El tiempo que le dedica un orientador a la estructura ha de ser un tiempo intenso, un tiempo para esclarecer, activar, poner cosas en marcha que lleguen muy lejos. No puede ser un tiempo recreacional, como de costado. Puede decir: «estoy tres horas diarias con la gente», pero ser un tiempo distractivo. A veces alguien termina haciendo otras cosas, aparece muy abocado a temas muy ajenos a nosotros, pero eso ya venía de antes, esa tendencia ya estaba antes de antes, que era cuando le dedicaba a lo nuestro pero de modo ambiguo, indefinido y se creaban problemas cuya génesis es muy difícil de precisar. En rigor dedicaba un tiempo a lo nuestro de carácter recreacional que más tarde se sincera. Es algo que hay que aclararlo hasta por autoestima, no se puede hacer lo nuestro formalmente, como meramente para cumplir… sino realmente. Lo formal y lo real se ven en ésto muy claramente. Lo nuestro se hace en un tiempo intenso, muy dedicado, con mucha atención y dedicación elegida, poniendo cosas en marcha, multiplicando el fenómeno, encauzando las energías, etc.