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Ayer estuvimos hablando sobre memoria. Y dijimos que la memoria, considerándola una suerte de aparato del siquismo humano, tenía por función grabar y retener datos provenientes de los sentidos, también provenientes de la conciencia; y que estas grabaciones, estos recuerdos, funcionaban de distinta manera según llegaran a una suerte de aparato de registro, a un registrador, o según que desde este registrador se buscaran esos datos en el aparato de grabación.

Decíamos que lo característico del recuerdo, no era la imagen sino un característico tono afectivo, que se registraba en la búsqueda de un objeto en memoria; y que por distintos niveles de búsqueda se daba con un determinado objeto. Esto en el caso de que se fueran a buscar objetos desde ese aparato registrador, desde ese aparato coordinador al cual provisoriamente hemos llamado conciencia.

Ya hay de algún modo memoria en los trabajos de cada sentido, y efectivamente, en cada sentido hay una suerte de inercia que continúa luego de que la percepción se ha efectuado. Así como en el ojo «se conserva» la luz luego de haberla percibido, aún cuando uno cierre los párpados; así como en el oído existen fenómenos de inercia, en todos los sentidos hay una suerte de arrastre que continúa la percepción aún cuando la percepción haya ya pasado. Y esta suerte de inercia que está en cada sentido es, de algún modo, memoria de los sentidos, pero es también diferente a la memoria, al dato que se graba, en ese particular aparato al cual llamamos aparato de memoria.

Pero así como los sentidos hacen una primera estructuración de los datos, que luego el aparato de coordinación se va a encargar de estructurar en grado máximo, así también los sentidos trabajan con una suerte de memoria en la misma inercia de la percepción, que luego ya el aparato de memoria se va a encargar de especializar y ordenar adecuadamente.

Así es que en el mismo aparato externo de los sentidos, están los rudimentos de estructuración, están los rudimentos de memorización; en los mismos sentidos está trabajando una suerte de mínima conciencia.

Desde luego que no nos vamos a poner a examinar como funcione esto en otras criaturas vivientes, pero seguramente en ellas el aparato de coordinación al cual llamamos conciencia, no funciona del mismo modo que en el ser humano.

Es probable, aunque no seguro, que en otras especies animales un aparato de coordinación no funciona plenamente, sino que funcionan más bien sentidos sobre todo, de algún modo huellas de memoria, y ahí se esté efectuando una cantidad de operaciones sin necesidad de un coordinador con sus mecanismos reversibles y con todas estas operaciones complejas que suceden en el ser humano.

Así es que en aquellos sentidos podemos tal vez encontrar los rudimentos de esa coordinación, los rudimentos también de esa memoria especializada, aún en los mismos sentidos de estos seres.

Tampoco podemos, o es muy difícil para nosotros, pensar que en ellos existan imágenes tales cuales son las imágenes complejas de la conciencia humana. Y si dotamos a la imagen de la función de llevar su carga hacia los centros y luego movilizarse estos centros en la respuesta al mundo, es difícil pensar que esto funcione del mismo modo que en la conciencia humana, con ese tipo de imágenes.

Bien. Las formas de grabación las estuvimos viendo ayer y dijimos que por un estímulo fuerte había una grabación fuerte; por la entrada simultánea a través de distintos sentidos se reforzaba la grabación; por presentación del mismo dato de diferentes maneras también; por repetición del dato, también. Decíamos que el dato era mejor grabado en contexto; o bien cuando sobresalía por falta de contexto. Que la calidad de la grabación aumentaba cuando los estímulos eran distinguibles, es decir, cuando disminuía el fondo de perturbación que hacían los otros sentidos, o que hacía la conciencia, o que hacía la misma memoria en otras actividades. Cuando esto disminuía la grabación era más precisa, más fiel.

También veíamos casos anormales de grabación, que aparecían cuando había ausencia de estímulos externos. Y cuando había ausencia de estímulos externos, decíamos que el primer estímulo era el que más fuertemente se grababa.

Decíamos que existían también distintos grados en la evocación, es decir cuando se iba a la búsqueda del dato, según que el dato se hubiera registrado con mayor o menor intensidad.

Atribuíamos a la memoria una suerte de sistema de umbrales, también. Y decíamos que estos umbrales estaban en continuo movimiento. Cuando los datos pasaban levemente el umbral de registro la evocación es también leve posteriormente.

Nos interesa también el mecanismo de olvido y vimos que datos que habían cumplido con una cantidad de condiciones que hemos citado, y que por lo tanto esos datos se habían grabado, vimos que esos datos, sin embargo, en algunas circunstancias no podían ser evocados correctamente.

Así que la percepción había llegado hasta ellos, la percepción había cumplido con esas condiciones, el dato se había grabado. Sin embargo la rememoración, la evocación de estos datos resultaba dificultosa. Entonces, el problema no estaba, en principio, en la grabación, sino más bien en la reproducción del dato.

Desde luego que acá hay que hacer una pequeña salvedad. Mucha gente puede pensar que a veces tiene dificultades en memoria. Ve una cosa, está en un tema, y luego trata de evocar esa cosa y ese tema y encuentra dificultad. La mayor parte de las veces no es que exista en el aparato de memoria dificultad, sino en la intensidad de la señal, asociada a determinadas sensaciones internas.

Esto no es difícil si se pone atención, que ya no depende de memoria sino de los mecanismos de conciencia: si se pone atención en un dato, a ese dato se lo puede luego rescatar con mayor facilidad que si el dato ha sido percibido de todos modos y se ha emplazado en memoria, pero sin participación de la actividad de la conciencia. De manera que las más de las veces, las dificultades de memoria son dificultades de atención y no de memoria.

Cuanto más atención se pone en la grabación, mayor registro interno de la sensación del trabajo de la atención sobre un determinado objeto existe. Por lo tanto, si sabemos que no se buscan las imágenes en memoria -sino una suerte de tono o de franja teñida de algún dato de esfuerzo, o teñida de algún dato emotivo-, es más fácil rescatar aquella grabación que se hizo además del estado de conciencia en ese momento, es más fácil buscar por esa franja, que en condiciones en donde simplemente llegó la impresión, afectó ligeramente a conciencia, y fue al aparato registrador.

Así que el trabajo de atención del cual hay registro interno del ligero esfuerzo atencional, esto permite a la vez el rescate de datos con mayor facilidad que si no se hubiera puesto atención en la grabación. Las más de las veces, decimos, son dificultades propias del aparato atencional y no del sistema de grabación.

Pero dejando esto de lado y volviendo a lo dicho ayer, todas las condiciones se han cumplido para que haya una excelente grabación, y sin embargo, al hacer el esfuerzo de evocar, no hallamos el dato que andamos buscando. En algunos casos hablamos de bloqueos, en otros casos hablamos de amnesia de la memoria; en fin hay numerosos errores en el trabajo de la memoria misma que vamos a citar más adelante.

Pero, dijimos ayer, definimos al olvido como la imposibilidad para traer a la conciencia datos ya grabados. También dijimos que había una suerte de olvido funcional que impedía la aparición continua de recuerdos gracias a mecanismos que operaban inhibiendo un aparato mientras funcionaba otro. Que esto, de todas maneras, no era un defecto sino un gran beneficio para la economía general del siquismo.

Incluso veremos cómo el olvido, o la amnesia, o el bloqueo, también operan no por defecto, sino cumpliendo con una función importante para la economía del siquismo. No será que esta estructura esté mal armada, sino que esté cumpliendo con alguna función, aún en los errores que comete.

Bien. Podemos observar distintos niveles de memoria. En la adquisición de la memoria individual, en los primeros momentos en que se empieza a percibir y ya se empieza a grabar, se forma una suerte de sustrato, para darle un nombre; una especie de sustrato antiguo de memoria, un sustrato profundo de memoria.

Sobre esta base de memoria, que es la base de datos con que va a trabajar la conciencia -aparte de lo que va llegando luego por otros sentidos-, sobre esta base se va estructurando el sistema de relaciones que luego efectúa la conciencia. Es la memoria más antigua desde el punto de vista del fundamento de las operaciones que se realizan.

Sobre esta memoria más antigua van depositando -para hacer una figura- todas las grabaciones que se siguen registrando a lo largo de la vida. Es una especie de segundo nivel de memoria. Y hay un tercer nivel de memoria que es la memoria inmediata, de los datos inmediatos con los que vamos trabajando.

Normalmente la memoria profunda, al memoria antigua, queda archivada fuertemente sin producirse en su sustrato operaciones de importancia. Mientras que en la memoria reciente, es necesario todo un trabajo de memoria, de ordenamiento, clasificación y archivamiento de datos. Es con la memoria reciente con la que se producen todas esas operaciones de ordenamiento, aparte de que el dato haya caído.

