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Hoy vamos a hablar, rápidamente, sobre los niveles de trabajo que encontramos en el ser humano. Si ustedes recuerdan el esquema provisorio que hicimos ayer, había por allá nada más que una estructura, un sistema de estímulos, un centro que daba una respuesta a esos estímulos.

Ese centro luego se especializaba en distintas franjas, eran franjas de actividades de respuesta frente a los estímulos. Y entonces, claro, distinguíamos distintos centros, pero sabíamos también que estos centros variaban en la respuesta no solo por variación de estímulos sino que variaban en la respuesta por el estado en el cual se encontraban ellos mismos.

A ese estado en el que se encontraban los centros en un momento dado, le llamábamos nivel de trabajo.

Ese nivel de trabajo, por lo tanto, iba modulando la actividad del centro en sus respuestas. Si el nivel de trabajo era alto, la respuesta hacia el mundo era más eficaz, más manifiesta. Si el nivel de trabajo era bajo, la respuesta hacia el mundo no era tan eficaz.

Los niveles de trabajo más primarios que podemos encontrar en esta estructura, son los de plena actividad en relación con el mundo, nivel de trabajo al cual llamamos vigílico.

Y un nivel de trabajo, por lo contrario, de ninguna respuesta hacia el mundo, al cual llamamos nivel de trabajo o nivel de conciencia de sueño, como si hubiera una total desconexión entre la estructura y los estímulos, o la estructura y las respuestas. La cosa está difícil porque en ese nivel de trabajo oscuro, en ese nivel de trabajo desde afuera, el comportamiento que asume esta estructura es tal que los estímulos, claro, parece que llegaran pero las respuestas no salen. Pero desde adentro parece que algunos estímulos llegan, porque producen modificaciones en toda ella; de todos modos lo que observamos es que las respuestas no salen. Entonces, en ese nivel de trabajo al cual llamamos nivel de sueño, nos encontramos con que la conexión con el mundo, tal vez por el lado de la respuesta no se expresa, aún cuando por el lado de los estímulos pueda existir.

Y hay un nivel intermedio, que es un poco difícil de definir, un nivel que llamamos de semisueño, por el cual se transita necesariamente al conectar con el mundo externo y al desconectar. Bien, la cosa es bastante más larga y bastante más compleja, pero esto lo vamos a ver también más adelante cuando ampliemos los esquemas. Por ahora quedémosnos con lo más sencillo.

Hablamos de los niveles de trabajo y nos referimos a ellos como la movilidad interna que tiene esa estructura para responder frente a los estímulos de un modo u otro, según esté esa estructura en vigilia, en semi-sueño o en sueño profundo. Bueno, estos niveles de trabajo, tienen además, parece su propia dinámica, es decir, se suele hablar de los niveles de trabajo como si se pasara de uno a otro, como si se abriera una compuerta y se cerrara otra.

Pero las cosas parecen ser un poco diferentes, porque mientras se está trabajando en un nivel, preferentemente la energía de toda esa estructura está apuntando a ese nivel, pero en los otros niveles sigue existiendo movilidad, con energía más reducida.

Como en cada nivel aparecen fenómenos que le son propios, si nos encontramos trabajando, por ejemplo, en el nivel vigílico, los niveles de semi-sueño y los niveles de sueño continúan trabajando aunque con actividad reducida, de tal manera que existen fuertes presiones de los otros niveles, frente al nivel que se expresa en ese momento.

Si nuestro esquema fuera estático y estanco, hablaríamos de que trabaja un nivel y los otros quedan en silencio. Pero las cosas no parecen ser así, en primer término porque esto de los niveles separados, lo presentamos de ese modo también, pedagógicamente así, pero estos no son cortes estrictos, sino que estos niveles están trabajando preferentemente con un tipo de carga, y en los otros va faltando carga, pero de todas maneras en todos ellos hay actividad y hay dinámica.

De manera que son numerosos los fenómenos propios de la vigilia que están afectados por fenómenos de los otros niveles, y son numerosos los fenómenos propios del sueño, por ejemplo, que están afectados por la actividad de los otros niveles. Y así siguiendo.

