Podemos tener un objetivo común pero las motivaciones ser diferentes. Aristóteles ya distinguió cuatro causas: la causa material (p.ej. la piedra), la causa formal (la forma distinta), causa eficiente (el escultor) y la causa final (en lo que se va a convertir la piedra).
Poner el énfasis en la finalidad última, el objetivo, y no en la motivación. Debemos tener contemplada la m. en cuanto a interferencia de proyecto. No es la idea, en el montaje del proyecto, irse hacia atrás para ponerlo en marcha. El requisito fundamental en la acción es no irse a la m. porque se peraltan las diferencias. No obstante, deberíamos tener un sistema para evitar que la motivación personal interfiera en el proyecto. Un sistema que nos permita no salirnos del objetivo, con otras motivaciones, interfiriendo en la mitad del camino.
M. habla de pasado y diferencia. El objetivo une y pone el futuro como primario.
Esta cultura que está muriendo es básicamente motivacional, que sale de un psicologismo pedorro.
En cuanto a las motivaciones para cambiar el mundo, estas pueden ser diferentes para cada una de esas ocho personas.
Pero, deberíamos tener un conocimiento de la motivaciones y su funcionamiento (son compensaciones, ensueños, etc.) para manejarlo, ya que puede desviar nuestra finalidad.
(r)Es que cada uno se compromete con el proyecto porque le gusta? Si es así, bueno, no cambiar de gustos! La libertad interna es en base al gusto -y por lo tanto errática- o se orienta de acuerdo al proyecto?
No se puede montar un proyecto sobre la base de lo que te hicieron cuando eras chico.
Respecto del proyecto final, si lo de ellos («sistema») es porque sí, lo nuestro también puede ser planteado en los mismos términos.
Puede ser que el aplauso como motivación dure poco. El aplauso es importante pero la autosuficiencia es mejor (me miro al espejo después de haberlo hecho y me digo: «qué extraordinario que soy!»). Necesito una cosa que me dé una sensación más interesante y que no esté sometida a algo fluctuante. Tengo que hacer una cosita que al mirarme me diga :»me estoy afirmando» y que me diga que lo del aplauso me parece poco, quiero más.
Puede haber también como motivación cuestiones viscerales, ciertos síntomas neuróticos, por ejemplo el registro de sufrimiento en uno mismo por el hecho de que violenten a otro. Es también un motor, pero es poco. También me podría motivar la posibilidad de que haya algunos parecidos a mí entre aquellos violentados aunque yo no los perciba, y con los cuales podría hacer algo interesante.
En términos de motivaciones puede haber muchas cosas.
Una de las cosas más interesantes a las que podría arribar ese grupo -luego de hacer autoconocimiento- es darse cuenta que todas esas motivaciones no van a ser suficientes para poner en marcha un proyecto mundial. Si son secundarias como las motivaciones mencionadas, no pueden estar en primario.
Estas motivaciones deben ser homogéneas con la finalidad. No importa lo delirantes que estas sean. Por ejemplo, suponte que eres loco y crees que eres mesiánico. Bueno, en lo que hace a finalidades, las motivaciones son homogéneas, aunque fueras un incoherente.
Puede haber fuertes rayes. Hay que aprovechar la fuerza obsesiva para darles una dirección que sirva al proyecto final. Ingresarla a «la olla de grillos». Y si es consciente, es más interesante, porque se puede aprovechar más. Es decir, un loco interesante, un loco inteligente.
No nos meteremos a negar o joder las motivaciones de cada uno.
Lo visceral -eso de registrar el sufrimiento ajeno- es un poco más difícil porque es de tipo más perceptual. Lo que no veo, lo que no percibo, es un poco abstracto. Pero se puede extender. Ejemplo del hijo y la cucharita en el ojo. Entonces coincido con el que me objeta y dice que soy un egoísta e hipócrita porque en realidad pienso sólo en mí. De puro egoísta, porque estoy ligado a mis seres queridos, es que tengo problemas cuando joden al otro. Es cierto que el sufrimiento del otro no lo registro en mí.
