¿Cómo es la Escuela? Debe hablarse de una sola Escuela pero organizada en distintas órdenes.

Cada orden parece más bien especializarse en un aspecto de la enseñanza.

En ningún caso designamos como «Escuela» a aquellos grupos, sectas o religiones que explican en línea distinta el Trabajo.

La verdadera Escuela es indigente y no existe justificación posible que le permita obrar en sentido contrario.

La verdadera Escuela, no cuenta jamás con medios económicos propios.

Cada monasterio se autoabastece, cada retiro consume sus bienes en el tiempo que dura (quince días o un mes) y cada orden subsiste por la contribución que hace cada miembro y que está destinada a invertirse íntegramente en los trabajos de los partícipes. De este modo, una orden no tiene un fondo permanente, ni dinero en depósito, ni propiedades, ni reservas para casos de emergencia. Se contribuye sobre la marcha y de acuerdo a las necesidades del momento.

En una orden hay escalones ascendentes, hasta que el instructor haya terminado su etapa de enseñanza y el aprendiz su etapa de aprendizaje.

El primero abandona la orden y se dedica a otro tipo de trabajo y el segundo comienza su etapa de instructor.

Se trata de una extraña organización en la que el individuo llegado a un considerable nivel, abandona todo y comienza otra tarea desde el «punto cero» pero ésto lo hace dejando siempre a alguien que ocupe su lugar y con una eficacia aproximada.

Para entrar al Trabajo se requiere ser presentado por otro miembro. En la Escuela no se respeta ninguna jerarquía de la vida mecánica. No se respeta ni la edad, ni la experiencia. Todo queda reducido a un grupo de aprendices con su instructor, que va ascendiendo de nivel.

Cuando alguien desea retirarse, el procedimiento que se usa es el más sencillo… deja de concurrir a su grupo. Si algún día opta por retomar el Trabajo, debe comenzar nuevamente desde el escalón inicial y esto tantas veces cuantas quiera.

En las órdenes no se pregunta a nadie sus antecedentes ni la función que cumple en la vida habitual.

En cuanto a la enseñanza, ésta se va adecuando al momento histórico, destinándose a círculos reducidos o extensos de personas. En ocasiones se provoca la apertura de la Escuela al pueblo y en ocasiones se cierran sus puertas.