Esto de concebir a los niveles, no como compartimentos estancos y no como actividades, que se ponen en actividad unas y desaparecen las otras; esto de concebir a los niveles como un conjunto de potenciales de trabajo pero que están en dinámica simultánea, tiene enormes consecuencias para luego entender muchos fenómenos que vamos a estudiar más adelante, fenómenos que vamos a llamar de presión, de contenidos, de rebotes, etc. Pero eso desde luego viene más adelante.

Así como existen puntos físicos que regulan las actividades de respuesta del ser humano, y a los que englobamos con la designación de centros, también existen puntos físicos que regulan a estos niveles.

Efectivamente, ciertos puntos envían señales para que se efectúe la actividad vigílica de semisueño o de sueño. A su vez, esos puntos que envían señal, esos puntos, reciben señales de diferentes partes del cuerpo, antes de ponerse a disparar sus órdenes, con lo que resulta un circuito cerrado.

En otras palabras: cuando el cuerpo necesita del reposo nocturno, suministra datos a ciertos puntos que comienzan a dar sus señales y entonces el nivel de conciencia baja. No queremos meternos en ninguna de las complicaciones fisiológicas o sicofisiológicas que conocemos, sino manejarnos así muy en general.

En otras palabras, cuando se van acumulando determinadas sustancias en el cuerpo, o cuando el trabajo cotidiano ha provocado su fatiga en el cuerpo, estas sustancias y esta fatiga acumulada dan señales, suministran señales a un punto que las colecta. Y este punto que colecta esas señales, comienza a emitir también su mensaje, con lo cual el nivel de conciencia baja. Va bajando este nivel hasta que el sujeto experimenta ese sueño y entra en ese estado de sueño, con lo que comienza la etapa reparadora del circuito.

Por supuesto que no se trata solo de reparar al cuerpo con esto de que baja el nivel de conciencia. La baja del nivel de conciencia va a permitir que se produzcan numerosos fenómenos complejos y no solo de reparación. Pero en principio, podemos verlo así.

A su vez, cuando el descanso ha hecho su efecto reparador, estos puntos comienzan a enviar señales al punto de control, que a la vez emite sus señales para ir provocando el despertar. También, estímulos externos o fuertes estímulos internos pueden disparar el fenómeno y producirse la suba de nivel aún cuando el sueño no haya cumplido con su efecto reparador.

Y esto es bien evidente. Nuestro sujeto está reparando, está descansando, pero claro, una detonación al lado de sus oídos provoca el despertar. Así que los ciclos se van manifestando, los ritmos se van expresando en estos niveles, tienen su rítmica propia. Pero cuando interviene un fenómeno que rompe los límites de umbral que conocemos, de todas maneras se produce el disparo desde ese centro de control interno y comienza el despertar también.

Bien. En el nivel de vigilia encontramos el mejor despliegue de las actividades humanas. Los mecanismos racionales trabajan plenamente y se tiene dirección y control de las actividades de la mente y del cuerpo en el mundo, en lo que llamamos mundo, externo.

En el nivel de sueño, en cambio, los mecanismos racionales se ven muy disminuidos en su trabajo, y el control de las actividades de la mente o del cuerpo es prácticamente nulo. En momentos, el sueño, es netamente vegetativo y sin imágenes; en momentos el sueño es como si estuviera bajo el predominio total, absoluto, del centro vegetativo, y trabajara solamente esa estructura dando respuestas a estímulos internos. Ahí no hay imágenes que pueblen la pantalla de la conciencia; se está en un estado tal en el que llegan datos internamente y se responde a esos datos internamente y todo esto lo va haciendo con su automatismo característico, el centro vegetativo del cual hablamos ayer.

Pero luego comienza un ciclo de sueño con ensueños, un ciclo de sueño con ensueños, con imágenes, para interrumpirse y comenzar otro período si ellas. Esto sucede cada noche. De manera que aún en el nivel de sueño, sueño profundo, encontramos un estado plenamente vegetativo, sin imágenes, y un estado en donde las imágenes aparecen y eso tiene su cíclica, tiene su rítmica.

