Se ha avanzado desde el paso 7º (manteniendo las sensaciones en la cúspide el tiempo que parezca oportuno), al 8º en el que ya se marca el momento de “bajar” al plexo productor investigando las distintas opciones sensoriales: tal vez se pueda contar con sonidos; con sensaciones táctiles que pueden ir cambiando; con sensaciones odoríficas; con sensaciones visuales que puedan impactar en el plexo productor. Es importante que las distintas sensaciones que se usen logren movilizar el plexo productor transformándolas en representaciones (en energía que se utilizará para subir por los plexos). Las fuentes generadoras de sensaciones son muy variables, muy personales, y todo está sometido a la experimentación en este campo, por otra parte eso ayudará a entender el mecanismo de las traducciones y el mecanismo de las traducciones de sensaciones a energía psicofísica.
Importa registrar el sucesivo impacto de los distintos sentidos, comprobando como «pegan», como se traducen en el plexo productor y cuando parezca que esas sensaciones se han traducido suficientemente, se comienza a llevar ese “conjunto de sensaciones” (ya sin precisiones ni distinciones entre los distintos sentidos) como energía total que irá ascendiendo hacia la cúspide y allí quedará esa carga suponiéndose que con el paso de las horas se irá redistribuyendo en todo el organismo y quedará todo equilibrado y sin tensiones ni sobrecargas.
El trabajo de la segunda cuaterna es de sensibilización energética, así como la primera cuaterna fue un trabajo de producción y dirección energética y la tercera cuaterna será el trabajo de la transformación energética.