Y también se establecen entre esos dos niveles -el nivel más reciente, el nivel inmediato, y el nivel mediato, que es el nivel intermedio-, se establecen entre esos dos niveles suertes de diferencias de potencial diríamos, en donde los nuevos datos van ingresando y también van modificando a la memoria mediata.

Si escolarmente quisiéramos hacer una clasificación hablaríamos de una memoria antigua, una memoria mediata y una memoria inmediata. Y es a la memoria inmediata a la que le daríamos el mayor trabajo de clasificación que a los otros tipos de memoria.

Pero claro, aunque no se trabaje poderosamente con los datos más antiguos, estos están fuertemente arraigados. Es como si crearan un campo dentro del cual caen los nuevos.

Entonces tenemos serias dificultades para realizar trabajos con la memoria antigua. Podemos hacer trabajos con la memoria inmediata, actuar indirectamente sobre la memoria mediata -el segundo nivel- pero, nos cuesta enormemente modificar huellas profundas de aquel sustrato. De tal manera que todo aquello que caiga en ese campo y además deposite largo tiempo, a medida que el tiempo pasa, nos vamos encontrando con mayor resistencia para hacer modificaciones en ese campo.

Y ¿qué se está depositando, se están depositando imágenes? No. Se están depositando esas suertes de tonos afectivos o de registros internos de las operaciones que acompañaron al dato que llegó por la vía sensorial. Ese es el trasfondo que quedó y ese trasfondo, fuertemente grabado es el que está influyendo sobre los nuevos potenciales que van llegando al archivador.

Así que en realidad están influyendo esas tensiones internas de la memoria, esas suertes de climas internos de la memoria, sobre todos los nuevos datos que caen.

En toda grabación y también en la memorización de lo grabado, el trabajo de las emociones tiene un papel, juega un papel muy importante. Así es que emociones dolorosas o estados dolorosos que acompañan a una grabación, luego en el registro nos da un tipo de consecuencia diferente a aquel otro, en donde las grabaciones se han efectuado en estados emotivos de agrado.

Y si la grabación, decimos, se impresiona, mejor dicho, el dato que luego se convierte en grabación, viene de sentidos externos pero también de sentidos internos, según el estado afectivo en que se está grabando el dato externo, también se va grabando el dato interno y va influyendo sobre el sustrato en cuestión.

Así pues, cuando se evoca una determinada grabación sensorial externa, también van a surgir los estados internos que le acompañaron. Si a ese dato externo se le acompaña un sistema de emociones de defensa, un sistema de emociones dolorosas, la evocación luego, de aquello que se grabó, va a venir teñida de todo ese sistema de ideación doloroso que le acompañó a la grabación del dato externo. Y esto tiene bastantes consecuencias.

Hay una suerte de memoria de tipo situacional también. Uno graba a una persona en una determinada situación. Al poco tiempo ve a esa misma persona pero en una situación que no tiene nada que ver. Entonces uno encuentra a esa persona, la encuentra como conocida, pero no la reconoce plenamente; no coinciden las imágenes, porque no coincide aquella imagen de la persona con la situación en la que fue grabada.

En realidad todo tipo de grabación es situacional, pero podemos hablar de una suerte de memoria situacional en donde el objeto va siendo grabado por los contextos. Modificando luego el contexto en que está ese objeto, encontramos una suerte de sabor conocido en ese objeto, pero no podemos reconocerlo porque los parámetros de referencia han variado. Entonces tenemos dificultades en el reconocimiento por la variación del contexto al confrontar aquella imagen con la nueva.

De manera que en los mecanismos de evocación, en la rememoración en general, hay problemas porque a veces no se sabe como localizar al objeto si no se encuentra todo aquello que le acompañó. . Lo que hemos dicho de la evocación, con respecto a que no se buscan imágenes sino que se buscan ciertos tonos, también vale, en este caso, de que se trata de encontrar un objeto pero no por el objeto mismo sino también por las referencias que acompañan a ese objeto.

Cambiamos al objeto de situación, lo vemos, tiene algo de conocido este objeto, pero no lo reconocemos, no porque el objeto haya cambiado sino porque han cambiado todas las otras referencias.

Las vías de entrada de los impulsos mnémicos, de los impulsos de memoria son los sentidos internos, los sentidos externos y las actividades de ese aparato de coordinación.

Por su parte, los estímulos que llegan siguen una doble vía: una vía que va directamente al aparato de registro y una vía que va al aparato de memoria. Es suficiente con que los estímulos sobrepasen levemente los umbrales sensoriales para que sean registrables. Y es suficiente una mínima actividad en los distintos niveles de conciencia para que haya grabación.

Por otra parte, al actualizarse memoria por la traducción de impulso a imagen y de imagen a centro, como del funcionamiento del centro s su vez hay registro, se refuerza memoria. Y esto es un punto que tiene bastante importancia. Y que tiene que ver con la hoy llamada teoría de la información, que para nosotros es bastante discutible.

Estamos diciendo esto: que si un impulso de memoria llega a conciencia y en conciencia, con un determinado aparato, estos impulsos se convierten en imágenes, y éstas imágenes actúan sobre los centros y los centros dan la señal hacia afuera, al efectuarse esta señal hacia afuera, de todos modos se registra la actividad del centro en sentidos internos.

Por consiguiente, ¿cómo se aprende realmente? ¿Se aprende realmente por el dato que llega a los sentidos, se archiva en memoria y luego se lo evoca, como hacen muchas personas, leen algo, que lo repiten y lo repiten y lo tratan de grabar en memoria? ¿O se aprende cuando se efectúa? Un poco las dos cosas, pero no solamente por esto del registro.

Esto tiene importancia por lo siguiente: se supone que existe una fuente emisora que da señal; ese es el que enseña. Se supone que existe una fuente receptora que toma la señal: ese es el que aprende. Se supone que se aprende porque alguien enseña, de tal manera que: hay alguien que explica, hay alguien que recibe, y éste está aprendiendo.

Parece que las cosas no funcionan tan así. Parece que se aprende cuando el dato que sale de memoria llega a conciencia, se traduce en imagen, moviliza centro y va como respuesta, se trate de respuesta intelectual o se trate de respuesta emotiva o como ustedes quieran. Cuando este impulso convertido en imagen moviliza centro, y centro efectúa y de la efectuación del centro se tiene a la vez registro interno, cuando se establece todo este feed-back, en ese momento es cuando la grabación misma se acentúa.

En otras palabras, que se aprende haciendo, y no simplemente registrando. Y si ustedes trabajan con un niño y sienten a ese niño y a ese niño le explican cosas y el niño simplemente está en actitud receptiva, es muy diferente a si a este niño le suministran datos y a este niño le piden que con esos datos estructure relaciones y explique él lo que aprendió.

Es muy diferente que con los datos se efectúen operaciones, que simplemente se reciban los datos. De manera que lo más probable es que se aprenda mejor enseñando que recibiendo la información.

Como a la vez hay un circuito entre el que enseña y el que aprende, la misma efectuación de operaciones del que aprende, el pregunteo del que aprende sobre el que enseña, hace que el que enseña tenga que efectuar operaciones y relaciones incluso no pensadas por él. De tal manera que en este sistema de relación, no se sabe quien enseña y quien aprende.

Es un sistema de relaciones entre ambos interlocutores en donde, claro, el esquema de causa y efecto no funciona. Funciona una continua reacomodación en estructura, donde al dato se lo va viendo desde distintos puntos, y donde no está solamente la actitud activa del que suministra dato y pasiva del que recibe el dato. Así, no se aprende.

Hay mucha gente que tiene problemas para soltarse, que tiene poderosos registros de defensa interna, que lógicamente tiene también, repitiendo ese mismo esquema, problemas para suministrar información a otro. Porque suministrar información a otro es un poco tener el registro de que algo interno se suelta, y entonces hay gente que tiene problemas para enseñar a otros, cosas que sabe. Y entonces frente a un dato que recibe, dice: «pero ¿y que tiene que ver conmigo? A mi ese dato me interesa mucho, pero, ¿por qué lo voy a suministrar a otro, si la preocupación mía es tener el dato?».

Eso en realidad, se explica por otra cantidad de mecanismos sicológicos de tensiones internas y demás. Claro, se elabora intelectualmente todo tipo de cosas, pero la verdad de las cosas es, que si él suministrara el dato a otro, él iría realmente incorporando los datos y aprendiendo. Pero si él se quedara simplemente en esa actitud pasiva, de llenar una suerte de bolsa, de ninguna manera aprendería efectivamente esos datos.

