Estamos impulsando a las estructuras a influir sobre sus medios inmediatos pero los orientadores actúan sobre las estructuras, no sobre otros medios. Ahí hay un desencaje: las estructuras reciben mensajes un poco corridos. Un orientador emplaza su liderazgo con respecto a su estructura, pero gatilla sobre ella para que ejercite su liderazgo sobre su medio y no sobre una estructura, con lo que hay problemas de códigos. No está mal, estamos transitando, pero eso se ve.
Lo que le pedimos a la estructura -que de la cara, que salgan a la palestra y confronten con todo- tendría que hacerlo también el orientador. Ahí también hay un elemento conservador. No se ve arrastrando la máquina, protagonizando procesos, protagonizando la exposición de los planteos y de las cosas que vamos haciendo.
Un orientador puede no tener que ser un político o un culturoso, pero se las tendría que arreglar para influir sobre el medio como le pedimos a la gente que lo haga.
Hay mucha cosa exagerada en esto de que si se está desarrollando la estructura, no se pueden hacer otras cosas. No es tan así: se pueden hacer muchas cosas. Si los orientadores se encuentran con sorpresas en sus estructuras, es porque no han estado con ellas suficientemente, y entonces podría haber estado aplicando esa energía libre a su acción sobre el medio.
Tampoco se puede decir que no se pueda hacer eso porque hay orientadores que están fuera de su lugar de origen. ¿Por qué no dar conferencias, por ejemplo, explicando las posturas del Movimiento?
Sería mucho más inspirador para los nuestros si los orientadores también hicieran eso. Debemos fortalecer esos protagonismos hacia el medio.
¿Qué estamos modificando? Actitudes. Si algo estamos haciendo desde adentro, o para adentro, es modificar actitudes. Esto desestabiliza un poco; puede experimentarse como una cierta inseguridad, por ejemplo, como sentirse no tan seguro como antes en una forma más sólida, más anquilosada.
Mirando etapas anteriores, se verán cambios importantes de actitudes aunque con algunas dificultades como una cierta inseguridad, cierta «cautela», también productos de esa inestabilidad. Talvez los mismos nuestros nos ven un poco inseguros, entonces será bueno charlar ésto con ellos para que entiendan la cosa.
Estamos cambiando actitudes en la dirección que nos conviene, que nos facilite la apertura hacia los medios. Ahí aparecen estos problemas de liderazgos.
No vendría mal ir sacando las uñas y ampliando la influencia hacia el medio. Los orientadores debieran estudiar qué rol les encaja mejor, desarrollarlo y perfeccionarlo para ampliar su influencia. Esa influencia podrá ser de mayor o menor alcance, pero dará referencia a la estructura.
También ésto va en la dirección de la apertura, de la salida de cara al medio. ¿Por qué no ir buscando roles que permitan influir sobre el medio?
Conferencias, actos, algo que nos ponga y nos exponga a la presencia y la mirada de estructuras mayores que aquellas con las que venimos trabajando hace años. En medios adecuados, donde podamos hacerlo mejor para abrirnos a una influencia mayor. Será bueno para nosotros, para la estructura que nos ve en la palestra, bueno para ir haciendo entrar aire. Sólo puede ser un poco complicado de comienzo, porque no hay hábito.
Los orientadores podríamos cultivar algunas amistades con visitas, por ejemplo, grupos que vamos formando, reuniones o conferencias para abrirnos
a otros aires, conferencias con empuje de la estructura moviendo públicos… Podríamos hacer pequeñas cosas así hasta encontrar el rol.
Ahí tendremos otro cambio de actitud. Vamos a salir de esta cosa un poco encerrada a que lleva la cosa estructural. No es un problema; ésto hay que cultivarlo. Y el contacto con tipos aburridos… bueno, es parte de la cosa.