Tradicionalmente, hemos considerado como organismos del Movimiento a la Comunidad para el Desarrollo Humano e, igualmente, al Partido Humanista. El primero, en su carácter de organismo social y cultural sigue, desde hace años, sin ser utilizado plenamente después de haber cumplido con excelentes servicios. Otro tanto ocurre con el Partido Humanista que no se ha dinamizado en todos los países en los que actúa el Movimiento. Sin embargo, ambos por su madurez, porque su diseño y sus bases conceptuales han sido echadas, porque existe alguna experiencia en su desenvolvimiento, están a disposición de quienes quieran participar ya que funcionan autonomamente en los ámbitos nacionales y sin la dirección del Movimiento. Por tanto, es en esos ámbitos en los que la gente intersada debe decidir acerca de sus tácticas, composición y modos de trabajo. De hecho, en ellos actúan unos pocos miembros de la estructura, mientras que la mayoría se abocan a la diversidad de actividades que se multiplican en el Movimiento y a nadie se le puede ocurrir, motivado por su entusiasmo, forzar unilateralmente la actividad partidaria de los miembros del Movimiento que no se sienten dando lo mejor de sí en ese campo. En otro orden, la Internacional Humanista debería concentrarse en la coordinación de acciones exclusivamente internacionales ya que por sus características no puede ni sugerir, ni mediar, ni orientar a los partidos nacionales. Otra función de importancia es la de fortalecer vínculos con partidos no humanistas y agrupaciones gremiales y estudiantiles que han pedido ser reconocidas. La labor de hacer llegar materiales de esclarecimiento y acción a esos partidos y agrupaciones debe ser una de las tareas más importantes de la Internacional. Será pues interesante que hoy mismo se proceda a esclarecer sobre este tópico conceptual y que la Internacional acote con precisión la actividad a partir de su reunión específica de mañana.