Así es que en esto de que el dato llega y el dato sale, hay bastante complicación, y parece que si no le hacemos pedido al circuito en la salida, en el circuito tampoco hay operación. Ustedes saben, en los aparatos contemporáneos electrónicos o eléctricos, que el transformador puede estar enchufado pero, en la medida en que no se le pide no hay trabajo, no hay aplicación. Así es que es por la salida, en realidad, que se va actualizando memoria y se van haciendo nuevos registros de lo que se hace y se va incorporando esa memoria inmediata, a otros niveles.

Esto tiene mucha importancia desde el punto de vista de la teoría de la información y sobre todo del punto de vista de la teoría de la pedagogía o de la teoría de la enseñanza.

Y es un punto que estamos recalcando porque algo tiene que ver con nosotros, ya que por definición nos preocupan los problemas del aprendizaje, los problemas de la elaboración y los problemas de la enseñanza. Así que viene muy al caso que nosotros consideremos este punto, en donde se trata no solamente de recibir información sino de producir transformaciones con estos datos y además, suministrar tal información que a la vez revierte por vía de estos circuitos que tenemos acá, en el esquema.

En el circuito entre sentidos y coordinador, la memoria actúa como una suerte de conectiva, como un puente, compensando en ocasiones la falta de datos sensoriales, ya sea por evocación, ya por recuerdo involuntario. Y en el caso del sueño profundo, en donde no hay entrada de datos externos, están llegando a conciencia datos cenestésicos combinados con datos de memoria.

En este caso los datos mnémicos no aparecen evocados intencionalmente, pero de cualquier modo el coordinador está realizando un trabajo, está ordenando datos, está analizando, está haciendo operaciones con participación de memoria; aún en el estado de sueño profundo, -y particularmente en el estado de sueño profundo-, se están realizando todas estas operaciones.

Conciencia está haciendo esto, porque nosotros no identificamos conciencia con vigilia, como ustedes saben. Conciencia para nosotros es algo mucho más vasto, por eso hablamos de niveles de conciencia. Bien, la conciencia, en su nivel de sueño, se está preocupando por este trabajo mecánico de clasificación y de ordenamiento de los datos.

En el nivel de sueño profundo hay reordenamiento de la materia prima vigílica, es decir, de la memoria reciente. Por eso es que los sueños de ese día tienen que ver enormemente con la materia prima que se ha recibido durante el día. Desde luego que ahí se establecen largas cadenas asociativas y el dato de ese día, la materia prima de ese día a su vez, engancha y conecta con datos anteriores, pero es básicamente la materia prima del día -la memoria reciente-, la que está trabajando en la formación del ensueño del sueño.

El coordinador puede dirigirse a la memoria mediante la evocación. A esta evocación le llamamos nosotros mecanismo de reversibilidad. Exige una actividad de el coordinador en la búsqueda de las fuentes.

Existe una cantidad también numerosa de errores de memoria. El error más general de la memoria es el del falso reconocimiento, que surge cuando un dato nuevo es relacionado incorrectamente con uno anterior. Esta situación en que ahora estoy, es sumamente similar a otra situación en que estuve antes, solo que el objeto que tengo ahora no lo he visto antes. Como existen grabaciones de tipo situacional, yo ahora experimento el sabor de ya haber visto ese objeto, y no es que haya visto ese objeto nunca, sino que reconozco situaciones similares a las que estoy ahora y que ya han sucedido en otro momento. Entonces emplazo a ese nuevo objeto dentro de esa memoria situacional, y me aparece como reconocido.

A veces sucede la inversa. Es que un objeto que reconozco, suscita una situación que no he vivido jamás pero que me parece haber vivido. Una variante de esto, la variante llamada de recuerdo equívoco, es la de suplantar por otro a un dato que no aparece en memoria, como si viniera a llenar el vacío.

Genéricamente se le llama amnesia, a un registro de imposibilidad total para evocar datos o secuencias completas de datos. Así pues, hay distintas clasificaciones de estas amnesias, de estos olvidos. Nos damos cuenta como puede haber amnesias no solo referidas a un determinado objeto, o a objetos que se encadenan con él contiguamente, contradictoriamente o similarmente. Y también nos damos cuenta como pueden operar amnesias donde lo que se borra no es determinado objeto sino una determinada situación y que está actuando en los distintos niveles de memoria. No me olvido ahora lo que sucedió solamente hace cinco días, sino que me olvido en distintas etapas de mi vida, de situaciones que están relacionadas entre sí.

Entonces el olvido no solamente es lineal en una franja temporal, sino que a veces es selectivo de una determinada situación que se repite en distintas etapas vitales. Toda aquella franja queda borrada, aparentemente. Es muy difícil que algo se borre de memoria.

Lo que sucede normalmente es que el dato no puede ser evocado porque no se tiene registro de tal sensación, porque esa sensación del registro que corresponde a esa franja fue influida por otros tipos de sensaciones, entre otras, las sensaciones dolorosas. Las sensaciones dolorosas que acompañan a las grabaciones de determinados fenómenos son las que tienden a desaparecer en la evocación. Como estas sensaciones dolorosas son rechazadas por toda la estructura, entonces es rechazado todo lo que le acompaña.

El mecanismo de dolor sicológico y el rechazo del dolor sicológico, es el que explica que al tratar de evocar surja aquella sensación interna dolorosa, sensación que compromete a la estructura del mecanismo de coordinación. Es esta sensación dolorosa que lo compromete, la que produce esa suerte de rebote, barriendo también al contenido que está asociado, aunque haya venido de dato externo; a ver si me voy explicando.

De manera que es básicamente el mecanismo de dolor en la grabación de un dato, el que a la corta o a la larga va a hacer evanescer el dato, va a hacer desaparecer el dato, por lo menos en su aspecto evocativo.

Así que todo lo que esté acompañado por dolor va a traernos a nosotros bastante problema, luego, en la evocación. Y si no nos trae problema en la evocación, siempre ese dato nos va a traer por lo menos, problema en la asociación de otros objetos que lo acompañaron en el momento de ser grabado.

De todas maneras, aquello que fue grabado con dolor, o es olvidado, o es evocado nuevamente en conciencia; pero transformados los contenidos laterales que le acompañaron. Hay grabaciones a fuego, dirían algunos, que son grabaciones dolorosas. Pero estas grabaciones dolorosas, si se las examina bien, se verá que numerosos fenómenos que le acompañan han sido transformados fuertemente.

Toda grabación está asociada a otras contiguas. No hay pues recuerdo aislado sino que el coordinador selecciona entre los recuerdos, aquellos que le son necesarios.

Otro caso de error es el que se produce cuando recuerdos contiguos se ubican como centrales.
En la conducta pueden influir directamente datos de memoria, que no pasan por coordinador y que motivan comportamientos inadecuados a la situación, a pesar de que pueda haber registros de estas conductas inadecuadas.

Bien. Por supuesto que el tema de memoria es un tema largo, del que se podría charlar bastante porque tiene mucha importancia para nosotros, sobre todo en el aspecto práctico. Pero estamos, como ustedes saben, en una revisión general de cosas que se han dicho anteriormente.

Así que pasemos, para avanzar, a otro tema de nuestro interés, que es el tema de la llamada conciencia en general.

Bien. Antes de entrar en este aparato al cual llamamos conciencia, hagamos dos consideraciones, una de las cuales tiene que ver con memoria y otra tiene que ver con cuestiones generales.

Se pregunta, refiriéndose al problema de la grabación de lo doloroso y lo placentero, se pregunta esto: ¿Qué pasa cuando un estímulo sensorial es grabado placenteramente pero, por otras circunstancias, esto, provoca dolor moral, por ejemplo, o dolor intelectual? Esto crea problemas. Supongan ustedes a una persona que por su formación moral tiene problemas con determinados datos sensoriales de tipo placentero.

Ahí hay dolor y placer mezclado, la cosa está difícil. Resulta que esta persona registra placer físico, y claro, ese registro de placer físico a la vez le crea problema de valoración moral. ¿Cómo va a evocar entonces, ahora, ese registro? Lo más probable es que en el futuro no quiera ni acordarse de lo que pasó. Pero también es probable que lo placentero que busca abrirse paso y que busca imponerse a conciencia -así como lo doloroso busca desaparecer de conciencia-, lo más probable es que surja una especie de estado obsesivo con respecto a aquella situación. Y entonces nos vamos a encontrar con este buen hombre, que por un lado reprime la evocación de los registros placenteros, y por otro lado surgen los registros placenteros y se imponen a su conciencia. Ahí va a haber problema, y ahí va a haber efectivamente seria contradicción. Pero esto, es observable.

