Necesitamos todo tiempo de gente, que tengan distintas capacidades y facilidades, así el buen orientador será aquel que sepa dar a cada uno una función apropiada e importante. No se tira por la ventana a la gente para uniformar, porque después necesitamos hacer un comunicado de prensa y no hay nadie que sepa hacerlo…

El orientador tiene que saber encauzar y aprovechar toda la energía disponible, ver en qué cosa puede ir bien cada uno. El que no es pintor, será tornero, un buen tornero (aquí se ve mucho esto de ver el SI y los complementos, pues no ganamos nada con decir NO es pintor, ganamos cuando sabemos que SI es un buen tornero y puede complementar con otros torneros y oficios afines).

El orientador tiene, en efecto, que hacer muchas cosas, pero sin olvidar la principal: desarrollar la propia línea, interactuar con otros y coordinar actividades comunes en el lugar en que se está. Muchas veces se dan antagonismos, pero hemos de practicar la tolerancia y comprender al otro. Esto puede llevar mucho tiempo, pero es necesario llegar a comprender los valores del otro, ponerse en el lugar del otro para que se interactúe fluidamente.

Sin duda el orientador ha de poner muchos circuitos en marcha, muchas cosas en marcha y evitar, por cierto que no haya «cortocircuitos». Hay que darle a la propia línea y luego coordinar con otros en lo táctico. Es importante además que hayan muchas líneas porque los monopolios no son buenos para nadie.