.
Como disfunciones con los sentidos, puede mencionarse la incapacidad de relacionar datos provenientes de distintas vías sensoriales y confundir un dato que viene de una vía atribuyéndoselo a otra vía.
Las disfunciones con la memoria, decimos que ese circuito de conciencia, adquiere distintas formas de trabajo, según los niveles de sueño, semisueño, vigilia, u otros posibles. Diferenciamos niveles de conciencia, de estados de conciencia.
Hablar de niveles es hablar de diferentes operaciones y del registro de esas operaciones. Es gracias a ese registro que puede distinguirse entre distintos niveles de conciencia, y no se puede tener registro de los niveles si estos operan sin contenidos. Es gracias a los contenidos que se tiene registro de los niveles.
Y hablando anteriormente de esto del espacio de representación, es también gracias a los registros objetales, a las representaciones, que se tiene también sensación del espacio de representación.
De manera que en general, en esto de las propias representaciones y en cuanto a los registros, es muy difícil hablar de un aparato, hablar de un nivel, hablar de algún fenómeno que envuelve a otros, si no está apoyado uno en fenómenos que sean registrables.
Así que de los niveles se tiene registro por la actividad de ellos mismos, pero no en sí.
De comienzo puede afirmarse que los distintos niveles de conciencia cumplen con la función de compensar a la masa de información. No se trata solamente de que estos niveles den respuestas, sino que estos niveles den respuestas por una parte estructuradoras, y por otra parte respuestas compensatorias.
Esto nos hace pensar que si un fenómeno cae en el campo de un nivel de conciencia, éste fenómeno inmediatamente tiende a ser estructurado, relacionado con otros.
Y otra característica importante es que si llega este tipo de estimulación al campo de conciencia en el nivel que sea, desde ese nivel también se genera inmediatamente una respuesta compensatoria. El circuito sigue trabajando.
Estas respuestas compensatorias operan así, para restablecer el nivel energético de ese nivel con esa carga que ha desequilibrado el nivel en cuestión. Y claro, se trata de una relación bastante inestable, de equilibrio bastante inestable, o si hay equilibrio en ese estado, inmediatamente se desequilibra por la irrupción de un nuevo fenómeno.
Puede darse el caso, de que quedara energía libre en un determinado nivel de conciencia. Si quedara energía libre lo más probable es que esta energía se aplicara a un determinado objeto de representación. Y al aplicarse a ese objeto de representación, si su carga es mayor ahora -la de este objeto- el efecto de respuesta seguramente será mayor también.
Esto de que los objetos de representación tengan distintas cargas, puede ser un tema que nos interese más adelante.
En el nivel de sueño profundo el trabajo de los sentidos externos es mínimo. No hay otra información del medio externo que aquella que supera el umbral que pone el mismo sueño. El trabajo del sentido cenestésico es predominante, aportando impulsos que son traducidos y transformados por el trabajo de los mecanismos asociativos, dando lugar al surgimiento de las imágenes oníricas, las imágenes del sueño.
Las características de las imágenes de este nivel, son su gran poder de sugestibilidad; sugestionan fuertemente al sujeto, y tiene una fuerte capacidad hipnótica. El tiempo sicológico y el espacio se encuentran modificados con respecto a la vigilia. La estructuración acto-objeto aparece frecuentemente sin correspondencia entre sus elementos. No coincide.
Se busca un determinado objeto y surge otro objeto que no tiene nada que ver, y el acto de búsqueda de ese objeto queda completado de un modo un poco extraordinario. Del mismo modo, climas y situaciones se suelen independizar mutuamente. De manera que los actos de conciencia en los distintos niveles no coinciden con los objetos de conciencia como en el nivel de vigilia. Y las cargas que acompañan a las representaciones del nivel de sueño profundo, se independizan de los objetos a los que normalmente en vigilia están ligados.
Es típica la desaparición de los mecanismos críticos y autocríticos, que a partir de este nivel, el de sueño, van a ir aumentando en su trabajo a medida que aumenta el nivel de conciencia.
Típico es entonces, por aquello del gran poder sugestivo e hipnótico de las imágenes, típico es que se crea poderosamente en los fenómenos que se producen en este nivel de conciencia. Y el sujeto tiene la sensación de que esto que aparece es totalmente verdadero. Se ha modificado el tiempo, se ha modificado el espacio, se han modificado las referencias objetales, se ha modificado la forma de estructurar de la conciencia y el objeto aparece con toda su plenitud y todo su poder sugestivo.