La segunda cuestión, que no toca solo a esto de memoria, sino que toca a los desarrollos en general, se refiere a esto: A medida que vamos haciendo desarrollos, una de las actitudes que se puede recomendar es esta, la de ir cotejando lo que se dice con registros propios. Es bien diferente al tratamiento de otro tipo de tema, de temas que funcionan nada más que en niveles intelectuales, ¿no es cierto?

Cuando estamos hablando de estas cosas, el mejor hilo conductor es el registro interno que se tenga de las cosas que se van diciendo. Ustedes comprenden que es bien diferente ir archivando ideas o ir registrando coincidencias o no, entre lo que se explica sobre los estados internos, por ejemplo, y lo que pasa en los estados internos de uno.

De manera que es una forma bastante diferente de escuchar esto que se va diciendo acá, diferente a la que se usa en otro tipo de campos de conocimiento, ¿no es cierto?

Entremos ahora en nuestro tema.

CONCIENCIA

Entendemos a conciencia como un sistema de coordinación y registro que efectúa el siquismo humano. Fíjense ustedes que a veces esta conciencia le llamamos conciencia, a veces le llamamos coordinador, a veces le llamamos registrador: no sabemos si se trata de una misma entidad, si se trata de varias entidades; y como por ahí han circulado ideas primitivas acerca de que hay muchas conciencias, por ejemplo, no se sabe si estamos en esta tónica o en otra.

No, no. Lo que pasa, es que, aún tratándose de la misma entidad, está cumpliendo con funciones distintas. A ver: es como si a una persona se la llamara en la oficina, jefe; y en su casa se le llamara padre; y en otro lugar se le llamara amigo, ¿comprenden ustedes? Se trata más o menos de la misma persona.

Y con este aparato de conciencia que efectúa tantas operaciones, , se ve también con él, que cumple con muchas funciones.

Entonces cuando estamos hablando de que conciencia registra, le llamamos registrador. Y cuando decimos que la conciencia coordina, es porque está haciendo otras cuantas cosas, está funcionando como coordinador de operaciones. Nuestra atención está puesta en esa función que está efectuando en ese momento.

Pero, entonces, si hablamos de coordinador estamos explicando la función que hace conciencia en ese momento. Si hablamos de registrador explicamos la función que hace conciencia en ese momento. Pero se trata siempre de la misma entidad que va trabajando en distintos planos, en distintos campos, cumpliendo con distintas funciones.

Ese es el problema que hay con tanta designación de conciencia. Y no hay más problema que ese. Así que no se trata de entidades diferentes.

Muy distinto es esto a lo que llamamos yo. A ese yo no lo identificamos con conciencia. Sin embargo, uno, cada uno, tiende a creer que su conciencia es su yo. Eso es otra cosa.

Que nosotros digamos: conciencia es lo mismo que coordinador, conciencia es lo mismo que registrador, etc., y va cumpliendo con distintas funciones, eso puede entenderse.

Pero nosotros no decimos que yo sea lo mismo que conciencia, sino que se produce una falsa identificación de ese yo con la conciencia. Más bien estamos haciendo el registro de una suerte de ilusión.

Para verlo con cierta claridad deberíamos referirlo a los niveles de conciencia. Consideremos a los niveles de conciencia como distintos ámbitos de trabajo de la conciencia. E identifiquemos ahora el yo con aquello que observa los mecanismos que se van desarrollando.

En vigilia yo voy registrando y voy haciendo numerosas operaciones. Si alguien me pregunta «¿quién es usted?» yo voy a decir, «yo» y le voy a agregar a eso a lo mejor una cédula de identidad, un número, un nombre o cosas por el estilo.

Muy bien. Y me da la impresión de que ese yo, registrará desde adentro las mismas operaciones, observará las operaciones de la conciencia. Por lo pronto ya tenemos una distinción, entre las operaciones que efectúa la conciencia y este otro observador que se refiere a esas operaciones de la conciencia. Por lo pronto hay una suerte de separación.

Y si me fijo cómo voy observando las cosas, veo que voy observando las cosas «desde adentro»; desde adentro voy observando las cosas. Y si observo mis propios mecanismos, veo que mis mecanismos están vistos desde afuera, ¿comprenden ustedes eso?

Si ahora bajo el nivel de conciencia y me voy al sueño, por ejemplo, ¿cómo me veo yo en el sueño? Yo voy caminando por la calle, en un sueño, yo veo autos que pasan, gente que pasa, muy bien, ¿desde dónde veo a la gente que pasa, a los autos que pasan? ¿Desde dentro de mí?, como ahora que los veo a ustedes y sé que están afuera de mí, y por lo tanto yo los veo desde adentro de mi, ¿así me veo yo? No, yo me veo desde afuera.

Si observo cómo veo desde el nivel de sueño, me veo a mi mismo viendo los autos que pasan, a la gente que pasa, y yo me observo desde afuera, ¿captan esto?

A ver, háganlo de otro modo, fíjense con la memoria. Ustedes ahora se recuerdan en una situación cuando eran niños. Bien. ¿Qué es lo que ven en esa escena? ¿ven ustedes desde adentro, como ven ahora las cosas que los rodean, ven desde adentro-siendo niños-, las cosas que los rodean? Se ven desde afuera. En ese sentido, ¿dónde está el yo? ¿El yo está desde adentro del sistema de estructuración que hace la conciencia y percibe las cosas o el yo está desde afuera? La impresión que se tiene es que en algunos casos está adentro y en otros casos está afuera, por una parte.

Y por otra parte, si se profundiza esto, se ve que al observar las mismas operaciones de la conciencia, es diferente, es separado el observador de estas operaciones de las operaciones mismas. En todos los casos, el yo aparece como separado, esté adentro o esté afuera. Lo que sí sabemos es que no está incluido en las operaciones.

Este yo entonces, ¿cómo es que lo identifico con la conciencia, si todos los registros que tengo son de separación, entre yo y conciencia? ¿Siguen este pensamiento?

Si observo todos los registros que tengo del yo, voy a ver que todos estos registros son de separación entre esto que llamo conciencia y operaciones de la conciencia, y esto que llamo yo.

De manera que aún por registro, por registro interno, no es legítimo que yo asocie el yo a la conciencia.

¿Que cómo se constituye este yo, por qué surge este yo y por qué yo cometo el error de asociar el yo a la conciencia, ese, es otro problema.

Pero por lo pronto, todos los registros nos indican que no puedo identificar yo a conciencia, porque en todas las operaciones lo veo como separado.

Dejando esto de lado, podemos decir sobre conciencia, ya que estamos en este repaso, que no se considera conciencia a ningún fenómeno que no sea registrado, ni tampoco ninguna operación del siquismo en la que no participen tareas de coordinación. Cuando hablamos de registro, hablamos de registro en distintos niveles. Porque no identificamos conciencia con vigilia. Conciencia es algo más amplio.

Se suele vincular conciencia con actividad vigílica, quedando el resto fuera de la conciencia. Hay mucha discusión con esas corrientes, corrientes que hablan de que la conciencia está por un lado y luego hay otras cosas que no son conscientes, en fin. O de otros que hablan de acontecimientos que suceden y resulta que nadie los registra, entonces no se sabe ya de qué se está hablando. Nosotros asociamos esto al sistema de registro.

Hay por último otras concepciones que ven a la conciencia como pasiva, recibiendo información, nada más, y luego soltando la información que se tiene. Eso, no puede ser.

En cuanto a los mecanismos fundamentales de conciencia, entendemos por tales a los mecanismos de reversibilidad. Mecanismos de reversibilidad; esos son los primeros mecanismos fundamentales de la conciencia, para nosotros.

Estas son facultades de la conciencia para el dirigirse, por medio de la atención, a sus fuentes de información. Si la reversibilidad se dirige hacia la fuente sensorial, entonces hablamos de apercepción. Si la reversibilidad se dirige hacia la fuente de datos de memoria, hablamos de evocación.

Puede existir también la apercepción en la evocación, cuando se apercibe un dato que se grabó en el umbral de registro. Ese es el caso, por ejemplo, de la grabación subliminal de la cual no se tiene cuenta en el momento en que se produce y que luego, sin embargo, puede ser evocada. ¿Comprenden ese caso?

Hay bastante discusión con esto de cómo funciona la apercepción y como funciona la evocación. A ver, hagamos unas distinciones bien elementales, y tratemos de solucionar esto.

