Siempre decimos la acción válida es aquella que empieza en uno pero que termina en los otros. La acción válida no tiene mucha gracia si termina en uno mismo. Lo decimos en general, por qué no decirlo en el Movimiento. En el Movimiento la acción válida es interesante si termina fuera del Movimiento y no si es un circuito cerrado. Este tema del Movimiento y su medio es para nosotros de mucha importancia porque es un sistema de realimentación. No es sólo lo que damos hacia el medio, es lo que la gente del medio nos da y nos envía, ¿eh?

Hoy hablaba con una señora y esta señora me decía: Qué buena cosa es ésta. Yo no formo parte del Movimiento, pero se sentía del Movimiento Pero qué bien este asunto de que haya ideas y cosas que sirvan de referencia a la gente. Pero claro ella decía referencias como si fuera una especie de conducción sobre la gente. Yo le expliqué a esa señora que lo que ella me estaba diciendo me enseñaba a mí a comprender como la gente veía las cosas. Y que cuando hablamos con la gente la cosa es como una coctelera: un poco de hielo, un poco de gin, etc. Está bien. Nosotros batimos la coctelera y sale lo que sale. Pero todo lo que forma parte de ese cocktail lo va poniendo la gente. Y si nosotros no escuchamos a la gente vamos a tener una bebida bastante insípida, una cosa bastante aguachenta porque la va a poder beber cierto tipo de gente, no toda la gente.

Visto así nosotros somos un poco la voz de la gente. No es tanto lo que nosotros producimos; es la gente la que hace su aporte y nosotros lo combinamos, le damos un tono. Es al revés; es como si por boca nuestra hablara la gente. Y qué gracioso sería que la gente hablara a través de nuestra boca y nosotros habláramos con nosotros mismos. Si a través nuestro habla la gente la cosa va, va a ser muy interesante.