Y así sea un objeto que no existe en ninguna parte, ni en el cielo ni en la tierra, actuando en ese nivel impresiona fuertemente a la conciencia. Porque la conciencia está bloqueada, sus mecanismos de reversibilidad y comparación han desaparecido prácticamente, y este objeto es el único que ocupa el campo. Y claro, no se puede cotejar con ningún otro, no hay referencia. Este además tiene una poderosa carga: este impresiona vivamente a la conciencia.
La inercia de los niveles y el ámbito en que los fenómenos se colocan, hacen que la movilidad y el pasaje de un nivel a otro se haga paulatinamente, más o menos lentamente, que tenga una cierta continuidad.
Así, la salida y entrada al sueño se harán pasando por el semisueño, y es un caso muy extraordinario pasar directamente de la vigilia al sueño, sin tener registros mínimos del pasaje por niveles intermedios.
Por supuesto, a la inversa, cuando se parte del nivel de sueño, y uno se despierta, por ejemplo, alteradamente -salta del sueño profundo a la vigilia-, de todas maneras en vigilia se está operando la inercia de la etapa anterior de semisueño. Aunque se haya producido esa irrupción súbita de contenidos.
En todo este pasaje del sueño al despertar hay una inercia de los niveles que están delatando un proceso de las operaciones mentales, y no un salto.
El nivel de semisueño antecede a la vigilia. Los sentidos externos comienzan a enviar información a la conciencia, información que no es totalmente estructurada porque hay también interferencia de ensoñaciones y presencia fuerte de sensaciones internas.
Los contenidos del sueño pierden poder sugestivo cuando siguen apareciendo, debido a una suerte de semi-percepción vigílica que ya da nuevos parámetros, da nuevas referencias. La sugestibilidad sigue actuando, sobre todo en el caso de algunas imágenes muy vívidas a las que llamamos imágenes hipnagógicas, imágenes hipnógenas, que tienen algo de hipnótico. Siguen actuando aunque se haya pasado de nivel.
Por otra parte el sistema de ensueños frecuentes -que puede menguar en vigilia, y desaparecer en el sueño-, ese caso, reaparece. Es en este nivel donde el núcleo de ensueño y los ensueños secundarios son más fácilmente registrables, por lo menos en sus climas y en sus tensiones básicas.
Esto no quiere decir que esos fenómenos, esas vivencias pertenezcan solo a esa franja, sino que esas son franjas más adecuadas, tienen mejor medio de cultivo para expresarse en esos niveles que en otros. Pero esto no quiere decir que tales vivencias no puedan desplazarse. Y esto no quiere decir que tales vivencias al desplazarse a otro nivel, no pongan a ese nivel en un estado particular, por su presencia.
Entonces es claro que el sujeto está en vigilia, y está realizando operaciones vigílicas, pero con fuertes contenidos provenientes de otros niveles, de niveles que le son más propios y en cuyo caso al manifestarse ponen a esa vigilia en un estado particular.
Cuando nosotros hablamos de los estados internos, no estamos hablando de los niveles de conciencia, sino de fenómenos que van poniendo incluso a los niveles, en cierto estado; que van poniendo a los niveles con ciertas características, con ciertos teñidos propios de las vivencias que se movilizan.
Bien. El modo de ensoñación propio de este nivel -seguimos hablando de semisueño-, el modo de ensoñación propio de este nivel se suele trasladar por inercia a la vigilia, proporcionando la materia prima para la divagación, aunque en ésta también aparezcan elementos de percepción vigílica.
Seguramente en el traslado de un nivel a otro se va modificando el espacio de representación y se va modificando el emplazamiento que el sujeto hace de sí mismo en este espacio, esta suerte de imagen de sí mismo en el espacio.
El coordinador en ese ámbito puede ya realizar algunas operaciones -semisueño, ¿no?-. Mencionamos también que este nivel es sumamente inestable y por ello de fácil desequilibrio y alteración.
También encontramos los estados de semisueño pasivo y activo: los podemos llamar así.
El primero de ellos, el semisueño pasivo, ofrece un pasaje fácil al sueño. Es como si el sujeto se dejara caer simplemente. Corresponde a un sistema de distensión interna.
Y cuando en el sujeto hay fuertes registros de tensiones internas, no hay semisueño pasivo, hay dificultad por soltarse, por dejarse caer.
