Nosotros hablamos de orientación y aspiramos a que el Movimiento no lidere sino que oriente.
¿Qué ocurre con nuestra base, con nuestros delegados de grupo y de equipo que no tienen claro su rol? El nuestro en la base tiene que tener en claro su rol respecto al medio que convoca para formar estructuras. ¿Es el rol de un jefe? ¿De un sabelotodo? ¿De un mandamás? Esos son emplazamientos inadecuados. Él es alguien que da cohesión a todo un conjunto, que convoca voluntades aunque otros sepan mucho más que él. Hay que llegar hasta el delegado de grupo para esclarecerlo. No se trata de un tema organizativo sino de actitudes, de comportamientos. Es preciso reflexionar en conjunto sobre este aspecto.
Necesitamos un cuadro amplio que funcione bien, formado por gente voluntaria, no por gente «con obligación de». Si eso queremos y queremos que tome fuerza, lo obligatorio no funcionará bien. Entonces, no está bien emplazarse como jefe, que es un rol que puede venir del sistema, o de esteriotipias que hemos transmitido mal. ¿Emplazarse como sabelotodo? Ese es un prestigio del sistema, ese rol no conviene.
Más bien uno de los nuestros, en la base podría decir las cosas de este modo: «yo soy alguien que voluntariamente participa de un movimiento que considera importante, con ideas y procedimientos precisos y con gusto por transmitirlo a otros, pero no soy un teórico ni un especialista. Mi función es la de ser cohesor, la de comunicador, la de un convocador de voluntades para estudiar en conjunto los materiales del Movimiento. Y esta es una función que creo importante. Trato sobre todo de darle sentido a mi acción y de darle cada vez mayor coherencia».
Así, sencillo pero con potencia, con fuerza, con corazón en el asunto, uno de los nuestros podría explicar eso de entrada si quiere formar un grupo inicial. «Mirá que yo no soy un jefe, no estoy para decirte qué debes hacer». Y entonces busca una actitud de comunicación sencilla con la gente, una actitud que no lo encorseta.
Necesitamos un cambio también en esto de los roles. Empecemos explicando ésto a la gente, desde los más nuevos. Hay que conversar sobre esta sencillez en el trato. No necesitamos ningún tipo de impostación.
Y si el nuestro (o el nuevo al que se conecta) fuera un intelectual, un tipo con datos, habrá que explicar que esos datos no sirven de mucho en ésto, que no son ninguna prioridad, que lo que sirve es la comunicación con la gente, etc.
Si los nuestros se salen de ésto, hay lío para la gente y para ellos mismos.
Habrá que insistir un tiempo en este asunto hasta que salga bien. En general la actitud de los nuestros es muy buena de comienzo, pero parece que luego hay un cambio de rol cuando el otro se integra. El nuestro se convierte en una especie de «Mr. Hyde» y eso no nos conviene. Alertemos a los nuestros sobre eso. Ahí hay un cambio que hacemos sin darnos cuenta.
Es muy importante atender a esto de los roles desde la base, porque ahí hay un gran número que conecta con gran cantidad de gente. ¿Usted qué es? Usted es alguien que le pone empeño a una causa y forma parte de un proyecto, un cohesor que se comunica en profundidad con la gente, y no formalmente. Usted es un cohesor, parte de un proceso importante. Si no lo hace usted, ¿quién va a hacerlo?
Hay que hablar con la gente y reflexionar juntos sobre ésto. Hay que cambiar de actitud y llegar a una comunicación más profunda y no desde roles sino con mayor calidez.
Nosotros tenemos un monopolio pero no es nuestra culpa, es porque no hay otra cosa, no hay opciones, pero ésto no nos convierte en jefes sino en gente que quiere participar con otros. No tenemos que estar embromando a la gente. Tenemos muchas buenas cosas ganadas en el trato inicial con la gente. Nos falta agregar este otro tema.
Quien comienza un grupo en la base es un orientador porque hace participar a otros del proyecto y trata de que la gente se incluya también en ese proyecto común. Además, en ese trabajo común hay ciertas orientaciones y ciertos procedimientos.
Se trata de un trabajo más humilde pero más consistente, más real. Hay que ajustar las cosas porque hay muchas actitudes que cambiar. Hay que transmitir esta actitud hasta la base. La gente sabe apreciar si el rol está bien encajado.
Es un tema muy importante. Hay que hacer una cosita nosotros para transmitirlo hasta la base.
Así que el que está formando esa estructura en la base, podrá presentarse como cohesor, como un partícipe de un movimiento en el que él hace eso que le gusta y es lo que mejor puede y sabe hacer. No tienen por qué presentarse como más inteligentes, más informados, etc., sino con un rol al servicio de la cohesión de la gente.
Pueden haberse transmitido hasta la base roles que no le encajan a la gente y les ha traído problemas. Hay que llevar el rol lo más cerca posible de la realidad que le toca vivir. Que encaje, que sea auténtico, algo honesto que la gente aprecia. No hablamos de un tipo blandón sino de alguien durito que explica bien su rol. No por humilde ese trabajo es menos importante. ¿A ver si no van a ser importantes millones de tipos humildes?