Las conectivas entre sentidos, memoria y conciencia, revelan aspectos de importancia del funcionamiento del psiquismo.
Estos circuitos conectivos trabajan en una compleja autorregulación.
Así, cuando el coordinador hace apercepción de la percepción queda inhibida la evocación e, inversamente, la apercepción de memoria inhibe la percepción.
Cuando están actuando los sentidos externos se frena la entrada de estímulos internos y viceversa.
La mayor interregulación aparece en los cambios de nivel de trabajo, en donde al ir aumentando el sueño (o disminuyendo la vigilia), se bloquean los mecanismos de reversibilidad, soltándose entonces con fuerza los mecanismos asociativos; por su parte, los mecanismos críticos al par que comienzan su trabajo inhiben a los mecanismos asociativos, al aumentar la vigilia.
Entre los sentidos también hay interregulación automática: cuando la vista amplía su umbral medio disminuyen el tacto, el olfato y el oído, sucediendo esto entre todos los sentidos (por ejemplo, se suele cerrar los ojos para oír mejor).