Incluso esto se transforma, se traduce luego en ideología, esto que sucede en estos registros del pasaje por los niveles. Van a encontrar ustedes a numerosas personas que tienen serias dificultades para distender ese semisueño pasivo; y este registro de la dificultad en la distensión del semisueño pasivo, esta dificultad, esto que es una sumatoria de impulsos que llegan a la conciencia, va a traducirse luego no solo como imagen alegórica, va a traducirse luego como ideología; ideologías tales como que: «no puedo soltar un nivel de conciencia hasta que no entienda que es lo que pasa». Otra ideología: «No puedo resolver los procesos que suceden en los niveles si no lo hago desde vigilia».
¿Se fijan en las traducciones que puede haber en todo esto?. Eso no lo hace alguien cuando le duele una muela, no anda pensando la naturaleza de la muela, no anda pensando, no; su problema es sacarse la muela o arreglar la muela porque es una fuente de dolor.
Pero cuando hay una fuente de dolor que está trabajando y empezamos con que esto de la fuente de dolor, primero hay que investigarla desde un nivel vigílico y todo aquello, empezamos a sospechar también un sistema de tensiones que impiden la soltada.
Esto lo vamos a ver de un modo muy interesante cuando trabajemos en operatoria.
Bueno. Volviendo a nuestro tema. Decíamos que encontrábamos los estados de semisueño pasivo y activo. El primero de ellos ofrece un pasaje fácil al sueño. El otro, el estado de semisueño activo, ofrece un pasaje fácil a la vigilia. Pero son dos procesos, dos momentos de proceso diferentes.
Este estado del semisueño activo es una importante fuente de fenómenos especiales, que estudiaremos también en su momento, estos fenómenos especiales propios del estado de semisueño activo.
Es conveniente hacer otra distinción. Hay un semisueño activo por alteración, y otro más cálido y atento, siendo interesante tal momento de la conciencia. El semisueño alterado, en cambio, es la base de las tensiones y climas, de los cuales hablaremos, que con fuerza e insistencia pueden llegar a la vigilia ocasionando ruidos y modificando la conducta, y haciéndola por supuesto, inadecuada a la situación ambiental.
El rastreo de los climas y tensiones vigílicas, debe hacerse en el semisueño activo alterado; y el rastreo de aptitudes especiales, debe hacerse en el semisueño activo atento o alerta.
Pero hablando de climas y tensiones, hablamos entonces de un estado de semisueño activo sumamente alterado que se produce, y es alterado porque se pone en evidencia, precisamente, toda esta suma de tensiones internas.
Cualquiera que haya trabajado en operatoria, descubre que para esta que esta operatoria tenga efectividad y se pueda hacer un traslado de cargas, es necesario que este estado, este nivel de conciencia se ponga en actividad y se ponga en una suerte de alteración.
Diferente a cuando uno va ensoñando simplemente y va cayendo en el sueño. Eso no sucede en operatoria si se está trabajando correctamente; sino que se produce una revivificación de cargas y una manifestación muy importante de todas estas tensiones y de estos climas. Es un estado alterado, claro que si.
Los distintos estados, activos y pasivos, están dados por el tono o intensidad energética propios de cada nivel. Los tonos dan intensidad gradual que pueden tener tanto los climas emotivos, como las tensiones.
Vigilia. Aquí los sentidos externos aportan un mayor caudal de información, regulando por inhibición a los sentidos internos y posibilitando que el coordinador se oriente al mundo en el trabajo del siquismo al compensar los estímulos del medio.
Funcionan aquí los mecanismos de abstracción, los mecanismos de crítica y autocrítica, llegando a altos grados de manifestación e intervención en las tareas de coordinar y registrar. Los mecanismos de reversibilidad, de los que en los niveles anteriores se tenía mínima manifestación, pueden aquí operar ampliamente. Opera fuertemente la reversibilidad aquí, con todas sus posibilidades, permitiendo al coordinador equilibrar a los medios internos y externos.
La sugestión de los contenidos infravigílicos disminuye al aumentar los puntos de referencia, a menos que se trate de vivencias provenientes de otros niveles que se emplazan fuertemente en el campo vigílico, con un carácter de imagen inmóvil -de imagen inmóvil- y entonces se pierden las referencias e influye poderosamente con su fuerza hipnótica sobre los mecanismos normales de la vigilia.
Hay un tono de vigilia activa, que puede ser atenta, con máximo manejo de la apercepción, y hay también un tono de vigilia alterada.
La vigilia pasiva también puede ser atenta o alterada. En este último caso aparece la divagación silenciosa y los ensueños más o menos fijados. Y a este estado más o menos, en este estado más o menos, es en el que nos encontramos en la vida ordinaria: el estado de divagación silenciosa, el estado de mentación ordinaria. Cuando dejamos de activar en el mundo y todo aquello y nos quedamos quietos, nos solemos colocar en este estado de divagación silenciosa, de vigilia un tanto pasiva. Bien.