Llamo percepción al simple registro del dato sensorial. Aquí estamos juntos, se escucha un ruido, percibo el ruido, es decir, mi interés luego podrá dirigirse a la fuente de ruido, pero el hecho es que se impuso a mi registro, el dato. Esto lo voy a considerar percepción. Por supuesto que es sumamente complejo, ha habido estructuración y todo aquello. Bueno. Llamo apercepción a la búsqueda del dato sensorial. Punto y así de fácil.

Así es que percibo cuando se impone el dato, apercibo cuando busco el dato, ¿observan ustedes ese mecanismo de dirección? Así de simple.

Llamo recuerdo a esto que no viniendo de los sentidos sino que viniendo de memoria, llega ala conciencia.

Llamo evocación a esta actividad de la conciencia que se dirige a buscar los datos de memoria. Así de simple.

El caso de la apercepción y el caso de la evocación ilustran sobre mecanismos de reversibilidad de la conciencia. Los datos no llegan desde los aparatos en cuestión, sino que conciencia se dirige intencionalmente a buscar aquellos datos. A esto le llamo entonces mecanismos de reversibilidad, pero también hay otros casos en donde se nos complica un poco. La apercepción en la evocación, por ejemplo, desde ahí están como mezclados los dos aparatos.

Este es el caso en que el dato ha sido grabado en el umbral sensorial, y en ese momento no tengo conciencia vigílica de lo que ha pasado con ese dato, pero ese dato se ha registrado de todos modos en memoria. Y entonces, más adelante, en un trabajo de evocación, ese dato que de todos modos ha registrado, salta.

Veo numerosas personas en la calle, voy pasando mi mirada automáticamente delante de ellas, y luego recordando lo que pasó digo: «¡Pero si pasó un amigo frente a mí y no lo saludé!», por ejemplo. Ahí estoy trabajando con una apercepción en la evocación. Es decir, me estoy fijando en lo que pasó en memoria, estoy evocando, y al evocar surge aquello que fue grabado pero de lo cual no tuve debida cuenta en el momento en que se produjo. Entonces, de todas las sensaciones de registro que tengo ahora en el hecho de evocar, selecciono y voy a una de aquellas y digo: «¿pero quien era este señor que vi?»; ¿ubican?

Es un caso ligeramente más complicado que los anteriores. Ilustra simplemente sobre una mezcla de trabajos de reversibilidad de la conciencia, en donde se puede hacer apercepción, aún en la evocación. Bien.

La actuación de los mecanismos de reversibilidad está directamente relacionada con el nivel de trabajo de la conciencia. Y decimos en general: Que a medida que se desciende en niveles de conciencia, disminuye el trabajo de esos mecanismos y a la inversa.

Y esto va a tener para nosotros una gran importancia práctica en trabajos posteriores. Esto de que a medida que disminuye el nivel de trabajo de la conciencia, los mecanismos de reversibilidad se van bloqueando, van disminuyendo sus actividades. Y a medida que subimos el nivel de trabajo de la conciencia, entonces la reversibilidad, es decir, la dirección de la conciencia sobre sus propios mecanismos, se eleva en su trabajo.

Hay una estructuración mínima en base a la cual funcionan todos los mecanismos de conciencia, que es esto de actos-objetos. Así como funcionan estímulos-registros, así también funcionan actos-objetos en conciencia, ligados por este mecanismo de estructuralidad de la conciencia; este mecanismo intencional de la conciencia.

Siempre los actos están buscando objetos; se traten de objetos de una naturaleza u otra, siempre los actos de conciencia están buscando objetos.

Así como los sentidos estaban trabajando, así como memoria está siempre trabajando, así conciencia está continuamente lanzando actos dirigiéndose hacia objetos, que pueden ser de un tipo u otro.

Esta ligazón entre actos y objetos no es permanente, ya que existen actos lanzados en busca de su objeto, y es precisamente esta situación la que le da dinámica a la conciencia.

Algunos antiguos, pensaban que era característica fundamental de la conciencia que el acto de conciencia estuviera ligado al objeto. Que no podía haber acto sin objeto y no podía haber objeto sin acto. Así pensaban.

Si eso fuera así, la conciencia se vería en serias dificultades para transitar de un objeto a otro, porque en el momento de tránsito nos encontraríamos con que ese acto se encuentra sin objeto, aunque fuera un destello, aunque fuera provisorio.

Es gracias a que puede trabajar este acto en busca de objetos que la conciencia puede trasladarse de unos a otros. Precisamente lo contrario de lo que afirmaban estos señores.

De tal manera que los objetos de conciencia, se trate de percepciones que llegan a conciencia, de recuerdos, de representaciones, de abstracciones, etc., aparecen todos ellos, como objetos de los actos de conciencia. Y ahora pues, puedo buscar un determinado recuerdo: ese es un objeto. Ahora puedo buscar una determinada percepción; ese es un objeto. Ahora puedo hacer una abstracción: ese es un objeto. Pero las operaciones que realizo son de distinta naturaleza. Hay distinto tipo de actos. ¿Se comprende eso?

Esta intencionalidad de la conciencia -este dirigirse los actos de conciencia hacia determinados objetos-, siempre está lanzada hacia el futuro, hacia cosas que deben aparecer. dirijo hacia una cosa y aparece esa cosa; destella en pantalla.

Es muy importante esta actividad futurista del acto de conciencia. La intencionalidad siempre está lanzada hacia el futuro, lo que se registra como tensión de búsqueda.

Y si ahora trato de recordar, es decir, aparentemente no voy al pasado, porque son cosas que ya pasaron, si ahora voy a recordar lo que sucedió hace media hora, este, «ahora voy a recordar lo que sucedió», esto es lanzarse como acto de conciencia hacia el futuro. En este momento todavía no encuentro lo que pasó hace diez minutos, pero lo estoy buscando. Seguramente en el futuro encontraré lo que estoy buscando; ahora finalmente di con lo que estaba buscando.

Inevitablemente la conciencia se va moviendo en futuro así trabajo revirtiendo sobre los acontecimientos pasados. Inevitablemente el tiempo de conciencia es de tipo futurista: va hacia lo que va a sucederle a la conciencia, aun en el caso del recuerdo.

Así es que estas personas que se van hacia el pasado y se quedan arraigadas en el pasado y se quedan fijadas en el pasado, y parece que su dinámica de conciencia quedara cristalizada, aún para estas personas, la dinámica de conciencia sigue actuando.

Y en todos los casos voy haciendo registros de sosas pasadas pero la dirección de mi conciencia siempre es buscando, siempre es avanzando, aunque sea tratando de traer los acontecimientos que ya pasaron hace mucho tiempo, que no tienen nada que ver con el momento actual; mi vida en ese sentido y en general está lanzada hacia el pasado, pero los actos de conciencia siempre van futurizando, van hacia adelante en todos los casos. Está impulsada la conciencia hacia el futuro.

Se crea con esto grandes contradicciones. La estructura de la conciencia siempre está futurizando, siempre está buscando objetos. Y la actitud general de uno está lanzada hacia la rememoración, hacia la búsqueda de cosas que ya pasaron. Se crea con esto gran contradicción por la mecánica misma futurista de la conciencia. Bien.

Las operaciones de reversibilidad son características del nivel vigílico. Y la estructura de los tiempos de conciencia es distinta además, según varé el nivel de trabajo de la conciencia.

Así es que esta sucesión de datos que se van almacenando de un modo particular, y que luego yo puedo ir evocando en orden, esto no funciona así en otros niveles de trabajo de la conciencia.

El tiempo de conciencia que yo registro es por sucesión de acontecimientos de conciencia.

Si yo no tengo registros de acontecimientos en la conciencia, yo no registro tampoco la sucesión del transcurrir. Bien. Esta sucesión del transcurrir se modifica según los niveles de conciencia. Entonces las cosas anteriores aparecen como posteriores, las posteriores como anteriores y ahí se produce esa mezcla particular que sucede en los sueños.

Así que la estructuración de los tiempos de conciencia, aunque en todos los casos esté trabando el futuro; la estructuración de los tiempos, el orden de los tiempos en los objetos de conciencia, es seriamente alterada también, según varíen los niveles.

Así que no sólo varía la intensidad del trabajo de los mecanismos de reversibilidad, según varía el nivel, sino que también la estructuración de los tiempos de los objetos de conciencia y sus tiempos varían, según varía el nivel.

Son tiempos diferentes, objetos que se articulan con otros tiempos según sea un nivel u otro. Son mecanismos de reversibilidad que actúan con más fuerza o menos fuerza según actúe un nivel u otro.