Diferenciamos por supuesto entre niveles y estados. Las imágenes del sueño son muy veloces, tienen fuerte carga afectiva y sugestionan fuertemente a la conciencia. El material de estas imágenes está tomado de la vida diaria aunque articulado caprichosamente. Esto de caprichosamente se verá más adelante que no es tan así, ya que llegando al tema de las conformaciones alegóricas y de otro tipo en las producciones oníricas, veremos que esto está sometido a un conjunto de leyes bastante precisas. Pero por ahora decimos que las cosas se articulan caprichosamente.

El sueño sirve para reparar al cuerpo y para ordenar toda la masa de información recibida durante el día. Además, sirve para descargar numerosas tensiones físicas. Tampoco sabemos lo que sean tensiones, pero más adelante entraremos en ese tema. Por ahora decimos que sirve además para descargar numerosas tensiones síquicas.

Y en el semisueño, en ese punto intermedio, se mezclan fenómenos de los otros dos niveles. Al semisueño se asciende del sueño y a él se llega antes del despertar completo.

En plena vigilia se desciende al semisueño con frecuencia en los estados de fatiga, en donde ya empezamos a intuir, en estos casos, mezclas de niveles. El nivel de semisueño es pródigo en fantaseos y largas cadenas de imágenes que cumplen con la función de descargar tensiones internas.

El ensueño en vigilia, no es un nivel sino un estado, en el que imágenes propias del nivel de sueño o semisueño, se abren paso presionando a la conciencia. Así es que el ensueño en vigilia no es un nivel; estamos en plena vigilia y aparecen ensueños. Estos ensueños actúan, se manifiestan en la vigilia por presión de los otros niveles. Ello ocurre precisamente con la misma finalidad de la descarga de tensiones.

Pero también los ensueños en vigilia sirven para compensar dificultades de situación o necesidades que experimenta el sujeto. Esto, en su última raíz, está emparentado con el problema del dolor, y ese es el indicador interno y el registro interno que se tiene cuando no se puede expresar el sujeto en el mundo y entonces aparecen imágenes compensatorias.

Cuando hablamos de fantaseo o ensueño en vigilia no nos referimos al nivel de semisueño, ya que el sujeto puede seguir realizando sus actividades cotidianas mecánicamente, soñando despierto por así decir. El sujeto no ha descendido al semisueño o al sueño profundo; el sujeto sigue con sus actividades cotidianas, pero sin embargo los ensueños empiezan a rondar.

Observamos que la mente se traslada de un objeto a otro, instante tras instante. Que es muy difícil mantener una idea, un pensamiento, sin que se filtren elemento ajenos a ellos, es decir, otras imágenes, otras ideas, otros pensamientos. Esto lo observamos. Tratemos de mantener una idea continuamente, tratemos de mantener un pensamiento continuamente, y vamos a ver a esos otros fuera de cuestión, a esos otros fuera de tema, que hacen interferencia en esto. Bueno, esos fuera de cuestión son los ensueños.

Estas infiltraciones son los ensueños o divagaciones que dependen de las presiones internas de los otros niveles. También de estímulos externos, tales como ruidos, olores, formas, colores, etc. y de estímulos corporales, tensión, calor, hambre, sed, incomodidad, etc. Todos estos estímulos internos, todos estos estímulos externos, todas estas presiones que están actuando en los otros niveles, se manifiestan formando imágenes y presionando al nivel vigílico. Está rodeado de influencias.

Estos ensueños son inestables y cambiantes y constituyen los mayores impedimentos para el trabajo de la atención.

Llamamos ensueños secundarios a aquellos que se disparan cotidianamente y que tienen carácter situacional, es decir, pasajero. Un individuo se encuentra en una situación, es sometido a un conjunto de presiones externas y surgen respuestas de ensueños secundarios. Lo cambiamos a otra situación, surgen otras respuestas de ensueños secundarios. Llamamos a estos ensueños secundarios, situacionales. Porque se disparan en respuesta, en compensación de situaciones más o menos precisas.

Pero existen otros ensueños de mayor fijeza o repetición, o aquellos que aún variando denotan un mismo clima mental. No sabemos que cosa sea un clima mental. Eso lo veremos más adelante. pero lo que sí sabemos, porque uno lo puede experimentar, es que esas imágenes, que claro, surgen por única vez en una situación dada y después desaparecen para siempre, son bien diferentes a estas otras imágenes que, aunque cambiemos de situación, aparecen. Y aunque pase mucho tiempo, vuelven a aparecer.