Existen numerosas relaciones entre niveles. La relación entre niveles produce alteraciones recíprocas. No es posible que un nivel actúe sobre otro, que haya traslado de carga de un nivel sobre otro, sin que ese nivel se vea afectado. Todo nivel que actúa sobre otro, se ve él, a su vez, afectado.
Pueden citarse por lo menos cuatro factores que inciden en la relación entre niveles. A uno le llamamos inercia, a otro le llamamos perturbación si les gusta, contemporáneamente llamémosle ruido-, a otro le llamamos rebote y a otro le llamamos arrastre.
Hablemos un poco de la inercia. Cada nivel de conciencia trata de mantener su nivel propio de trabajo, manteniendo su actividad hasta finalizar su ciclo. Ya hablamos en su momento de que todo esto estaba sometido a ciclaje, en general. Y es claro, la vigilia trata de mantenerse en vigilia, durante un ciclo, durante un tiempo más o menos adecuado. Es el tiempo en que las personas realizan sus actividades cotidianas.
Cuando aumenta la intoxicación interna, cuando aumenta la fatiga, entonces está cayendo ya el ciclo de la vigilia. Pero entre tanto, en plena vigilia, este estado trata de mantenerse, trata de mantener su inercia.
Esto lleva a que el pasaje de un nivel a otro se haga con lentitud, disminuyendo el estado de vigilia por ejemplo, al manifestarse el nuevo nivel.
Los casos que a continuación se mencionan son consecuencias de esta inercia estructural de cada nivel, a mantener y extender su tipo de articulación característica.
Bien. El caso de ruido, o el caso de perturbación. La inercia del nivel anterior, aparece como fondo de ruido en el trabajo del nivel superior. La inercia del semisueño aparece como fondo de ruido en este estado de vigilia al cual he llegado al despertarme. ¿Comprenden ese fenómeno?. La inercia del estado anterior sigue como incluida, todavía, en el nivel vigílico aunque ya esté en vigilia.
Pero la cosa no está bien conectada del todo. Ustedes dan sus explicaciones fisiológicas, perfecto, dentro de cinco años esas explicaciones van a cambiar. Pero el registro interno es ese. Seguramente le pasó a mucha gente antes que a nosotros y seguramente va a seguir pasando por un buen tiempo, este registro. Pero las explicaciones fisiológicas van a cambiar.
Así que, esta inercia del nivel anterior, aparece como fondo de ruido en el trabajo del nivel superior. Contenidos de la infravigilia irrumpen interfiriendo en el trabajo vigílico.
Como ruido, podemos también distinguir a los climas emotivos, a las tensiones y a los contenidos no correspondientes con el trabajo del coordinador en ese momento.
Se dice que la gente saludable se levanta siempre de mal humor. Se dice…, pero claro, eso es no solo ese estado todavía de no completamente despierto, no completamente vigilante, sino que es además una sumatoria de climas y de tensiones que están proviniendo de los estadios anteriores de la mente.
Bien. Efecto rebote. Este fenómeno surge como respuesta de un nivel en el que se han introducido contenidos de otro nivel distinto, superando las defensas de la inercia, o al llegar a las defensas de la inercia. De tal manera que puede existir un contenido que va trasladándose y va llegando a un determinado nivel, y encuentra en ese nivel, defensas del nivel. En ese caso, al tocar con él, rebota, vuelve a su mismo campo. Y esta vuelta al mismo campo, se registra.
Sobre todo en operatoria, también queda claro lo que sucede con el efecto de los rebotes. Contenidos propios del nivel invadido aparecerán más tarde en el nivel desde el que se produjo la introducción del contenido.
Arrastre. En ocasiones, contenidos, climas y tonos propios de un nivel, se trasladan y permanecen en otro nivel como arrastre. No permanece el nivel de conciencia anterior, sino que aquello que fue visualizado en un nivel, al cambiar de nivel permanece como arrastre. Aquellos que se despiertan alterados por el sueño anterior, ya están en plena vigilia y mantienen, o las imágenes del sueño, o el clima en que sucedió aquél sueño; lo mantienen como arrastre en vigilia y por un buen tiempo. Cualquiera ha tenido estos registros.
Este caso será más importante en el caso de climas, tensiones o contenidos fijados en el siquismo que son arrastrados por mucho tiempo y que se presentan en los distintos niveles. Y este es el caso ya, de arrastre no de un nivel sobre otro nivel, como en el ejemplo que pusimos, sino de un contenido fijado que aparece en los distintos niveles de conciencia. Y que incluso puede aparecer con imágenes diferentes pero con el mismo clima que le es característico. Bien.
