Se prepara la solución sulfonítrica (1 de ácido sulfúrico por 2 de ácido nítrico). Calentamiento y vaporización de la sustancia en ciclo cerrado, es decir, se recuperan los vapores para hacerlos pasar por la sustancia nuevamente. Aquí el aparato usado, conocido desde antiguo como “cisne”, es fabricado por el operador en base a cerámica blanca posteriormente esmaltada(19). El proceso termina cuando todo el cuerpo es atacado y queda reducido a pasta gris obscura(20).

(19) El «cisne» tiene que ver con los primeros destiladores que conocemos, encontrados en Tepe Gawra, en Mesopotamia, datados hace 5500 años. Se supone que eran usados para hacer perfumes.

(20) El proceso en el “cisne” tiende a hacer perder el “espíritu” del cuerpo, por ello la reiteración de los ácidos hirvientes hasta que el cuerpo quede “digerido” totalmente. En este paso no se pretende recuperar el “espíritu” como podría ocurrir en una destilación común (de ahí que las bebidas “espirituosas” estén relacionadas con la destilación de los alcoholes), sino todo lo contrario. Se trata de quedarse con el “cuerpo” hasta que esté totalmente inánime (sin “anima”). Hay fenómenos post mortem. Más abajo de la muerte está la vitalidad difusa.

Muy recientemente, en el siglo XIII, se usaba una maquinita gráfica para ver procesos, el árbol de la vida de la Cábala. Allí podemos ver Malkut más abajo de la muerte.

Llegar al cuerpo inánime demandará otros trabajos que terminarán con la sepultura del cuerpo en la “montaña”. Luego de numerosas extracciones y calcinaciones se estará en condiciones de obtener un cuerpo finalmente “muerto” (primeramente sin “espíritu” y luego sin “alma”). Se tratará de las cenizas de lo que fue un ser vivo.