Es el material que llegará hasta la base, con el que nos manejaremos en cuanto a definición y presentación del Movimiento. Hay materiales anteriores que tratan el mismo tema pero siempre es mejor apelar a los materiales más recientes.
Se define *El Movimiento como corriente de opinión* y se informa brevemente sobre su antecedentes.
El momento actual. Es la previsión del futuro, no el cambio, lo que le preocupa a la gente. La situación cambia rápidamente. Lo que se pensaba y se creía ya no se cree. En esta situación no es el caso de preguntar, por ejemplo, a los formadores de opinión..
La acción personal. Estos cambios ponen la necesidad de darle cierta continuidad, cierta coherencia a nuestra vida. Parece que, si estamos aquí, en esta reunión, hemos decidido seguir viviendo. El tema es, ¿en qué condiciones? Las condiciones están claras en sí, pero no está claro hasta dónde uno está dispuesto a luchar.
Algunos prefieren seguir viviendo con dolor, sufrimiento, injusticia. Y la opción se enrarece más si hay que luchar para otros. Se está utilizando esta variante: ¡que cada uno se la arregle!
Por cierto hay gente que se arriesga a luchar, pero que no lo puede justificar ideológicamente. Las personas necesitan un sistema de ideas coherente con su acción.
Ninguna persona está aislada; vive en situación, produciendo y recibiendo contradicciones. Puede pasar que alguien quiera orientar su vida: eso no es posible sin tener en cuenta las otras personas. Si las personas con las que estamos en relación cambian, produce cambios en nosotros y así a la inversa.
Si queremos modificar nuestra situación e influir en la situación de otros, necesitamos acciones progresivas y sostenidas. Estas dos propuestas no se pueden cumplir rigurosamente. No podemos pretender ser modelos, tampoco como Movimiento. Somos gente y tan incoherente como ellos, conocemos nuestra incoherencia, igual a todos los ciudadanos. Solamente hay una pequeña diferencia: nosotros tenemos la intención de ser coherentes, aspiramos a darle un sentido a nuestra vida.
En el lenguaje común las intenciones son inconsistentes; no es así para nosotros. Seguimos siendo incoherentes pero con intención de ser coherentes. No nos quedamos en «somos incoherentes», y así quedan las cosas. Esta pequeña diferencia es muy fundamental, desde otro punto de vista.
Organización del Movimiento.
Tenemos que hacer un cambio en la cabeza y al hablar de Movimiento no solo pensar en estructura; ésta está incluída en el Movimiento, que es un concepto más amplio. La estructura es un factor cohesor adentro del Movimiento. Debe coincidir el planteamiento que se hace adentro de la estructura con lo que se lanza hacia afuera. Necesitamos este factor cohesor porque parece que la gente no se agrega tan espontáneamente.
Organismos.
El Movimiento, al poner en marcha un organismo, en ocasiones apoya económicamente también. Pero no es tan corto como para recibir contribuciones económicas del organismo. Los organismos son autónomos en su funcionamiento y en su economía.
Aparatos de difusión.
Hablamos de aparatos de difusión, no de un aparato cualquiera (por ejemplo un banco). Son autónomos tal como en el caso de los organismos. La estructura no recibe fondos de ellos. No son pantallas.
Comisiones.
Son de diverso tipo y grado. En un Centro de Comunicación Directa, por ejemplo, es muy interesante que se armen Comisiones sobre un tema específico (deporte, salud, etc.). Se trata de una organización flexible de gente que no es de la estructura. Se le puede dar también de otra manera, no necesariamente comisión.
También se pueden organizar actividades afuera de los C.C.D., se pueden, por ejemplo, juntar unos amigos que son culturalmente afines, armando un «ateneo», que también podemos encuadrar como Comisión. Así unos amigos de la oficina pueden armar una Comisión (o como se la llame) para charlar de los temas que los afectan en el trabajo. Se trata de un concepto flexible.