Así que acá, al hablar de este caso, estamos hablando de arrastre en sentido muy genérico, no con precisión. Mientras que cuando hablamos de verdadero arrastre, es cuando contenidos de un nivel, al transformarse ese nivel y pasar a otro, aparecen, se arrastran hacia el otro nivel y entonces uno lleva su inercia por un buen tiempo. Pero en sentido general, y no preciso, hablamos también de estos arrastres que permanecen en los distintos niveles, no obstante el traslado.
Por la importancia sicológica que pueden tener estos factores en el proceso de adaptación y en el proceso de integración de contenidos en el siquismo, estos factores -propios de lo que llamamos ruido, rebote y arrastre-, deberían ser considerados especialmente.
Acá estamos revisando cosas dichas antes, pero deberíamos considerarlo especialmente, aunque más no sea, cuando fuéramos a este problema de la operativa.
Bien. Hay una cuestión acá con los niveles que es bueno considerar. Esto de los tonos, climas, tensiones y contenidos.
A los tonos se los considera en cuanto a intensidad energética. Las operaciones en cada nivel pueden ser efectuadas con mayor o menor intensidad, con mayor o menor tono. Una determinada operación se está efectuando y uno reconoce una misma operación intelectual que se efectúa con más tono o con menos tono, con más intensidad o con menos intensidad. Claro que uno reconoce esta suerte de volumen en las operaciones, como no. Hay vivencias del siquismo que pueden manifestarse con mayor o menor intensidad de acuerdo al tono predominante. Y en ocasiones este tono puede ser alterado convirtiéndose en un factor de ruido. Demasiado volumen en una determinada actividad, se nos desproporciona del contexto de las otras actividades, y se nos convierte en factor de ruido.
A los climas siempre se les ha llamado, por lo menos en esta lengua que hablamos acá, a los climas se les ha llamado en general, estados de ánimo. Un buen estado de ánimo, un mal estado de ánimo, un sujeto que siempre está con un cierto estado de ánimo; bueno, se está hablando de esto que nosotros llamamos climas. Así, muy rápidamente.
Seguramente si han escuchado esto de estado de ánimo, ya tienen formada su propia imagen. Bien, trasladen, fácilmente. Llámenle clima a eso, no es mucho problema.
Los climas, por su variabilidad, aparecen intermitentemente, y pueden cubrir a la conciencia durante un cierto tiempo, tiñendo todas las actividades del coordinador. Bien.
Debemos diferenciar a estos estados de ánimo, que tienen fuerte carga emotiva, claro, de las operaciones emotivas que acompañan a todo el funcionar del siquismo. Una cosa es el gusto que tengo por un determinado objeto, ahí va, veo el objeto, tengo gusto o tengo disgusto por él, bueno, si, ahí hay una referencia emotiva al objeto.
Cualquier operación que realice tiene carga afectiva. Cualquiera. Haga abstracciones matemáticas, por ejemplo, eso tiene carga afectiva. Me gusta o me disgusta. O pienso que es necesario hacer esas actividades, en fin, todo lo que haga, por muy abstracto o concreto que sea, siempre está motivado, impulsado, por el trabajo de la emotividad. A eso, no le llamamos clima.
Le llamamos clima al transfondo emotivo, en donde cayendo en ese campo cualquier objeto, toma las características de ese trasfondo. Entonces si el estado de ánimo, el trasfondo emotivo, ese climazo, por ejemplo, es el de gran disgusto en general, caiga un objeto o caiga otro en ese campo, toman esas características de disgusto general. ¿No es cierto?.
Diferente a esta variación emotiva que voy experimentando frente a los objetos dados. Esto también es registrable. A ver si encuentran objetos que aparecen en la conciencia y con los cuales ustedes no mantienen una relación afectiva. Hay siempre relación afectiva con los objetos de conciencia. Pero es diferente a esto que estamos hablando del estado de ánimo, del clima de trasfondo.
En ocasiones los climas corresponden a las operaciones que se efectúan. Y claro, si un sujeto está en una situación oprimente y dolorosa y el estado de ánimo entonces, corresponde a esa situación oprimente y dolorosa, bueno, no hay mucha irracionalidad que digamos en eso. Esa estructura de conciencia se está protegiendo, se está defendiendo del fenómeno doloroso. Entonces claro que todo fenómeno que aparezca en ese campo se convierte también en doloroso.