Estas dos son características muy importantes de la estructuración que hace la conciencia, según el nivel de trabajo que esté operando; esto del ordenamiento de los tiempos, por una parte, y esto de los mecanismos de reversibilidad por la otra. Dos características importantes.

Así que, para terminar con esto: la eficacia de los mecanismos de reversibilidad y del ordenamiento de los objetos en los tiempos de conciencia, son características netamente vigílicas. La eficacia en el ordenamiento de los objetos en los tiempos de conciencia, la eficacia en el trabajo de los mecanismos de reversibilidad, esto es netamente vigílico.

Podemos hablar de otra suerte de mecanismos, o de otra suerte de función de la conciencia tal como atención, que, provisoriamente podemos decir de ella, es una aptitud de la conciencia que permite observar a los fenómenos internos y externos.

Cuando un estímulo supera el umbral, despierta el interés de la conciencia quedando en un campo central al cual se dirige la atención. Es decir, la atención funciona por intereses, por algo que de algún modo impresiona a la conciencia.

Surge un estímulo que pasa umbral, y entonces no habiendo otras cosas que tratar, mi atención se dirige hacia el estímulo que lo solicita. Es decir, esta atención siempre es guiada por intereses, intereses que son registros en definitiva.

El objeto puede quedar en un campo central, en cuyo caso lo estoy considerando plenamente a él. Si considero plenamente a ese objeto, los objetos que lo rodean pierden interés, en el sentido de que mi atención abarca al objeto y secundariamente, su campo se amplía a otros, pero mi atención está dirigida hacia un objeto. A eso le llamo campo de presencia. A todo aquello que aparece en mi atención de un modo soberano.

Y todo lo que no aparece ligado estrictamente a ese objeto, se va diluyendo en mi atención. Es como si me desinteresara de otras cosas que rodean al objeto. Este desinterés gradual, que se va alejando del objeto central, a esto, a esta especie de círculos que podría trazar en torno al campo de interés, a esto lo llamo campo de copresencia, aquello que acompaña a la presencia del objeto.

Estos campos de copresencia, aunque aparezcan como fenómenos estrictamente del mecanismo de conciencia, tienen que ver con la memoria.

En un primer momento estoy observando un objeto. Este objeto está rodeado de otros. El objeto que atiendo es el más importante, pero también hay otros. Esto sí que tiene que ver con la atención y tiene que ver con la percepción.

Pero, luego, si yo evoco, evoco el objeto central que observé anteriormente, entonces está abarcando mi campo de presencia; pero también ahora puedo evocar y poner en mi campo de presencia, a los objetos que fueron secundarios en el momento de la percepción. ¿Registran esto?

De manera que en la evocación puedo desplazar, también mi campo de presencia a las copresencias y convertirlas a la inversa. Aquello que era lo secundario puede convertirse en la evocación, en lo primario. Yo puedo hacer todo esto porque de todos modos ha habido registro del objeto presente y de los objetos copresentes.

Y estas copresencias en memoria van a cumplir con funciones muy importantes, porque van a permitir que yo ligue una cantidad de objetos que no están presentes en un momento de grabación, pero que han sido grabados antes. Y esto me va a permitir decir: «¡Ah, esto se parece a tal cosa que vi antes!: ¡Ah, esto se parece a tal otra cosa! ¡Ah, esto se diferencia de aquello! ¡Ah, esto se relaciona con aquello!». Es porque a medida que voy percibiendo, también está trabajando memoria y copresentemente están trabajando numerosísimos datos frente a lo que veo. Este trabajo de presencias y copresencias permite estructurar los datos nuevos que van llegando, aunque sea por las percepciones.

Si no existiera la presión de esos datos de copresencia, no podría estructurar los datos nuevos que llegan.

Así que decimos muy simplemente que cuando la atención trabaja hay objetos que aparecen como centrales y objetos que aparecen en la periferia, objetos que aparecen copresentes. Esta presencia y copresencia atencional, se da tanto con los objetos externos como con los objetos internos.

Al atender a un objeto se hace presente un aspecto evidente y lo no evidente opera de modo copresente. Este objeto que estoy viendo está presente solo lo que alcanzo a percibir de él, lo demás está tapado. Pero eso que está tapado actúa de modo copresente. Yo no me imagino que es sólo una línea que tengo delante o solo un plano o dos planos que simplemente percibo. Yo me doy cuenta de que se trata de un cuerpo. Todo esto está trabajando copresentemente. Y todo esto es más que la percepción que tengo.

De manera que cada vez que percibo, percibo el objeto más lo que le acompaña. Esto lo hace la conciencia sobre la percepción. Y siempre estoy percibiendo, estoy estructurando más de lo que percibo. A veces lo hago bien, a veces no tan bien.

Y esto ayuda, claro que ayuda, pero también trae algunos problemas. Esto de inferir más de un objeto, de lo que se ve del objeto. Y lo que veo del objeto es el registro que tengo del objeto. El objeto me puede contar muchas cosas, pero yo no tengo registro. Pero claro, si yo infiero más del objeto puede pasar cualquier cosa. Puede haber acierto o error.

La conciencia trabaja con más de lo que necesita atender, sobrepasa al objeto observado. En los distintos niveles de conciencia se experimenta lo mismo. Por ejemplo, en vigilia hay copresencia de ensueño y en los sueños puede haber vigilia copresente. Fíjense que curioso esto de las presencias y las copresencias ahora refiriéndonos a niveles.

¿Quién no ha tenido la sensación mientras duerme, de que está despierto, por ejemplo? O bien, ¿quién no ha tenido la sensación, mientras duerme, de que claro, está soñando, sabe que está durmiendo? Más de uno la ha tenido. ¿Y qué está trabajando, de todos modos?: los niveles, están trabajando copresentemente. Y a veces se tiene registro de este hecho y a veces no.
Pero a veces, en plena vigilia, se siente noción, se tiene vivencia de que los otros niveles están trabajando. Claro, no se tiene vivencia por un registro solo del aparato nivel de conciencia, porque no hay tal aparato, es un nivel de trabajo. Se tiene registro por los contenidos que corresponden a distintos niveles.

Y afloran contenidos de distintos niveles a la vigilia, y entonces cobro conciencia de la presión de estos contenidos. Mi vigilia es invadida por un estado, mi nivel de conciencia vigílico es invadido por un estado que no le corresponde al mundo de la percepción; por objetos que nada tienen que ver con los objetos que percibo cotidianamente.

Los objetos que surgen en mi vigilia, esta invasión de estados además de objetos, me ponen en presencia de que están operando otros niveles simultáneamente al nivel de vigilia. Esto también es copresencia del trabajo de los otros niveles, simultáneamente al trabajo del otro nivel.

Presencia y copresencia configuran lo que nosotros llamamos imagen del mundo que un individuo tiene. Uno no va pensando por la calle o mientras realiza actividades, en la imagen del mundo que uno tiene. Uno va haciendo sus cosas simplemente, pero claro, uno supone, en ésta época, que la tierra es más o menos esférica, uno supone… bueno, uno supone muchas cosas, y con todo esto va contando mientras realiza actividades. Claro, nada tiene que ver, mientras como tallarines, que la tierra sea redonda o no, pero de todos modos hay una copresencia que va trabajando, está trabajando alrededor de mi campo atencional. Está presionando de algún modo, determinando mis actividades. Esto es más difícil de percibirlo, pero se puede percibir, no con cosas tan extraordinarias como la redondez de la tierra, pero si con una cantidad de supuestos con que uno cuenta en todas las actividades que va realizando.
Hay muchas sorpresas en esto, porque a veces en copresencia he inferido más de lo que sucede. Y entonces uno se lleva grandes sorpresas, porque uno estaba totalmente convencido de que iba a pasar eso, y eso no pasa. Uno contaba absolutamente con eso, y de pronto siente que el piso se mueve. Y claro, es porque en las copresencias están trabajando esas cosas que no han sido percibidas.

Bien. Hay también en esta conciencia singular, algunos mecanismos abstractivos y asociativos. La capacidad de abstraer de la conciencia aumenta también en el nivel vigílico.

Otra característica. En vigilia aumenta reversibilidad, aumenta el manejo de la atención, aumenta la ordenación de los acontecimientos en el tiempo y también aumenta el trabajo abstractivo de esa conciencia. En vigilia.

En semisueño y en sueño, van bajando todos estos mecanismos que he descrito antes, van bajando en su trabajo, y va bajando la capacidad de abstracción también. A medida que se baja de nivel, baja la capacidad de abstracción, se puede abstraer menos. Menos operaciones matemáticas se hacen cuando uno tiene sueño y pocas operaciones matemáticas cuando uno duerme.

