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XIII – LOS PRINCIPIOS
- Distinta es la actitud frente a la vida y a las cosas cuando la revelación interna hiere como el rayo.
- Siguiendo los pasos lentamente, meditando lo dicho y por decir aún, puedes convertir el sin-sentido en el sentido.
- No es indiferente ya lo que hagas con tu vida. Tu vida, sometida a leyes, está expuesta ante posibilidades que puedes escoger.
- Yo no te hablo de libertad, te hablo de liberación, de movimiento, de proceso. No te hablo de libertad como algo quieto, sino de liberarse paso a paso como se va liberando del necesario camino recorrido, el que se acerca a su ciudad.
- Entonces, “lo que se debe hacer” no depende de una moral lejana, incomprensible y convencional, sino de leyes: leyes de vida, de luz, de evolución.
- He aquí los llamados “Principios” que debes observar si quieres ponerte en resonancia viva con todo el Universo del que eres su símbolo y su imagen.
- Ir contra la evolución de las cosas es ir contra uno mismo.
- Cuando fuerzas algo hacia un fin, produces lo contrario.
- No te opongas a una gran fuerza, retrocede hasta que ella se debilite, entonces avanza con resolución.
- Las cosas están bien cuando marchan en conjunto, no aisladamente.
- Las cosas están bien cuando marchan al mismo tiempo, no cuando unas se adelantan y otras se retrasan.
- Si para ti están bien el día y la noche, el verano y el invierno, has superado las contradicciones.
- Si persigues el placer, te encadenas al sufrimiento. Pero en tanto no perjudiques tu salud, goza sin inhibición cuando la oportunidad se presente. De ese modo te liberas.
- Si persigues un fin, te encadenas. Si todo lo que haces lo realizas como si fuera un fin en sí mismo, te liberas.
- Harás desaparecer tus conflictos cuando los entiendas en su última raíz, no cuando quieras resolverlos.
- Cuando perjudicas a los demás quedas encadenado, pero si no perjudicas a otros puedes hacer cuanto quieras con libertad. Cuando tratas a los demás como quieres que te traten, te liberas.
- No importa en qué bando te hayan puesto los acontecimientos, lo que importa es que comprendas que tú no has elegido ningún bando. Sea cualquiera tu posición, tu opinión o tu bando, allí no está la verdad completa, sino el ensueño. La verdad completa y la libertad surgen cuando adviertes que tu posición, opinión y bando son para ti, ensueños.
- Cada uno de tus actos crea contradicción o unión en ti. La contradicción y la unión se acumulan como se acumulan los actos en la memoria. De esta manera, por tus actos repetidos en una u otra dirección, se hará más fácil un sendero y más difícil otro. Pero no sólo ésto, ya que cuenta además, la importancia o gravedad que tiene cada acto que efectúes. Uno o muchos pequeños actos unitivos, no compensan a una gran contradicción.
- Cuando encuentres una gran fuerza, alegría y bondad en tu corazón o cuando te sientas libre y sin contradicciones, agradece a tu dios interior como si te agradecieras a ti mismo. Cuando te suceda lo contrario, pídele con fe y ese agradecimiento que acumulaste en tu interior, volverá convertido y ampliado en beneficio. Pero no puedes pedir a tu dios si antes no has tomado contacto con él, al despertar la Fuerza y al entregarle alegremente tu bondad. Cuanto mayor sea tu agradecimiento, mayor beneficio volverá cuando sea necesario. De este modo sencillo, llegarás a experimentar que tu inmortalidad y evolución dependen del crecimiento de tu dios interior.
- Jamás pidas a tu dios interno algo que se oponga a estos Principios, porque te dará de acuerdo a tu pedido (y tanto más, si es grande tu fuerza acumulada) y entonces, empezarás a encadenarte tú mismo.