Cuando caes en cuenta de que no vas a ningún lado, buscas la experiencia.
Si se cayeron las creencias en uno, eso no se va a reconstituir internamente por la vía de la reconstrucción argumental. Algunos utilizan otro mecanismo: “tenga fe”, pero nosotros vamos por el Mensaje, por las Ceremonias. Tratamos de crear condiciones para facilitar las cosas, no ponemos vallas; encima de que la gente la está pasando mal, no podemos poner más trabas.
Frente a las crisis personales, trabajar lo propuesto en el Mensaje, ahí está lo esencial, que se reordene y se reorganice la dirección mental. Profundizar los procedimientos y las prácticas planteados en el Mensaje y ojalá acompañados de otros.
Cada uno puede llegar a la sensación de crisis por distintas vías. Cada uno puede llegar a estos estados en diferentes caminos. Cada uno vive las crisis en su propio tiempo, cada uno está en su momento, no lo puedes tocar desde afuera.
El Mensaje cuenta con un sistema de pequeñas ayudas para que la gente se sumerja en su experiencia interna. Necesitamos aprender a intercambiar lo que nos pasa con otros, con nuestros amigos. Con un amigo podemos desarrollar un mismo nivel de intercambio porque tenemos los mismos ante-predicativos. Sobre temas de uno, uno habla con los amigos. No es una discusión de ideas, tampoco un diálogo de conocimientos. Se trata de un intercambio de experiencias, donde nos enriquecemos todos, uno se enriquece con la experiencia del otro, así no le pase a uno y viceversa. El intercambio se basa en un tono afectivo, en una intención recíproca para ayudar a mejorar las cosas, conectados por una dirección mental. Cómo yo me pongo internamente frente a ti, supongo que tú haces lo mismo. De esa postura interna, nace el intercambio con los mismos ante-predicativos. Uno tendría que trabajar en esta dimensión de lo personal. Porque lo vocacional te permite trabajar en el mundo, en lo social, pero canalizar tu dirección mental es algo que se logra con trabajo interno.