Yo siempre leí qu´el mundo, tierra y agua era espérico e(n) las auctoridades y esperiencias que Ptolomeo y todos los otros qu´escrivieron d´este sitio davan y amostraban para ello, así por eclipses de la luna y otras demostraçiones que hazen de Oriente fasta Ocçidente como de la elevaçión del polo de Septentrión en el Austro. Agora vi tanta disformidad como ya dixe; y por esto me puse a tener esto del mundo, y fallé que no era redondo en la forma qu´escriven, salvo que es de la forma de una pera que sea toda muy redonda, salvo allí donde tiene el peçón que tiene allí más alto, o como quien tiene una pelota muy redonda y en un lugar d´ella fuesse como una teta de muger allí puesta, y qu´esta parte d´este peçón sea la más alta e más propincua al cielo, y sea debaxo la línea equinoçial, y en este mar Ocçeana, en fin del Oriente (llamo yo fin de Oriente adonde acaba toda la tierra e islas). E para esto allego todas las razones sobreescriptas de la raya que passa al Ocçidente de las islas de los Açores cient leguas de Septentrión en Austro, que en passando de allí al Poniente, ya van los navíos alçándose hazia el cielo suavemente…“ Op.cit. Relación del tercer viaje .