El día segundo:
- Todo lo que hago, siento y pienso, no depende de mí.
- Soy variable y dependo de la acción del medio. Cuando quiero cambiar al medio o a “mi yo”, es el medio el que me cambia. Entonces busco la ciudad o la naturaleza o la redención social o una nueva lucha que justifique mi existencia… En cada uno de esos casos, el medio me lleva a decidir por una u otra actitud. De tal manera, mis intereses y el medio, aquí me dejan.
- Digo entonces que no importa qué o quién decide. Digo en esas ocasiones, que tengo que vivir, ya que estoy en situación de vivir. Digo todo ésto, pero no hay nada que lo justifique. Puedo decidirme o vacilar o permanecer. De todas maneras, Una cosa es mejor que otra provisoriamente, pero no hay “ mejor” ni “peor”, en definitiva.
- Si alguien me dice que aquel que no come muere, le responderé que así es en efecto y que está obligado a comer aguijoneado por sus necesidades, pero no agregaré a ésto que su lucha por comer justifica su existencia. Tampoco diré que éso sea malo. Diré con sencillez que se trata de un hecho individual o colectivamente necesario para la subsistencia, pero sin sentido en el momento en que se pierde la última batalla. Diré además, que me solidarizo con la lucha del pobre y del Explotado y del perseguido. Diré que me siento realizado con tal identificación, pero comprenderé que nada justifica nada.