También es probable que haya sujetos que hagan su esfuerzo por compensar esa situación dolorosa. Pero sucede que esta especie de trasfondo, doloroso por ejemplo, este trasfondo, ese clima doloroso de trasfondo, resulta que no se refiere en ocasiones a la situación dada, sino que se mantiene fijado. El sujeto ahora cambia de situación y allá va el trasfondo doloroso con él.
Los climas pueden fijarse en el siquismo y perturbar a la estructura completa, impidiendo la movilidad y facilidad de desplazamiento hacia otros climas oportunos. Estos climas fijados circulan por los distintos niveles, y así pueden pasar de la vigilia al sueño, continuar allí, volver a la vigilia y así siguiendo durante largo tiempo, restando libertad operativa al coordinador.
Distinto al clima situacional, que aparece en situaciones especiales para el siquismo en las cuales irrumpe, entorpeciendo las respuestas adecuadas a esa situación.
Las tensiones, en cambio, tienen una raíz por así decir más física, más corporal. Todo desde luego es corporal, pero estas tensiones tienen una raíz más corporal, por lo menos en el registro que se tiene, ya que observamos al sistema mismo -corporal, muscular- en movimiento, siendo en la musculatura en donde se tiene un registro más directo de ellas, de esas tensiones.
Los climas son como más vegetales, por así decir, más difusos. Y las tensiones en cambio se registran en ciertas zonas del cuerpo.
La vinculación de estas tensiones con el siquismo no siempre es directa, ya que al relax muscular no le acompaña directamente un relax mental, sino que la conciencia puede continuar con tensiones y alteraciones, mientras que el cuerpo ya ha conseguido relajarse.
Esto tiene alguna importancia al considerar los sistemas de descargas de tensiones. Normalmente la gente cree que porque produce una descarga física, muscular, se ha producido también una distensión mental. Y esto a veces no es así. A veces se produce una curiosa contradicción en el sujeto que, efectivamente, experimenta físicamente esa descarga de tensiones y la mente sigue tensa. En fin, es un punto a considerar en el que podría profundizarse un poco.
Pero ustedes deben tener registros de ese tipo en alguna de las actividades de descarga. El cuerpo ha conseguido relajarse y la mente sigue tensa. Esta mente también es corporal, así que ¿qué es lo que queda tenso?. No serán los músculos externos; será algún otro tipo de cosas que queda tenso.
La diferencia entre tensiones físicas y síquicas nos va a permitir después, distinciones operativas más precisas, más importantes. En general, y dentro del lenguaje sicológico, podemos decir que las tensiones síquicas están vinculadas a expectativas excesivas, por ejemplo, en las que el siquismo es llevado a una búsqueda, a una espera de algo, en las que tiene un trasfondo de tipo posesivo. Esto de posesivo no tiene carga moral. Esto de posesivo está relacionado a actividades de tensión.
Así que cuando hablamos de ciertos problemas que crea la posesión sicológica, nos estamos refiriendo no a esto de la posesión en sentido moral, repito, sino que nos estamos refiriendo a la concomitancia física, a la tensión que suscita lo posesivo y la distensión que suscita la dádiva. De manera que si se sabe dar diez, con seguridad que se recibe cien, pero hay dificultades para dar, mentalmente. Hay dificultades en lograr el registro de soltar. En fin.
Así que las tensiones síquicas están vinculadas a expectativas excesivas, en las que el siquismo es llevado a una búsqueda, a una espera de algo, a un sentido interno de posesión.
Los contenidos mentales aparecen como objetos de la conciencia. Son especies de formas que la conciencia organiza para responder al mundo. Esto de las formas no lo vean ustedes abstractamente, sino véanlo más bien como estructuraciones particulares que se hacen con los contenidos, porque aún cuando ustedes hablen de formas vacías, están representando. Y al representar le están poniendo materia imaginaria a tales formas.
Así que cuando se habla de formas, no independicen ustedes las formas de la representación. Piensen más bien que las formas son particulares características que tienen ciertas estructuraciones. Formas lineales, formas profundas, formas cúbicas, como quieran, pero eso trabaja con materia de representación. Y además trabaja en un espacio de representación. Así que esto de separar las formas y convertirlas en entidades que ni son representables ni están ubicadas en un espacio mental, bueno, de esto no hay registro, esto es enrarecido.
Hay ciertas correspondencias entre las formas de organizar los contenidos de conciencia. Si se están efectuando operaciones matemáticas, será oportuno allí la representación numérica. Pero una figura alegórica en medio de las operaciones matemáticas, queda un poco extraña. Así que actuará, esta forma de representación, actuará provocando ruido en ese sistema sígnico de representación.