Estos ensueños no son estrictamente ensueños secundarios. Estos ensueños pueden cambiar también, a su modo. Pero tienen permanencia aunque sea en esto del clima mental. Tienen un sabor similar. Fíjense que las palabras que estamos usando son netamente sensoriales. Hablamos de clima, como si fuera táctil la percepción de la cosa esa. Hablamos de sabor, como si se pudiera gustar un ensueño. Pero en fin, por ahora, estamos entrando por los sentidos.

A veces estos mismos ensueños, aparecen en los fantaseos del semisueño y también en el sueño nocturno. El estudio de los ensueños secundarios y de los ensueños en los otros niveles, sirve para determinar cierto núcleo fijo de divagación, -cierto núcleo fijo de divagación-, que es el que orienta las tendencias aunque el sujeto no lo advierta.

En otras palabras, que las tendencias vitales de una persona, aparte de las condiciones que imponen las circunstancias, están lanzadas a alcanzar esa imagen, ese ensueño fijo que las guía.

Volviendo a lo conversado en días anteriores, desde luego nosotros sabemos o pretendemos que el ser humano se mueva según necesidades. El ser humano se mueve para satisfacer sus necesidades… eso es una forma muy vaga de hablar.

Pero bien, la forma de satisfacer esas necesidades, para diez personas que están en la misma situación, son bastante diferentes. Esas diez personas van a satisfacer la misma necesidad pero claro, las diez lo hacen de un modo que les es propio. Ese modo que les es propio tiene que ver con varias cosas, entre otras, con ese núcleo, con esa imagen fija que les guía en esa dirección.

Este núcleo fijo se va a manifestar como imagen; esta imagen va a tener la propiedad de orientar al cuerpo, de orientar las actividades en una dirección. La imagen apunta en una determinada dirección, y allá va toda la estructura.

Así que, las tendencias vitales de una persona, aparte de las condiciones que le imponen las circunstancias, están lanzadas a alcanzar esa imagen, ese ensueño fijo que las guía.

El núcleo de ensueño orienta las tendencias de la vida humana en una dirección que no es advertida por la conciencia. La conciencia no advierte lo que va sucediendo con esta imagen que guía sus actividades.

Esto es de máximo interés por cuanto muchas de las razones que una persona pudiera dar sobre sus actividades, en realidad están movidas por ese núcleo y no están movidas por esas razones; mas bien estas razones son función de ese núcleo. Los cambios en el núcleo provocan cambios en la orientación de la vida de una persona.

Siempre esta persona sigue buscando como satisfacer sus necesidades, pero siempre este núcleo sigue ponderando la dirección. En otros casos el núcleo queda fijado, por ejemplo, este núcleo no se mueve, queda adherido a una etapa de la vida, y el ser humano sigue moviéndose, y también las actividades que se desarrollan se modifican. Pero esas tendencias quedan fijadas a esa situación en la que se formó tal núcleo.

Entonces encontramos cosas muy curiosas como repeticiones de actividades, encontramos una misma actitud frente al mundo que va cambiando, una actitud fija, a veces una actitud infantil, en gente que, claro, van avanzando con la edad. Supongamos que el tiempo fuera lineal y que uno naciera pequeño y fuera creciendo, y todo aquello, bueno, si así parece… pues hay gente que aunque vaya creciendo sigue con ciertos infantilismos o con ciertos temores, muy propios de una etapa, muy fijados a una condición anterior.

Ahora bien, a este núcleo de ensueño, no se lo visualiza, no se lo ve a este núcleo. A este núcleo de ensueño se lo experimenta, nuevamente, como clima mental. Nosotros decíamos que las imágenes estaban guiando, todavía no hemos hablado mucho de las imágenes, pero provisoriamente alguna idea tendremos, ¿no?. Las imágenes guían las actividades de la mente. Está bien. A las imágenes podemos visualizarlas, pero este núcleo de ensueño, no es una imagen; este núcleo de ensueño es el que va a determinar imágenes compensatorias, pero el núcleo de ensueño en sí de ningún modo es una imagen, sino que es ese clima mental al cual no se lo visualiza, pero al cual se lo experimenta, se lo experimenta como clima. Este clima es experimentable, es un estado en el que el sujeto se encuentra. Es un estado que además tiene connotaciones fuertemente emotivas, así que de él hay registro, pero no hay registro que pueda visualizarse.