Me dirán, «pero hay casos excepcionales…», claro, siempre hay casos excepcionales. De un señor que hizo cálculos matemáticos mientras dormía. De acuerdo, si, pasan cosas. Estamos hablando de lo que en general y normalmente sucede.

Así es que la capacidad de abstraer de la conciencia aumenta en el nivel vigílico y disminuye en los niveles de otro tipo.

Aumenta en cambio -acá viene una compensación pues, porque todo parece que disminuyera a medida que se baja de nivel-, bueno, pues podemos decir que a medida que se baja de nivel de conciencia aumenta la capacidad asociativa. Eso es a favor del nivel de sueño. A medida que se baja uno asocia más cosas y liga cosas extraordinariamente, que en vigilia no lo haría.

Bien. En vigilia trabajan tanto los mecanismos de abstracción como los de asociación en su base; en su base. En la base de la vigilia está también la asociación. Pero claro, se especializa la vigilia en los mecanismos abstractivos a medida que se desarrolla. Y lucha fuertemente con los mecanismos asociativos.

Consecuencias de los primeros trabajos de lo abstractivo es la ideación, las ideas, que dice la gente; ideas. Y de lo segundo, consecuencia del trabajo de lo segundo es lo que la gente llama imaginación. Esas no son ideas, son cosas que se han imaginado; o esas no son cosas, son imaginaciones que la gente tiene, ¿no es cierto? Bueno, así nos vamos entendiendo según la gente dice.

La ideación consiste en la formulación de abstracciones que podemos definir como conceptos. No nos preocupa mucho. Se hace la abstracción de árbol, pero resulta que hay distintos tipos de árboles, por lo que aparecen también clasificaciones, en categorías, clases, géneros, nada de eso nos importa. Lo que si sabemos es esto; lo que sabemos es que esto es un objeto para sentarse, también aquello y hay muchos objetos para sentarse, y a todos esos objetos tan distintos entre sí, les llamamos asiento; objeto para sentarse.

Esa abstracción que nosotros hacemos del asiento -no existe el asiento en ninguna parte, existe ese asiento con esa forma, color y características, aquel otro, etc, bueno, ese asiento, esa abstracción, ésa, la hace el mecanismo de conciencia sobre todo en su nivel vigílico. Cuanto más vigílico es el nivel de conciencia más hace ese tipo de abstracciones.

Y entonces estas abstracciones tienen que ver con la funcionalidad de los objetos. Todos ellos que son distintos cumplen con la misma función. ¿para qué están?, para sentarse; ah, bueno, entonces son asientos, ya está. Eso lo suele hacer vigilia, eso no lo suele hacer sueño. Sueño mete su carga sobre ese asiento y sobre otro y ya la cosa se enrarece, y además de asiento es otra historia; se complica el asunto. Bien.

Así que así de simple, esto de los mecanismos abstractivos y esto de los mecanismos asociativos. La vigilia se preocupa siempre por andar clasificando, ordenando. Los mecanismos abstractivos funcionan bien aceitados en vigilia. En sueño no, al revés. Se barre con todo eso y se procura que todo esté mezclado y no se entienda bien. Pero que sea sugestivo, eso si es interesante, en los niveles más bajos.

Bien, hablando de este otro mecanismo tan singular de la imaginación, decimos que éste, que el trabajo de la imaginación, surge, es el que mueve en realidad -esta función de la imaginación-, a los mecanismos asociativos. Claro, vamos a ver que hay una imaginación espontánea, por así decir, simplemente asociativa, y una imaginación dirigida, que algunos exagerados llegan a llamar imaginación creadora.

Es decir, es muy distinto esto de uno que va asociando cosas, se le van ocurriendo cosas desordenadamente, a esto otro que hace un escritor, muy serio, que aparte de irse ocurriéndole cosas, va poniendo: capítulo primero, capítulo segundo, y entonces va ordenando la imaginación. Es bien distinta esta imaginación espontánea y desordenada y asociativa de esta imaginación que ordena todo lo asociativo que ha ido ocurriendo. Entonces a esta se le suele llamar imaginación dirigida. Se van dirigiendo las operaciones de la imaginación.
Bueno, esta dirección de la imaginación es un ordenamiento que se va poniendo en los datos. El arte trabaja mucho con este nivel de semisueño en general, o nivel de sueño, en muchas ocasiones. A veces es ayudada esta producción de sueños y ensueños; es ayudada por algunos estímulos de otro tipo, entonces surge la creación artística y se ordena, claro, de todos modos, no se pinta el cuadro y se sigue pintando las paredes y el techo. Algunos también lo hacen, pero claro, tienen su enmarque, entonces hasta el marco se pinta, no más allá. Entonces la imaginación ha sido de todos modos, ordenada, en cuadros.

Distinguimos ligeramente entre imaginación dirigida e imaginación simplemente asociativa. Y si no observen ustedes lo que hacen con la imaginación. Ustedes pueden imaginar, ahora, muy bien que lo pueden hacer, que van a salir de esta habitación, van a subir unas escaleras más o menos blancas, siguiendo un orden, van a llegar a una especie de calle, van a encontrarse con una temperatura distinta a esta, todo eso lo pueden ir imaginando en orden. Así que hay una imaginación dirigida. Pero al poco tiempo que dejen suelta esa dirección de la imaginación, ya la escalera comienza a convertirse en otra historia y este problema de las temperaturas hace evocar a otros y así siguiendo se suelta el mecanismo con suma facilidad. Es más difícil ir manejando la imaginación que hacer intentos de soltarla, en general. Hay quienes a su vez tienen problemas por que no pueden soltar la imaginación. Pero ese es otro tema.

De todos modos distinguimos entre lo abstractivo, ese asunto del asiento, lo distinguimos de esto de la imaginación, este juego de imágenes, que a veces puede ser dirigido y que normalmente trabaja sin dirección. Bien.

La imaginación se manifiesta en el trabajo de las asociaciones. Así como la abstracción se manifiesta en el trabajo de ciertas categorías, lógicas, por así decir, -individuo, clase, género, clasificaciones, eso hacen las abstracciones-, así la imaginación trabaja con asociaciones. Asocia lo que es parecido, asocia lo que está próximo uno a otro, asocia a veces lo que es opuesto.

Que estamos diciendo, que hay importantes distinciones entre las operaciones abstractivas y las operaciones imaginativas. Las abstractivas tienen una mayor lógica, por así llamarle, ordenan el mundo de los datos. Y el trabajo de la imaginación no se preocupa por ordenar, no se preocupa por ordenar sino que va trabajando con imágenes que funcionan según asociación, y estas asociaciones van de lo igual con lo igual, o lo parecido a lo parecido. Esa es una vía, a la cual llamamos de similitud. Similitud por ejemplo: rojo-sangre, fíjense que curioso, como se puede asociar así. Sin embargo así se asocia.

Por contigüidad: puente-río. Y claro, el puente es distinto al río, pero ahí hay una cosa que está próxima, el puente y el río. Pienso el puente, pienso el río; pienso el río, a lo mejor no pienso en el puente, pero estamos viendo de que se trata.

Por contraste: blanco-negro, alto-bajo, y así siguiendo. Bueno, esto se suelta fácil ¿eh?, no hay que pensar mucho para que esto funcione. Los mecanismos asociativos de la imaginación: distintos a los de abstracción.

Pueden distinguirse dos tipos de imaginación, como hemos dicho. Imaginación divagatoria o imaginación plástica o dirigida. Con la palabra plástico siempre hay problema. Digamos imaginación dirigida.

La primera, la imaginación divagatoria, simplemente se caracteriza por la asociación libre, sin guía, en la que las imágenes se sueltan y se imponen a la conciencia sobre todo en sueños y ensueños.

En la imaginación dirigida hay una cierta libertad operativa de la conciencia en su nivel vigílico, admitiéndose una dirección en torno a un plan de inventiva. Un plan de inventiva en el cual es de interés formalizar algo inexistente aún. Entonces uno sigue un plan y dice: «Voy a escribir sobre tal cosa». Y suelta la imaginación pero va llevando más o menos el plan.

Según que los impulsos que llegan a la conciencia sean trabajados por uno u otro de los mecanismos señalados, es decir, por los mecanismos de abstracción o por los mecanismos de divagación, se obtendrán distintas traducciones que se formalizan en representaciones distintas. Normalmente los trabajos abstractos tienen que ver poco con la imagen.

En cambio cuando se sueltan los mecanismos asociativos, la base del trabajo es la imagen.