Todos los factores de ruido, además de entorpecer el trabajo, son focos de distracción. Desorientan al siquismo, le restan energía en las operaciones en cuestión.
Los contenidos de conciencia, mientras actúan en su nivel de formación, tienen una significación de importancia para el coordinador. De manera que aún cuando existan errores en el siquismo (esto de que aparezca una alegoría, en vez del resultado de una operación matemática; imagínense en una computadora, suman ustedes o sacan una raíz cuadrada y en vez de aparecer un número aparece una carita de león, por ejemplo; si claro, podría tener valor sígnico, pero crea problemas esta alegorización) cumplen con una función, para algo están aún los errores. Así que los contenidos de conciencia, mientras actúan en su nivel de formación, tienen una significación de importancia.
Y es importante comprender la función con que cumplen estos errores, en lugar de reprimir tales errores. Porque no vamos a entender nada por una parte, y además con esa carga no vamos a poder hacer nada si la mantenemos abajo de los niveles de comprensión. Así que todo error del siquismo cumple con una función.
Puede pasar que ese error no fuera tal error en un momento anterior, pero que con estos fenómenos de inercia, se continuara presionando en situaciones nuevas cuando ya no es adecuado.
Un sujeto realiza un gesto de defensa, esto es adecuado, protege su estructura. Pasa el tiempo y sigue encerrado en su gesto de defensa. Ahí hay problema, ahí empezamos a considerarle error, cuando se mantiene en inercia, fuera de la situación que lo motivó.
Tal vez no sea error ni eso tampoco, pero desde el punto de vista relacional, puede ser considerado como una falta de acierto frente a las nuevas propuestas. Este sistema es demasiado perfecto como para cometer errores tan elementales. No será que esta maquinaria tan perfecta se equivoca de ese modo, sino que se generan problemas por la delicadeza misma de esta máquina, a la cual se le imprimen a veces torcimientos, a la cual se trata mal. Y claro, no es que la máquina funcione mal, es que no está equipada para estar sometida a ciertas presiones.
De manera que esto de los errores del siquismo, de los que hablamos muy a menudo, esto hay que tomarlo también con delicadeza. En ningún caso tratar de destruir tales errores, sino más bien adecuar ese sistema de respuestas a las situaciones nuevas. Bien.
Hay una operatoria que básicamente trata de eliminar las tensiones que alteran la vigilia, por medio de descargas completas y no parciales, y que se regulan desde el centro colector y distribuidor de energía. Así pueden disminuirse los contenidos, las tensiones que tienen ciertos contenidos y que perturban a la vigilia como decimos.
También resultan de gran utilidad los registros precisos de los estados calmos en vigilia, para operar restableciendo la normalización, en base a esos registros. No es estrictamente un tema este de la operatoria, esto de buscar el registro de calma interna. Pero puede interesarnos trabajar un poco sobre esto.
Hablando de climas, hay climas que se fijan, y hay una operatoria para transferir estos climas, desde su nivel de fijación a otros niveles y contar con la energía libre de estos climas para operaciones más interesantes.
Nuestro planteo sobre estos temas no es un planteo terapéutico, no nos importa la terapia a nosotros, no estamos en eso. Nosotros suponemos que ya no quedan enfermos, debería ser así. Así es que esto ya lo damos por supuesto. Entonces no nos importa la terapia. Nos importa sobre todo la disponibilidad de esa energía libre que queda en nuestras manos, después de haber soltado ciertos climas que están fijados. Pero se dan cuenta que a estas alturas de nuestro trabajo no andamos preocupados por el problema personal, que requiere una terapia. No, estamos preocupados por la absorción de ese plus de energía que seguramente puede estar fijado en torno a determinados climas. Eso es lo que nos importa. Y no estas otras operaciones que hacen los curadores de la época en que vivimos. Bien. Nos interesa que estos climas vayan perdiendo fijeza y disminuya la perturbación que introducen en vigilia.
En síntesis, los cuatro tipos de vivencias mencionados, en tanto tienen adecuación a las operaciones del coordinador, son factores favorables, cuando son inadecuados por no corresponder a dichas operaciones, resultan en general, factores de ruido, factores de perturbación, esos cuatro puntos que hemos considerado.
Deberíamos echar ahora una mirada de revisión también a los errores, a otro tipo de errores ya en las relaciones entre los impulsos de los aparatos. Pero esto preferimos postergarlo para cuando hablemos específicamente del problema de los impulsos.