Este núcleo va a motivar la producción de determinadas imágenes que consecuentemente van a llevar a una actividad. Pero diferenciamos bien entre el núcleo como clima, entre el núcleo como sistema emotivo articulado, -diferenciamos bien entre esto-, y entre las imágenes que guían en una dirección.

Ejemplos de núcleo son: un permanente sentimiento de culpa, por ejemplo. Un señor tiene un permanente sentimiento de culpa. El no ha hecho ninguna cosa, o sí, pero lo que él experimenta es este estado de culpa, él se siente culpable, siempre anda por los rincones. Eso no es una imagen, él no tiene ninguna imagen, él experimenta una cosa.

El sentimiento trágico del futuro, por ejemplo. Todo lo que va a pasar va a salir mal. ¿Porqué?, no se sabe. Un sentimiento continuo de opresión, él está oprimido, él dice que no se encuentra consigo mismo, por ejemplo. El donde está, siente que las cosas se le vienen encima. Claro, no todos estos núcleos son negativos, pero ponemos énfasis en lo negativo porque es más dramático, impresiona más el registro de los escuchas.

Bueno, muy bien. Estos núcleos permanecen fijados durante años, apareciendo los ensueños compensatorios a tales núcleos. Durante largo tiempo estos núcleos están operando. Y entonces van dando lugar al nacimiento de estos ensueños compensatorios.

Así por ejemplo, si el núcleo que presiona constantemente es parecido al sentimiento de abandono, si este sujeto se encuentra abandonado, si este sujeto se encuentra desprotegido, si experimenta ese sentimiento de desprotección y de abandono, es muy probable, aunque no es seguro, es muy probable que surjan ensueños compensatorios de adquisición, de posesión, etc., y que estas imágenes guíen las actividades del sujeto.

Así que por ahí encontraremos a muchas gentes ávidas, a muchas gentes excesívamente ambiciosas, a muchas gentes que están orientadas y lanzadas a adquirir gran cantidad de cosas, seguramente encontraremos a mucha gente de ese tipo, que en realidad, movida por esas imágenes adquisitivas, etc, por aquello que les hace ver en el futuro gran seguridad, cuando en realidad está trabajando en el fondo de ellas un núcleo de desposesión, un núcleo de pobreza interna, un núcleo de abandono.

Pero ¿cómo experimenta esa desposesión y ese abandono? lo experimenta como sentimiento, lo experimenta como clima. Este clima está moviendo las cosas. Y estos ensueños que compensan la actividad de ese núcleo, estos ensueños son los que van a guiar en una dirección determinada.

De modo que no son los climas los que van a guiar, sino los ensueños que surgen compensando a los climas. Esto es bien observable.

Esa persona explicará tal vez con razones muy claras sus actividades, dirá por ejemplo que es necesario tener mucho para asegurarse un futuro, ¿no?, que bueno, uno tiene que vivir y por lo tanto tiene que tener grandes posesiones y cosas semejantes.

Seguramente esto pasa no solamente a nivel individual sino a nivel histórico. Seguramente en épocas de fractura histórica, aumentan estas imágenes de posesión desmedida, porque seguramente aumentan los climas de abandono, los climas de desposesión, las faltas de referencias internas y todo aquello.

Será el núcleo el que dirigirá a estas razones claras sobre las actividades, será el núcleo el que las dirigirá, a través de imágenes compensatorias que se manifestarán con características constantes y que se podrán apresar, que se podrán comprender a través de los ensueños secundarios.

Bien. Los ensueños secundarios dan respuestas compensatorias a estímulos, sean estímulos de situación o de presiones internas, porque sus funciones son las de descargar las tensiones producidas por estas dificultades dolorosas internas.

