En distintas ocasiones hemos utilizado la analogía del río para ilustrar diversas situaciones vitales. Hemos comentado que uno está en la vida como quien está en un bote, en un kayac, en medio de un río, surcando los rápidos de este río; muchas veces uno no puede parar ni cambiar de rumbo, uno va solo, tratando de seguir adelante sin hundirse ni estrellarse. Pero a veces hay un recodo en ese río en el cual uno puede ponerse y buscar diversas posibilidades, que no puede hacer cuando está en medio de la correntada. Podemos ver como que vamos río arriba, contra la corriente (no dejándonos llevar por ésta) sorteando dificultades y buscando un remanso, un recodo para desde allí poder actuar con mejor manejo de la situación, pero es claro que uno va en ese río con gran dinámica de acontecimientos, en un recorrido que hace solo y puede darle un mejor sentido, pero siempre y cuando nos lo propongamos.