El reforzamiento de los límites opuestos en lo cóncavo, desde el “cuenco” a la “bóveda”. La separación vertical como “mandorla”. Lo alto y lo bajo en el espacio de representación.

Reforzados los “cascos” cóncavos en sus completas circularidades, desaparecen los límites anteriores que permitían la esfericidad. Los cascos se presentan separados generando un vacío en los anteriores límites que tiende a “llenarse” por memoria, por copresencia del trabajo en el interior de la esfera. Al evitar que a partir de los cascos se reconstruya la esfericidad, se genera y se experimenta un vacío dinámico constante entre los dos “cascos”.

Tomo referencia de la dimensión vertical (y). A partir de allí refuerzo la bóveda (casquete superior) y el cuenco de abajo (casquete inferior) hasta que aparece la tensión producida por la mandorla.

Desaparecen los límites anteriores que permitían la esfericidad.

Ambos casquetes tienen que ser completos, adelante y atrás, y siempre internos.