No se le puede creer a alguien que dice hacer las cosas por la humanidad, eso de «amar a la humanidad». Es vacuo, es inexacto, es psicológicamente incorrecto. Es más verdad y es más registro inmediato decir «yo me amo a mí mismo». Luego este registro se puede ir extendiendo y ahora comenzar a tener problemas con el sufrimiento ajeno.
Ponerse de acuerdo en las motivaciones es una forma vacua de hablar. Mejor decir: «lo que jode a la gente, me jode a mí». Y luego ésto se desarrollará, pero la reducción es esa. Este es un tipo de fuerte sensibilidad social, es un tipo de interés para nosotros registra él el asunto, es una cuestión personal.
Como el siente lo que le pasa a la gente, entonces al hacer nuestro planteo que tiene que ver con la gente, el tendrá afinidad con lo nuestro porque lo que le pasa a las personas no le es ajeno. Si no no será un buen comunicador a la hora de comunicarse con la gente. Facilita el contacto con la gente, es un componente muy importante.
El que tiene una cuestión sólo de reivindicación de la propia imagen no tiene conexión suficiente con nuestro proyecto. El que quiere el aplauso no nos conviene porque es poco. Salvo que quiera algo muy grande y entonces sí nos interesa. Ejemplo de la transmisión en cadena por satélite a todo el mundo.
Estos elementos son interesantes en nuestra compositiva motivacional, pero a causas grandes le corresponden motivaciones grandes, deben ser homogéneas. Asimismo, si se lograra una mentalidad colectiva, una conciencia colectiva, por ejemplo: «si no lo hacemos nosotros no lo hace nadie» sería homogéneo aunque sea salvacionista.
Si no está esto, si no está lo de la cucharita, si no está lo visceral, si no está lo de la imagen de sí (autoafirmación), si no está lo de los grandes aplausos, esto no va a ser muy interesante. Son motivaciones aprovechables en el sentido de nuestra finalidad.
Los motivacionales, los psicoanalistas, son adaptadores sociales para que todo siga como el sistema quiere. Adaptan a las personas al sistema establecido. Llevan todo a lo chiquito. No es interesante lo que lleva a la particularidad.
Nuestra finalidad es otro tipo de sociedad, con otra sígnica, sin sufrimiento, etc. Necesitamos para ello un tipo de intenciones humanas que no puedan ser detenidas. «Que desaparezca el sufrimiento!». Ningún sistema conocido es interesante para nosotros. Las particularidades van en contra, son torpezas. No serán homogéneas con el proyecto.
Todo lo que lleva a la particularidad no encaja con el mundo que se viene. Hay un proceso de mundialización y sólo lo global es homogéneo con este mundo.
En otra época se hubiera constituido de otro modo este equipo de ocho personas.
Síntesis: No mucho lío con las motivaciones siempre que no traben las finalidades. Es interesante ver las motivaciones desde este punto de vista, no desde un punto de vista terapéutico. Motivación grande sí, motivación chica no.
Siguiendo la hipótesis de un plan para cambiar el mundo, habría que considerar el tema de los centros neurálgicos del sistema. Estos son sin duda las armas y el dinero. La guerrilla, por ejemplo, quieren quedarse con las armas. Así surgen los del polifoquismo. Otros quieren quedarse con el dinero porque consideran que es más «limpio». Generar bancos y hundir la economía mundial.
Debe haber algunos que creen que no es posible manotearse ni la guita ni las armas, que no son posibles las revoluciones, que son planteos utópicos. Hay gentes que pueden estar enojados visceralmente, pero que no se unirán al proyecto porque están psicológicamente vencidos y no creen que lo nuestro sea posible.
No se va a poder hacer con acuerdos de varios sobre puntos mínimos ya que ellos no creen que sea posible, son «razonables». No basta un acuerdo en la idea.
Habrá que hacer algo sobre las creencias de aquellos que no tienen ni el dinero ni las armas. Debemos hacer creer a la gente que el proyecto es posible. Ellos han hecho creer a la gente que el proyecto no es posible. Veremos en la práctica qué resulta. No es tan deshonesto plantearlo así.
En materia de vías, interesará que sea cualquiera adecuada a la consecución del proyecto aunque personalmente no guste.