Por tanto, los ensueños secundarios son muy variables, pero si se observan constantes en ellos, aunque varíen en sus expresiones, si se observan elementos comunes en ellos, se advertirá que giran en torno a un clima particular. Estos ensueños van variando según la situación, se van expresando de distinto modo, pero tienen algo en común. Y eso en común que tienen nos hace advertir la presencia de un clima particular que tiene que ver con cada uno de ellos.

Ese clima común que tienen los ensueños secundarios, delata al núcleo de gran fijeza que es el que no gira situacionalmente, sino que es el que permanece en las distintas situaciones.

Entonces, ahora este sujeto, está en una situación que le es sumamente ingrata, y piensa que todo le va a salir mal. Lo cambiamos a una situación que le es sumamente grata, y piensa que todo le va a salir mal. De manera que aún variando las situaciones, ese climita sigue presionando y sigue disparando imágenes.

Cuando el núcleo de ensueño empieza a manifestarse como imagen fija, dicho núcleo comienza a variar, por cuanto su tensión básica ya se orienta en el sentido de la descarga. Hay algunos que han pretendido que, cuando aparecen ciertas imágenes fijas de ciertas características en los sueños, por ejemplo, es porque el sujeto se ha resuelto un problema.

Las cosas son bastante diferentes. Cuando esas imágenes aparecen y expresan exactamente al núcleo de ensueño, es porque ha terminado una etapa, no está explicando una solución del sujeto, está terminando la eliminación de una instancia anterior.

Al núcleo de ensueño, dijimos, no se lo ve, porque es un clima. Pero cuando el núcleo de ensueño se manifiesta en una imagen precisa, un arquetipo, dirían los antiguos,-y también algunos contemporáneos, pero básicamente los antiguos-, cuando el arquetipo surge es porque ese núcleo ya está perdiendo efectividad. ¿Y por qué está perdiendo efectividad? Porque si surge una imagen que exactamente le corresponde y la función de esta imagen es terminar descargando tensiones, es porque ya ese clima de gran fijeza está trasladando sus cargas a las imágenes, las imágenes se están manifestando en el mundo y por lo tanto él está declinando.

Al sol no se lo ve cuando está arriba, al sol se lo ve en el horizonte, a la salida y a la postura del mismo. Con el núcleo de ensueño sucede lo mismo, no se lo ve en plena actividad, aún cuando sea más fuerte en su presión. Se lo ve cuando recién se origina o se lo ve cuando declina.

El núcleo puede durar años o toda la vida. Toda la vida puede durar un núcleo. Uno experimenta esa vida como si la hubiera soñado. Es raro, pero en fin.

Pero también pude cambiar ese núcleo, claro, y puede cambiar por accidente. Al modificarse una etapa vital, por ejemplo, en el pasaje de la infancia a la niñez, en el pasaje de la niñez a la juventud, etc., cambia el núcleo.

¿Y por qué cambia el núcleo al cambiar de una etapa vital a otra? Si este núcleo, si ese clima fijo ha surgido, es porque está relacionado con el surgimiento de determinadas tensiones. Y claro, al cambiar de una etapa a otra, esas tensiones se van a modificar considerablemente. Entonces es muy razonable también que ese núcleo se modifique considerablemente.

Cambia el núcleo ya que las presiones internas que dan lugar a su nacimiento, justamente varían con esos cambios fisiológicos tan importantes. Imaginen ustedes todo lo que pasa en el cuerpo, no en la mente, ¿no es cierto?, en el cuerpo de una personita que va pasando de la infancia a la adolescencia. En ese cuerpo pasa de todo, ahí cambia enormemente el sistema de tensiones internas. Ahí cambia enormemente el trabajo de muchos puntos de su cuerpo que antes estaban inactivos. Claro que cambia, se manifiesta ese trabajo.

Y entonces ese bombardeo interno se va registrando internamente y se va manifestando un sistema de climas emotivos bien diferentes. Va cambiando el núcleo de ensueño. Si comprendemos como surge ese núcleo entonces comprendemos también que al cambiar los sistemas de tensiones va a cambiar el núcleo.