Esto de la imagen nos lleva a cosas de suma importancia.

FUNCIONES DE LA IMAGEN

La imagen, decíamos ayer, nosotros no vemos a la imagen como la veían algunos antiguos en el caso de la representación, por ejemplo, como una caída de la percepción; era una especie de percepción mal hecha esta representación.

Parece que la imagen cumple con numerosas funciones. Y una de las más importantes funciones de la imagen es la de llevar impulsos al aparato de respuesta. Así es que cuando surge una imagen, tiende a movilizarse una respuesta. Cuando surge una abstracción no necesariamente se moviliza una respuesta.

¿Y entonces qué está pasando con esto de las cosas que me imagino? Con esto de las cosas que me imagino está pasando que voy llevando impulsos al aparato de respuesta. ¿Y cómo voy a llevar impulsos al aparato de respuesta? Observen ustedes lo que pasa con el propio cuerpo y con este fenómeno singular que llamamos de tonicidad muscular.

Imaginen ustedes en el espacio un objeto que está a la derecha. Imagínenlo luego en la izquierda al mismo objeto. Curioso; si yo imagino el objeto a la derecha, poco a poco mi cuerpo tiende a enderezarse en esa dirección. Si lo imagino en la otra dirección, sucede lo mismo hacia la otra dirección. Lo sabemos bien, hemos hecho numerosos trabajos de tonicidad muscular. Más fácil se mueve la mano en dirección al objeto que se piensa; más difícil en dirección opuesta. Ahá. La imagen ya está disponiendo el trabajo del centro motriz en una dirección u otra.

Fíjense que curioso lo que sucede con esto de los estímulos que estudiábamos ayer, con esto de la imagen y con esto de la tonicidad de la imagen.

Una persona siente hambre, es un buen registro interno, ¿no? Y claro, está en su casa. Experimenta hambre y va inmediatamente a la nevera; ¿qué es eso? Cualquier ingenuo diría que frente al estímulo, esa respuesta. Así de fácil. ¡Ahá! ¿Cómo, estímulo-hambre y respuesta-ir a la heladera? Pero, ¿y por qué por ejemplo cuando le da hambre no va al baño?, podría ir al baño, porque el estímulo está, pero, ¿cómo hace él para que aparezca la heladera y no aparezca el baño? Es que seguramente ha pasado algo muy veloz que él ni siquiera alcanzó a visualizar pero que actuó.

Veamos ahora, si no está la nevera, qué sucede. Nuestro amigo está en el Sahara y siente hambre. ¿Qué pasa cuando nuestro amigo está en el Sahara y siente hambre?: surge la nevera. Quiero decirles, ahí, por descarte, se ve clara la función de la imagen. En general, y como técnica, cuando no entendamos una función, saquemos el objeto y la función aparece sola. Ese método lo usamos muy a menudo. Veámoslo acá.

Estoy en el Sahara, tengo hambre y digo: «¡Qué lástima que no esté la nevera!», por ejemplo. Es decir, surge la imagen. Y esta imagen es la que prepara el tono corporal y finalmente mueve al cuerpo en esa dirección. Esto es de suma importancia, comprender la función con que cumple la imagen. Va a importar enormemente luego, para los trabajos de operativa.

Cuando decimos que la imagen lleva cargas sicológicas a niveles físicos, estamos diciendo algo de mucho interés. Estamos bastante lejos de los antiguos que suponían que la imagen era una especie de percepción degradada. Vemos que tiene una función muy importante que es la de trasladar carga.

Así como dicen por ahí que existen esos glóbulos rojos en la sangre, que llegan hasta los pulmones, se cargan de oxígeno, siguen circulando estos glóbulos rojos, descargan el oxígeno, se cargan de otros gases tóxicos, entonces vuelven a los pulmones y arrojan su carga; así también esta conectiva del trabajo síquico toma cargas de un lado, las lleva a otro, las descarga, vuelve a tomar cargas para el otro lado y así, va haciendo ese traslado -para llamarle de algún modo-, de sustancia síquica, esto lo va haciendo la imagen.

Y va trasladando impulsos que en ocasiones son tensiones que en ocasiones son irritaciones, que en ocasiones son datos de percepción, que en ocasiones son datos de memoria; se van traduciendo estos impulsos en imagen que al manifestarse se lanza hacia los centros.

Y entonces los centros se mueven, o defendiendo al cuerpo y provocando huída, o acercándose hacia las cosas placenteras; y es gracias a esta imagen que los registros de lo placentero y de lo doloroso, pueden entonces manifestarse en la actividad del cuerpo.

Y también sucede esto con lo placentero y lo doloroso, en las actividades mismas de la mente. De tal manera que estas imágenes están cumpliendo con la función de descargar tensiones en la representación, por la función de evocar cuestiones placenteras que sirven a la economía del siquismo.

Esta imagen cumple con funciones de traslado energético. Estas imágenes siempre tienden a abrirse paso. Y lógicamente, al tratar de abrirse paso, van encontrando resistencia, lo que provoca grandes problemas. Y hay ciertas imágenes que se imponen obsesivamente. Y si se imponen obsesivamente es porque no pueden abrirse paso. Y nuestra operativa tiene como función muy importante, esta de permitir que la imagen se abra paso y se manifieste hacia el centro en cuestión.

Entonces vamos a entender cosas tales como la función catártica de la imagen. O cómo la imagen se convierte luego en palabras, y el sujeto por la palabra abre paso a esa imagen.

Pero vamos a encontrar no solo la función catártica, -el traslado de carga de la imagen-, sino también esta característica transferencial que tiene también la imagen cuando se va desprendiendo del campo de impulsos que lo motivó.

Pero este es otro tema que trataremos en su momento.

Hablando de la función y de los mecanismos de la conciencia, vemos a la imaginación como cosa muy importante. Y vemos que la imaginación no sólo nos está dando, por ese trabajo particular, asociativo, simples imágenes contiguas, similares u opuestas; sino que también la imaginación a veces puede ser dirigida en algún sentido, y que la imaginación, en su imagen cumple con funciones muy importantes de trasladar cargas de un punto hacia otro, de buscar la apertura de paso. Bien.

Y con esto creo que hemos revisado muy sumariamente lo dicho en otras oportunidades sobre este mecanismo de conciencia.

Así que, sobre la conciencia, podemos resumir esto diciendo que observamos un mecanismo atencional, que se dirige a determinados objetos; que observamos que en esta atención que se tiene sobre un objeto existen también otros objetos copresentes a él; decimos que la estructuración de la conciencia siempre es entre actos y objetos, siempre buscando objetos y decimos que la tendencia de la conciencia es hacia el futuro. Que el trabajo de la conciencia está estrechamente ligado a los niveles de trabajo; que los mecanismos de reversibilidad se acentúan a medida que aumenta el nivel. También los mecanismos abstractivos funcionan plenamente cuando el nivel es alto. A la inversa, los mecanismos divagatorios y asociativos, los mecanismos de imagen, trabajan fuertemente a medida que baja el nivel de conciencia.
Y hemos visto, nos hemos preocupado un poco más, por este asunto de la imagen y su función.

Se dirá, por ejemplo, ¿cómo es posible que en el nivel de sueño las imágenes que son tan poderosas y tan fuertes, no muevan al cuerpo? Deberían por tonicidad mover al cuerpo más que en vigilia. Si a medida que baja el nivel hay más imágenes, entonces, si la función de la imagen es mover al cuerpo, en el sueño debería moverse más el cuerpo. Claro, algunos si, se mueven mucho, pero lo normal es que el cuerpo no se mueva siguiendo las imágenes. Ahí opera un mecanismo de bloqueo que fisiológicamente se lo puede rastrear; un mecanismo que cuando se baja de nivel de conciencia corta la conexión con el trabajo de los centros. Entonces las imágenes surgen y no pasa la descarga movilizando al cuerpo.

Pero en fin, este mecanismo existe, este mecanismo es explicable, en su trabajo no ofrece mayores dificultades. Pero en general sucede esto de que las imágenes van preparando la respuesta de los centros.

Y con esto terminamos el punto para preocuparnos mañana por esta cuestión de los niveles de conciencia y por las ilusiones de la conciencia; y luego por revisar este circuito integrado de aparatos entre sentidos, memoria, conciencia, aparatos de respuestas y niveles de trabajo. Y con eso, creo, vamos a terminar todo este asunto que se refiere a los aparatos de conciencia, para luego también muy rápidamente meternos a ver cómo van circulando esos impulsos y qué cosas van motivando.

Así que nuestra revisión, probablemente en dos o tres días más quedará completada.