Y también deberíamos tener en cuenta cómo se integra este circuito, entre sentidos, memoria, coordinador, niveles, centros.
Y decimos: Las conectivas entre sentidos, memoria, conciencia y centros, revelan aspectos de importancia del funcionamiento del siquismo. Estos circuitos conectivos trabajan en interregulación. Están regulados entre sí, ajustados entre sí, y en contínua dinámica, llevando así a todo el siquismo a una compleja autorregulación. Todo el siquismo está en una compleja autorregulación, en donde un factor se modifica y se modifican todos ellos.
Cuando el coordinador hace apercepción de la percepción, por ejemplo, queda inhibida la evocación. ¿observan ustedes ese tipo de mecanismos?. El coordinador ahora está atento a un objeto de percepción, y en tanto y en cuanto está atento a ese objeto, los datos que mecánicamente suministra memoria quedan bloqueados, me dirán ustedes que de todos modos pasa datos, para que se pueda reconocer el dato que viene de la percepción. Pero la evidencia de las operaciones de la memoria, desaparece. Y entonces queda abierta la puerta de entrada a la percepción y la atención se dirige hacia ella.
Esto es un caso, como tantos otros. Estamos hablando de por qué decimos esto de la interregulación. Lo decimos por los registros que tenemos de estas operaciones.
E inversamente, la apercepción de memoria, inhibe la percepción. Fíjense hasta en la mirada de un sujeto cuando evoca; tiende a cerrar los párpados, tiende a disminuir la actividad de los sentidos externos. Y en cambio fíjense en lo que sucede en las mentes perturbadas, cuando se mezclan estos procesos que deberían estar interregulados y compensados. Al contrario, el sujeto está sumido en un mundo evocatorio y su mirada se hace fija, cristalina y abierta, y entonces nos da a entender una suerte de actividad alucinatoria, en donde aquello que está sucediendo con su evocación, es trasladado al mundo objetal cubriéndolo, como si se recibiera información desde afuera.
Esto no es interesante observarlo, porque a uno mismo le sucede, no es patológico. Pero ya en casos más pesados se observa plenamente. Bien. Hay un sistema de interregulación en los mecanismos.
Cuando están actuando los sentidos externos se frena la entrada de estímulos internos y viceversa. La mayor interregulación aparece en los cambios de nivel de trabajo, en donde al ir bajando al sueño se bloquean los mecanismos de reversibilidad. Otro caso, aunque planteado en otro nivel ¿no es cierto?. Vamos bajando de nivel de conciencia, van bloqueándose los mecanismos de reversibilidad -interregulación-, soltándose entonces con fuerza los mecanismos de asociación. Interegulaciones continuas por todos lados, de las que tenemos registro.
Por su parte los mecanismos críticos, al par que comienzan su trabajo, inhiben a los mecanismos asociativos al ascender a vigilia.
Entre los sentidos también hay interregulación automática. Cuando la vista amplía su umbral medio, disminuye el tacto, el olfato y el oído, sucediendo de igual modo entre los demás sentidos. Cerrar los ojos para oír mejor, etc. Bien.
Hay algunas fuentes de ruido o algo más sobre este tema del ruido que podemos considerar sumariamente. Los ruidos se ocasionan por interferencias en el circuito de información o en el circuito de decisión. Y al utilizar la misma vía de comunicación pueden llegar a cualquiera de los aparatos o a los centros, motivando errores de conducta, llamaremos luego.
Los impulsos impropios de un circuito al infiltrarse en él, alteran los datos de información especialmente en el caso de los datos de los sentidos externos. Lo que habíamos dicho anteriormente, cuando hablábamos de que toda la información que llega por sentidos externos, es tocada por el estado en que se encuentra la maquinaria en ese momento, que de todas maneras, aunque no se lo registre, está suministrando información.
Si el estado en que se encuentra el circuito en ese momento, es un estado de clima fijado, todo lo que va llegando del mundo externo va siendo teñido por este clima, de lo cual resulta, por supuesto, una información bastante ruidosa.
El ruido suele producir un aumento de las tensiones internas que desbordan el umbral de tolerancia, interfiriendo en los canales informativos y registrándose finalmente como dolor mental, como perturbación mental, esto de llegar a los umbrales de tolerancia, también en las operaciones de los aparatos.
Junto con las tensiones, los climas y arrastres, cuando llegan hasta el coordinador, ocasionan en él la emisión de respuestas inadecuadas, ya que carece de parámetros para ordenar tal mezcla de información.
Y luego de esto, pienso que podremos hablar un poco de los impulsos, que van a poner más en dinámica el funcionamiento del siquismo.