Si por efecto de accidentes o choques, varían esas presiones y varía el núcleo, entonces cambian los climas; por tanto, las imágenes secundarias. Y aparece una imagen sintetizadora llamada por estos antiguos, arquetipo. Esto indica la declinación de una etapa y el comienzo de una etapa nueva.

La orientación de la vida comienza a cambiar, y la conducta experimenta modificaciones importantes. Y la orientación de la vida cambia porque han cambiado esos ensueños que dan dirección hacia los objetos. Y estos ensueños que dan dirección han cambiado porque ha cambiado el clima que los determina. Y los climas han cambiado porque ha cambiado el sistema de presiones. Y los sistemas de presiones han cambiado porque ha cambiado la etapa física del sujeto, o porque ha surgido un accidente que ha provocado también el cambio en el sistema de tensiones.

La orientación general de la vida, decimos, empieza a cambiar. Y la conducta experimenta cambios. También el trabajo interno puede producir esos desplazamientos de núcleo de ensueño. Porque el trabajo puede estar orientado, precisamente, a ese punto. Al punto de modificar esas tensiones que dan origen a esos climas.

Si el sentido del trabajo en alguno de sus aspectos es ir, en definitiva, a esos sistemas de tensión y provocar modificaciones en esos sistemas de tensión, es muy probable entonces que el trabajo interno pueda provocar modificaciones en esos puntos.

El trabajo, desde ese punto de vista, tiende a bombardear los núcleos y por lo tanto a hacer saltar los ensueños secundarios que lo rodean y a provocar un cambio en las actitudes frente al mundo. No es una cosa complicada. Esto puede modificar radicalmente la orientación de la vida personal.

Sin embargo, para nosotros, basta con detectar los ensueños secundarios y llegar al núcleo, aunque más no sea para comprender sus funciones y su fuerza determinante en nuestras actividades cotidianas.
Las presiones internas que dan lugar al nacimiento del núcleo de ensueño están ligadas al funcionamiento de los centros instintivos. Los centros que hemos examinado ayer dijimos que en algunos casos daban órdenes a otros centros. Aquellos centros voluntarios, como el centro intelectual, daba órdenes a las partes voluntarias de los otros centros. Pero no daba órdenes a las partes involuntarias de los otros centros y mucho menos el centro intelectual daba órdenes a los centros instintivos, particularmente al centro vegetativo en su trabajo interno.

Este centro intelectual no da órdenes, y si las da nadie le responde. No varía la presión sanguínea, ni varía la circulación, ni varían los tonos profundos porque el intelecto de órdenes. Es al revés la cosa.
Las presiones internas que dan lugar al nacimiento del núcleo de ensueño, están ligadas al funcionamiento de los centros instintivos. Y por ello varían tales núcleos con los cambios de etapa fisiológica, del mismo modo que los accidentes físicos graves logran parecidos efectos.

Así es que no cambian estos núcleos por órdenes recibidas desde el centro intelectual, por ejemplo, sino que cambian estos núcleos cuando cambia la actividad vegetativa, así que es muy difícil modificar voluntariamente estos núcleos. Es evidente que a ellos no se puede llegar por comando intelectual, porque no tiene cómo el centro intelectual llegar a tales profundidades.

De manera que si existieran técnicas -supongamos que existieran técnicas- para lanzar esas cargas de profundidad, estas técnicas no podrían ser dirigidas de ninguna manera por la actividad voluntaria del centro intelectual, está claro el esquema.

Deberían existir técnicas que nos permitieran orientar esas cargas por un sistema más o menos automático. De tal manera que se orientara esa carga de profundidad hasta el objeto en cuestión. Eso no lo puede hacer el centro intelectual, eso no se puede hacer en estado vigílico, eso no se puede dirigir de ese modo. Todo lo contrario. Existen curiosos mecanismos que bloquean esas actividades, que impiden que ese centro intelectual y ese estado vigílico llegue hasta el objeto en cuestión. pero tal vez pudieran existir tales técnicas.

Varían tales núcleos con los cambios de etapas fisiológicas. Hemos dicho además que los shoks emotivos pueden también formar o modificar un núcleo de presión interna, ya que la parte involuntaria del centro emotivo, según explicáramos ayer, da señales a todos los centros modificándolos en su acción.