Quién pone en marcha una Comisión es alguien de la estructura, no toda la estructura. Cuantos menos miembros sean necesarios para la puesta en marcha de algo, mejor.
Centros de Comunicación Directa.
El arraigo es la idea fundamental, la acción es vecinal. Por lo tanto no se armará en el ámbito universitario. La hoja de barrio no es para nosotros: que escriba la gente del barrio, el dentista, el sacerdote, etc.
Conviene que uno o dos monten un centro. Pero si son diez hacen una suerte de barrera para que entre la gente del barrio. Perdemos dos veces con este número porque además de ésto no se empuja a la apertura de otros centros. Los CCD también tienen autonomía.
Estructura del movimiento.
Se dan criterios con los cuales se puede hacer «volar» las Normas. Los consejos están formados por aproximadamente 10 personas (entendiendo que en el caso de las mujeres, el número equivalente es 7). Se preveen niveles sucesivos de participación. Nuestra organización está basada en el trabajo.
Cada uno orienta lo que él formó.
Esta forma que se puede criticar como no democrática prevee, sin embargo, que el orientador de un consejo puede ser objetado por la mitad más uno de sus orientados, en caso de mal desempeño de sus funciones.
Dentro del Movimiento, la función de la estructura es de cohesión, nada más. Considerar a la gente de la estructura cómo mejor que los otros, nos va a trabar toda la organización flexible. Puede haber mucha gente del Movimiento que no le guste la estructura y que se ubique entonces en otras actividades.
Como hay cierta confusión que proviene del sistema, se destaca que los sectores no deben desempeñar tareas personales de sus orientadores.
En cuanto a la colecta es personal (no son 3 que hacen actividades para conseguir colectas para los 7 que no pueden ponerlas). Está claro que se pueden desarrollar actividades para conseguir fondos pero no para pagar colectas. La colecta es semestral (ni trimestral, ni bimestral….): Se trata de una estrategia global no de tácticas particulares.
La estructura no depende de ningún aporte que no sea de miembros de la estructura. Las colectas van a ser un criterio muy bueno de medición (antes se consideraba estructura lo que en realidad es plegamiento).
La forma de la reunión semanal es muy simple: Se discute un tema de esclarecimiento y todo lo demás es acción. En las estructuras están las gentes que les gusta la acción. Dejamos la puerta abierta a gente de afuera para que observen la reunión y se incorporen o no. Tenemos el material de comentarios sobre temas doctrinarios, armado en módulos para ser utilizado en las reuniones semanales.
La gente de la estructura participa también en seminarios abiertos a otra gente sobre un tema específico.
Los encuentros son de tipo social. Se realizan en los CCD. Sabemos que en la práctica habrá estructura flotante que hará encuentros en locales sociales.
Los retiros se suelen hacer en los días no laborales, preferentemente fuera de la ciudad. Su objetivo es que la gente tome contacto con su situación (algún trabajo autobiográfico, paisaje de formación, roles, experiencias guiadas). No necesitamos más de los encuentros 1 y 2 o los retiros para delegados equipo o delegados generales. Todo este tipo de trabajo se pasa a los retiros con adaptación flexible de los temas.
¿Desde dónde llega la gente a la estructura? De su propia actividad y de todas las actividades que ponen en marcha CCD, comisiones, organismos y aparatos. No es de interés incluir a todos en la estructura y mucho menos manotearlos de otros lados.
Suponemos que podemos prescindir de las Normas. Se suspenden en los próximos seis meses. Veremos si moviéndonos con estas sugeriencias podemos suprimir las Normas. El espíritu es la base de todo. No se puede encerrar la gente en la estructura; que se cambien de línea, si quieren. Si toda la estructura se vuela, no es una estructura.
Esta forma desestructurada puede crear muchos problemas para nuestra forma «estructural». Desaparecen muchas cosas. En realidad, estamos sacando palos de las ruedas y abriendo muchas posibilidades y opciones.
La desestructuración del sistema, de la época, nos viene muy bien para nuestra apertura.