Ácido clorhídrico en 2 partes de agua pura. Se introduce el cuerpo en un balón de vidrio y se lo cubre con la dilución. En la trampa y el recipiente con agua pura, se registran escasas burbujas. Se inicia el proceso aplicando una suave llama que va aumentando gradualmente hasta que aparece el indicador de las burbujas. El ritmo de salida de las burbujas debe ser lo más parejo posible, en todo caso debe aumentar y no disminuir. Se incrementa la llama hasta que aparecen en el balón las trazas de colores. En este punto se mantiene la temperatura y el paso termina cuando aparecen las agrupaciones rojas brillantes(12)

(12) En ese paso, se mortifica primeramente la sustancia con un ácido suave. Podría ser limón o vinagre, pero en nuestro caso ácido clorhídrico diluido (ácido «muriático»). Después aparecen colores que cambian: en este paso aparece la vistosa “bandera alquímica”, con sus colores rojo, blanco y negro. Más adelante aparece una pequeña mancha roja brillante que va ampliándose. Estas agrupaciones rojas brillantes son conocidas como los “rubíes”. El aparato conocido como “trampa” sirve para permitir la salida de gases, cosa que se puede seguir al observar el desprendimiento en el agua. Si el desprendimiento se detiene por enfriamiento del ambiente los volúmenes de gas se contraen y provocan una succión del agua a menor temperatura (a lo que se llamó “regresión”), que termina haciendo explotar al balón.