Si el shock emotivo es intenso, puede modificar por mucho tiempo el funcionamiento del centro vegetativo. Y ejemplos hay a mares,a montones. Si el shock emotivo es intenso puede modificar por mucho tiempo el funcionamiento del centro vegetativo, lo que desatará desde ese momento un nuevo núcleo de presión, apareciendo la compensación consecuente.

Este señor, recibe un fuerte shock que lo impresiona vivamente, y esto provoca el surgimiento de un conjunto de tensiones internas que se articulan y por lo tanto comienza a formarse un núcleo de ensueño, alrededor del cual van a empezar a girar esas imágenes secundarias.

También los ensueños secundarios habrán de mostrar el surgimiento de un nuevo tema permanente, no obstante su variabilidad, y las búsquedas o las intenciones vitales del sujeto se orientarán de otro modo, variando también su comportamiento en el mundo. Este señor recibió un fuerte shock y a partir de ese shock cambió toda su vida. A partir de ese shock cambiaron sus actividades y sus búsquedas vitales.

Esos shocks emotivos pueden actuar con tal fuerza que además provoquen alteraciones serias en algunos puntos del centro vegetativo, ya que hemos dicho que el centro emotivo en su parte involuntaria actúa sobre el centro vegetativo y lo modifica.

Shocks que llegan a esos niveles de profundidad emotiva, pueden provocar alteraciones serias en algunos puntos del centro vegetativo, apareciendo disfunciones, apareciendo somatizaciones. Somatizaciones por acción emotiva, es decir, enfermedades físicas, por accidentes emotivos.

Se puede tomar a la masa de ensueños secundarios en los distintos niveles, para buscar un clima constante y de ese modo llegar al núcleo de ensueño.

Resumiendo lo dicho hoy: Hemos hablado de los niveles de conciencia, y hemos dicho que existen puntos corporales desde los cuales se mueven estos niveles, estos puntos corporales manejan esos niveles así como hay otros puntos corporales que manejan los centros. Estos puntos corporales detectan señales y ellos dan señales a su vez para que el nivel de trabajo de esa estructura suba o baje.

Hemos dicho que en el nivel de vigilia las actividades intelectuales se despliegan enormemente. Que en el nivel de sueño estas actividades disminuyen considerablemente, aún cuando las imágenes aumenten en su poder. Y que en el nivel de semisueño se encuentra esto mezclado.

Hemos diferenciado entre niveles de conciencia y estados en que se puede encontrar un determinado nivel. Hemos dicho que los ensueños que aparecen en el nivel vigílico son productos de tensiones situacionales o productos de las presiones de los otros niveles. Así que, los ensueños que aparecen en el nivel de vigilia, no son niveles, estos ensueños son estados. Esa conciencia vigílica se encuentra en el estado de ensueño.

Hemos hablado también de que estos ensueños situacionales tienen entre sí algún tipo de relación. Una relación que no es relación de imagen, sino relación de clima. Esa relación de clima que tienen los ensueños secundarios entre sí nos permite hablar de un núcleo de ensueño. Este núcleo de ensueño tiene gran fijeza y responde a tensiones profundas. Este núcleo de ensueño varía con dificultad a lo largo del tiempo, pero hay determinados shocks emotivos profundos que lo pueden bombardear, y también los cambios de etapa vital provocan modificaciones en ese núcleo de ensueño.

Es el núcleo de ensueño, hemos dicho también, el que orienta las tendencias de la vida humana. Los ensueños secundarios dan respuestas compensatorias a estímulos de situación y están invadidos por el clima del núcleo de ensueño. Las presiones internas que dan lugar al nacimiento del núcleo de ensueño, están ligadas al funcionamiento de los centros instintivos. Así que estos núcleos están ligados fuertemente al centro vegetativo y al centro sexual. Son ellos los que producen el surgimiento del núcleo de ensueño.

Y no hemos hablado de mucho más, salvo de las posibilidades de hacer un rastreo del trabajo de estos distintos niveles y del trabajo de los ensueños, sean secundarios o sea el núcleo de ensueño. Existen determinadas técnicas para investigar estos niveles y para rastrear estos ensueños.