- Unicamente si has comprendido lo explicado hasta aquí, estás en condiciones de liberar la fuerza. Si no has entendido cabalmente los últimos puntos que, además, deberían convertirse en tu manera cotidiana de encarar la vida, conviene que los medites hasta que se te hagan claros y practicables. Si luego de largas y pacientes meditaciones te siguieran resultando obscuros, busca a aquellos que te preceden en el camino para que te ayuden en tu evolución del modo en que tú ayudarías a otros con menos experiencia, si te vinieran en consulta.
- Ahora sigue con atención lo que voy a explicarte, ya que se trata del modo de operar, necesario para producir el Gran Pasaje de la Fuerza.
- Recógete con sencillez en un lugar apartado de todo bullicio y junto a algún otro que te resulte afín y esté hermanado contigo en estas verdades. Lee en voz alta repitiendo hasta comprender el significado de esta relación, conocida como la “Guía del Camino Interno”.
- “Por el Camino Interno puedes andar obscurecido o luminoso.Atiende a las dos vías que se abren ante ti.Si dejas que tu ser se lance hacia regiones obscuras, tu cuerpo gana la batalla y él domina.
Entonces brotarán sensaciones y apariencias de espíritus, de fuerzas, de recuerdos.
Por allí se desciende más y más.
Allí están el Odio, la Venganza, la Extrañeza, la Posesión, los Celos, el Deseo de Permanecer.
Si desciendes aún más, te invadirán la Frustración, el Resentimiento y todos aquellos ensueños y deseos que han provocado ruina y muerte a la humanidad.
No elijas esa senda que está arreglada con seducción como una trampa.
Si en cambio, impulsas a tu ser en dirección luminosa, encontrarás resistencia y fatiga a cada paso.
Esta fatiga del ascenso tiene culpables: tu vida pesa, tus recuerdos pesan, tus acciones anteriores impiden el ascenso.
Esta escalada es difícil por la acción de tu cuerpo, que tiende a dominar.
Él debe ser observado y tu mente volar hacia espacios luminosos.
En los pasos del ascenso, se encuentran regiones extrañas de colores puros y de sonidos no conocidos.
No huyas de la purificación que actúa como el fuego y que horroriza con sus fantasmas.
Rechaza el sobresalto y el descorazonamiento.
Rechaza el deseo de huir hacia regiones bajas y seguras.
Rechaza el apego a los recuerdos.
Queda en libertad interior con indiferencia hacia el ensueño del Paisaje, con resolución en el ascenso.
La luz pura clarea en las cumbres de la gran cadena montañosa y las aguas de los-mil-colores bajan entre melodías irreconocibles hacia mesetas y praderas cristalinas.
No temas la presión-de-la-luz que te aleja de su centro cada vez más fuertemente.
Cuando en la gran cadena montañosa encuentres la ciudad escondida, debes conocer la entrada.
A ella llegarás en el momento en que tu vida sea transformada.
Sus enormes murallas están escritas en figuras, están escritas en colores, están sentidas.
En esa ciudad se guarda lo hecho y lo por hacer.
Pero a tu ojo interno es opaco lo transparente.
Los muros te son impenetrables.
Toma la Fuerza de la ciudad escondida y vuelve al mundo de la vida densa con tu frente y tus manos luminosas”.