Se agrega antimonio puro y se sube la temperatura hasta que el cuerpo funde con el antimonio. Se producen destellos significativos. Cambio de cualidad del cuerpo(26).
(26) Esta operación fue llamada “el triunfo del antimonio” por la luz radiante que aparece en el interior del balón de un modo un tanto sorprendente. Este paso y los fenómenos que lo acompañan son muy variables y dependen en alguna medida del manejo del “fuego de rueda”. Superar la temperatura límite lleva a la explosión del balón; no llegar a la temperatura mínima, impide el “cambio de cualidad” del cuerpo. El “cambio de cualidad” fue llamado también “transmutación” y, a veces, “transubstanciación”. Tales procedimientos y designaciones arrastraron a los alquimistas a un choque frontal con la religión oficial medieval ya que se creía en los ámbitos eclesiásticos, que la “transubstanciación” era un “misterio” propio de la conversión del pan y del vino en “cuerpo y sangre” de Cristo. Por otra parte, este hecho parece un remedo del procedimiento cristiano, cuando su inspiración arranca, en realidad, en el ambiente clásico de los Misterios de Eleusis. Mucho antes de esa época hay indicios de “cambios de cualidad de las substancias” en los cultos tectónicos del Asia Menor, de los que Cibeles es una de las divinidades más significativas. Por supuesto que hay antecedentes también en la Alquimia china