Esta experiencia toma una media hora de la reunión.
Los miembros del grupo se sientan del modo que les resulte más cómodo. Se procura que la habitación no esté iluminada fuertemente, ni que existan factores de distracción o molestia.
Se comienza por relajar los músculos lentamente, desde la cabeza a los pies. Es importante que el instructor explique la técnica de relajación muscular a fin de que todos puedan eliminar tensiones y, con ello, factores de perturbación en este trabajo. Es recomendable hacer una «pasada» de relax y luego una segunda y tercera. En cada nueva pasada, se profundiza la sensación de aflojamiento de los músculos con respecto a la anterior, soltando las tensiones que no habían sido advertidas. Las pasadas, comienzan por los músculos de la cara, cuello, etc. y terminan en los pies.
A una señal del instructor, concluye la preparación lograda con el relax y los miembros del grupo comienzan a imaginar una esfera transparente que, bajando, termina por alojarse en el corazón. Algunas personas no pueden imaginar bien esta esfera, cosa que no presenta inconvenientes al trabajo, ya que de todas maneras pueden experimentar una agradable sensación en el centro del pecho sin el apoyo de la imagen esférica.
Tomando en cuenta a la sensación agradable en el centro del pecho, se la va expandiendo lentamente como si creciera cada vez más hasta los límites de todo el cuerpo.
Cuando la sensación que comenzó en el centro del pecho, se ha extendido por todo el cuerpo hasta sus límites, sobreviene esa cálida sensación de paz y unidad interna que cada uno deja operar por si sola. A veces, la respiración se hace amplia acompañando a las emociones positivas que se presentan. En otras ocasiones, surgen recuerdos o imágenes muy vivas.
Por último, cuando el registro que comenzó en el pecho y se difundió por todo el cuerpo hasta sus límites, ha operado esa paz interna profunda, se hace retroceder lentamente la sensación hasta el corazón y de allí se retira hacia afuera la imagen esférica, o se esfuma la sensación misma. Con ello, queda terminada la experiencia.
Es conveniente observar lo siguiente: si la relajación muscular no es buena, las tensiones impiden el desarrollo de la experiencia. Por ello, debe dominarse la técnica del relax. Este es el punto más importante.
Cuando se ha trabajado en varias reuniones y el grupo ya reconoce con cierta fidelidad la experiencia de paz se puede recomendar apelar a ella en la vida cotidiana para aliviar las tensiones y encontrar calma en las situaciones difíciles. Esto tiene una utilidad muy grande y que se irá notando a medida que se avance en la práctica.
A veces, en la experiencia de paz irrumpe la Fuerza. Este notable fenómeno comienza por una agitación creciente de la respiración; sensación de «electrificación» del cuerpo y aumento del registro de energía interna. Si tal fenómeno acompaña a la experiencia de paz, entonces ésta será plena y vivificante. Pero no debe perseguirse tal cosa, sino hacer que sin forzamiento alguno, la experiencia de paz se manifieste.
Si la Fuerza irrumpiera en alguien descontroladamente, el instructor lo sacará suavemente de ese estado.