El Propósito trabaja en el campo del sentido trascendente de la vida, corresponde a las aspiraciones más profundas, es algo que va más allá del tiempo y del espacio y se lo reconoce por la conmoción que produce. Se va configurando a lo largo del tiempo. Como trabaja en copresencia, “es una gran magia”, queda en copresencia y actúa. Genera automatismos muy importantes. El Propósito tiene que tener suficiente carga afectiva. Se orienta, no por la atención concentrada sino por los automatismos. Cargado y repetido hasta el automatismo. Cualquiera que se entrena en deportes sabe esto. El fenómeno se independiza de la atención y se suelta. Hay que saber injertarlo bien en uno. Los fenómenos de automatismo de copresencia se van a producir por “domar” la afectividad. Por repetición, el Propósito se injerta adecuadamente. Un trabajo sin propósito es un despropósito. (Material de las Cuatro Disciplinas)
Alusión al dios Shiva del hinduismo, alegorizado como un ser con muchos brazos.
Puedes meter en el propósito muchos pequeños propósitos, intereses. Es un proceso de transformación profundo, de trabajo interno. Si usted quiere subir, ascender, tiene que develar su propósito. Sin ese propósito ni siquiera entra, nada. En cambio si está claro en su potencia, invade los distintos niveles de conciencia, está copresentemente trabajando. Es necesario que ese propósito tenga una gran carga para que eso pase. Si eso está y se ha arraigado, estará operando, aunque no estés atento. Para nosotros ciertos fenómenos atencionales siguen trabajando, siguen moviéndose. Un ejemplo: tienes que llegar a donde tu amigo Antonio, sabes que queda en ciertos lugares y después de una o dos veces de ir, lo desatiendes, está dirigido. Has puesto en marcha una dirección, el piloto automático. Eso es muy extraordinario. Cuando hablamos de arraigar el propósito, ¿cómo lo arraigas? Con una carga afectiva. Con una carga sexual no basta. Tiene que ser con una carga afectiva.
En los místicos se ve la necesidad de fusionarse con la Divinidad. Es muy fuerte y obsesiva su carga afectiva. Es medio pariente4 de cuando te has enamorado fuertemente y sientes la necesidad de verla a ella o a él. (Apuntes de Reunión Informal de Escuela. PPDV – 10-4-2009)
El propósito se trabaja antes y se basa en los mecanismos de copresencia, y se suelta automáticamente siempre que lo hayamos cargado afectivamente. Se trabaja anteriormente al momento en que se tiene que soltar. Todo se moviliza en este momento. Tiene una gran magia. Es otra mecánica que la de la voluntad. Se potencia y se pone en acto. La clave es la carga afectiva, tanto para la introyección, como para la proyección. El deseo importante de producir un logro es lo que produce este logro. Ese deseo es casi una obsesión. Mientras más necesidad hay, más carga afectiva se mueve. El deseo fervoroso de desarrollo te empuja, pero el propósito tiene que estar muy claro. La carga afectiva es como una batería, un gran acumulador.