Al trabajar con la Disciplina se hace una rutina, con repeticiones de trabajos. La sustancia mental es tan inestable y móvil que no sabes cómo se presenta. Con la rutina vas fijando el trabajo. Si no vas logrando unos ciertos indicadores de los pasos, no puedes avanzar porque, si no, te confundirás para adelante. Es muy inestable y necesitas una rutina con indicadores claros porque los registros no pueden ser imprecisos. Son indicadores de los momentos de proceso. Cuando tienes ese indicador, saltas a otro paso. Y los vas haciendo repitiendo rutinas. Evolucionas hacia otra escala, a otro paso.Pero sucede que en toda esa experiencia te vas encontrando con momentos excepcionales. Los pasos e indicadores forman una estructura mental, estás formando una estructura mental que se corona con las comprensiones de los fenómenos extraordinarios a lo largo de tu proceso.

En el espacio de representación puede diferenciarse el objeto representado de la mirada o el registro desde donde se observa o se tiene noción del objeto. En la representación visual esto es muy claro, pero corresponde igualmente a todos los sentidos externos e internos.

Por otro lado, distinguimos tres tipos de profundidad en que se emplazan las representaciones:

  1. representación en “pantalla”;
  2. integración;
  3. inclusión o coincidencia de la forma límite con la “pantalla externa”.

Estos diferentes tipos de representación se trabajan en los ejercicios preliminares a la Disciplina.

En la Disciplina se trabaja solamente con representaciones en las que se está incluido. Se trabaja con la espacialidad de la conciencia; tal espacialidad es la que permite hablar de continente y de contenido.

Esta espacialidad se configura según las formas por las que se transita y, según el límite, será la acción que sufra dicha espacialidad y los otros contenidos (propios de esta espacialidad). Estamos hablando de una espacialidad variable, elástica, que se adapta a las representaciones. No hay un espacio mental fijo, sino que el mismo espacio toma características diferentes. En la disciplina se actúa entonces según formas que no son alteradas por los fenómenos de compensación. El estímulo evocado de tipo geométrico es el único que no es compensado por la conciencia del mismo modo que otras evocaciones, por la identidad que guarda la forma geométrica en su esencia. Sea esta más grande o más chica, siempre es igual a sí misma y, por lo tanto, la acción de forma que se experimenta es similar. Podría darse el caso de que se representara el límite de esta figura haciéndola transparente. Al proceder así, su espacialidad volvería a ser la espacialidad propia de la conciencia, y no la de la forma límite.

De las consecuencias vistas hasta aquí acerca de la acción de forma de la figura geométrica, consideramos de mayor interés su capacidad de poder modificar la forma mental (acción de forma sobre forma). Claro está que la que tiene tal capacidad no es simplemente la forma representable que tomamos como apoyo, sino aquella que obtenemos por proceso.

Ámbito de Trabajo

Esta Disciplina se trabaja diariamente en un lugar tranquilo y lo más silencioso posible, sentado, en postura psicofísica y relajada, con los ojos cerrados, de manera que el cuerpo dé las mínimas señales posibles.

Tiempo de trabajo

La preparación, el trabajo y las notas posteriores, en general no sobrepasan la media hora.

Proceso

Los registros (indicadores) son los que van a dar los tiempos internos y la dinámica propia del proceso. Son los registros psicofísicos (fenómenos concomitantes a la acción de forma) que indican el momento de pasaje de una forma a otra. De manera que, estando el operador incluido en la figura, registra la acción de forma de este paso. Los testigos van haciéndose más claros en las reiteraciones de proceso y en el cambio de una forma a otra.