A.- Catarsis.

Los interesados se reúnen con el instructor y trabajan en la práctica del relax, para desde allí comentar a aquél los problemas personales que tuvieran, tratando de desbloquear las tensiones que les fueran opresivas y sin racionalizar los relatos.

El instructor, desde luego, no es un consejero sino alguien que ayuda a liberar los factores de tensión interna, colaborando con el sujeto para que éste clarifique y resuelva los problemas por sí mismo.

Está demás explicar que para una catarsis plena debe existir confianza, mucha seriedad y absoluta reserva posterior por parte del instructor.

B.- Cadenas.

En algunas ocasiones (siempre fuera de la reunión semanal), puede hacerse ejercicios excepcionales de paz o de pasaje de Fuerza. Para ello, los presentes toman sus manos cerrando un círculo. Esto se hace también, al formular un buen deseo a favor de alguien presente o ausente.

C.- Imposición de manos.

a) Son acciones que tienen por base la experiencia de paz o el pasaje de Fuerza. Nacimientos, matrimonios, ayuda a los enfermos, son acompañados por estos actos que trasuntan las más profundas y mejores intenciones.

b) La imposición de manos para oficializar nuevos instructores, la efectúa el instructor del grupo, en aquel que ha manifestado su deseo y aptitud ara llevar adelante un nuevo conjunto de personas. Es una breve ceremonia, en la que se explica al nuevo instructor sus responsabilidades para con los miembros del futuro grupo. Estas son:

1º recta y desinteresada intención;

2º amabilidad y

3º reserva sobre lo dicho por otro en catarsis.

Al nuevo instructor, le corresponde un estudio más profundo de la enseñanza y una vida mejor ajustada a los Principios.

Aquel instructor que juzgue oportuno oficializar a alguien, debe consultar previamente a otro más antiguo sobre el caso en particular. Esto se hace para oficializar únicamente, a quienes ya están en condiciones de cumplir con sus responsabilidades correctamente.