El cuerpo del joven es una retención menor y el cuerpo del viejo es una protención menor. En otros términos, el viejo es un recuerdo y el joven un proyecto.
Agrupadas estas dos categorías corpóreas con sus respectivas esferas, lo primero que aparece a la conciencia ingenua es la diferencia entre el cuerpo joven y el cuerpo viejo.
Todo proyecto implica un margen de utopía y ucronía, El joven es ilusión, La retención implica un margen de recuerdos, de hechos acontecidos en el tiempo y en el espacio. El viejo es nostálgico. Estas dos categorías, Ilusión y nostalgia o ilusión y desilusión, surcan el movimiento de la historia. Yo, hombre, me encuentro en situación de ilusión o desilusión y por tanto me encuentro en situación de juventud o vejez. Un condenado a muerte es viejo y toda pregunta por el significado de la muerte, si no está lanzada a su peraltación, es vejez.
Los jóvenes no se preguntan por el significado de la muerte, los viejos preguntan por el significado de la muerte. Los jóvenes son infinitos, los viejos son finitos.
La pregunta es: acerca de la pregunta por la pregunta de la historia.
La pregunta es: acerca de la necesidad de la conveniencia de la pregunta por la historia.
La pregunta es: acerca del estudio del siglo XX, de la conciencia que se encuentra arrojada a él.
La idea del siglo y la idea de su numeración, implica para una conciencia la retención de una vida, unas vidas, otras vidas que no han sido vividas por ella. La aparición de este rótulo: «estudio acerca del siglo XX» descubre un pasado que es admitido, pero esta admisión es apriorística y no probada.
El rótulo «siglo XX», plantea la duda de su veracidad. Siglo XX es una interpretación y nunca un «hecho» primigenio de la conciencia. Siglo XX es una hipótesis y todo lo que puedan decirle a esa conciencia ingenua no pasa de ser hipotético.
Tenemos ya dos elementos descubiertos: siglo XX es una hipótesis y toda explicación del mismo no rebasa ese ámbito.
Hipótesis significa primariamente aquello que debe ser probado. Toda hipótesis es «probable», Por lo tanto: 1º) siglo XX es una hipótesis meramente probable y toda interpretación del siglo XX no es más que probable. Referido esto a la conveniencia de la responsabilidad, la hipótesis significa «sospecha».
Toda interpretación histórica se me aparece como sospechosa. La Historia no pasa de ser una enorme sospecha.
El joven se encuentra arrojado a un mundo sospechoso, y está forzado externamente a creer en su verosimilitud. El joven, para un viejo que vivió un hecho, es un «incrédulo».
Todo joven es un hereje y todo viejo un ortodoxo
Desde la metafísica los dos integrantes de la fórmula, aparecen como lógicamente contradictorios.
Los jóvenes y los viejos son contradictorios.
Si el cuerpo está exigido a moverse entre objetos y las direcciones de los cuerpos viejos y jóvenes son opuestas en la apropiación del mundo, estos son entre sí dificultades.
Los jóvenes son una dificultad para los viejos y viceversa. Los jóvenes son un problema para los viejos e inversamente. Dificultad y problema son para quien con ellos se encuentra, una exigencia de lucha.
Los jóvenes y los viejos se encuentran en posición de lucha. Los jóvenes y los viejos luchan por la posesión del mundo.
Dijimos que los viejos son ortodoxos y los jóvenes heréticos, el movimiento de los hombres se interpreta como lucha entre heréticos y ortodoxos.
Un hombre «A», nace antes que un hombre «B». Si el primero se apropia del mundo y hermetiza su posición en el baluarte de la ortodoxia, el segundo individuo no tiene entrada en él y por el sólo hecho de haber nacido luego dispara una lucha contra aquel. Los jóvenes son quienes inician la batalla. «A» y «B» se entienden como generaciones en lucha. «A» es la generación en el poder. «B» es la generación que desea apropiárselo.
Los viejos tienen perdida la batalla por estar cerca de la muerte. Los jóvenes tienen más tiempo por delante y en esto consiste su ilusión.