El nuestro es un pequeño movimiento internacionalista en el que los adherentes, simpatizantes y colaboradores, son el conjunto mayor. En estos seis meses, dicho conjunto creció significativamente. Se supone que, actualmente, este volumen es 5 veces mayor que el de la estructura organizada del Movimiento. No estamos considerando en este conjunto a personas que ocasional o coyunturalmente optan por alguna propuesta particular del Humanismo. Así es que aquí no hablamos de votantes, o afiliados, o asistentes a eventos culturales, o encuentros sociales, o actos en los que el Movimiento se expresa ocasionalmente. Los adherentes, simpatizantes y colaboradores son aquellos humanistas que estan en contacto directo con la estructura, adhiriendo en la práctica y, sin mediar ningún compromiso, a los planteos generales. Estas son pues, personas del Movimiento en pleno sentido. También son parte del Movimiento aquellos que en razón de sus actividades, o de dificultades estructurales, o de diferencias personales, se autoexcluyen de la organización adhiriendo, sin embargo, a los planteamientos generales. El conjunto citado es, en realidad, el destinatario fundamental de toda la actividad del Movimiento Humanista.
Veamos los rasgos que en este semestre presentó el cuadro, es decir la estructura organizada del Movimiento.
De un total de 21.000 miembros se pasó a 25.000, o sea hubo un crecimiento del 22%. Los datos compositivos fueron: un 54% de hombres y un 46% de mujeres. Las franjas de edad más destacadas se radicaron entre los 18 a 24 años con un 32%; de 25 a 31 con 27% y de 32 a 38 con un 16%. Los porcentajes ocupacionales más significativos fueron: empleados 32%; estudiantes 32%; independientes 14%; profesionales 5% y obreros 3%. Aquí no consideramos otras franjas.
Sin contar los crecimientos en países recientemente abiertos, los aumentos en números importantes se verificaron en Colombia, Argentina e India. Y en relación a los números totales encontramos estructuras númerosas en Argentina, Colombia, Italia y España. Pero el crecimiento de adherentes, de acuerdo al objetivo fijado para el semestre, establece resultados significativos también en otros países.
Hemos desaparecido de Polonia, Emiratos Arabes y Sudafrica. Y no contamos con estructuración mínima en: Finlandia, Suecia, Israel, Jordania, Alto Volta, Congo, Nigeria, Túnez, Turquía, Ucrania, Cuba y Australia. Es decir que de 70 países en los que se considera existente el Movimiento, en realidad debemos contar solamente a 55. Pudiera ser que en algunos de ellos, dada la tónica del semestre, existiera un conjunto aceptable de adherentes, pero esto no está confirmado.
En cuanto a las actividades desarrolladas y que se refieren al arraigo en la base social. Antes se comentó la tónica de crecimiento experimentada en locales, es decir, en centros de comunicación directa y hojas de barrio. De aquello se puede concluír que la tendencia al arraigo en barrios tiende a crecer. El trabajo barrial ha ido más lejos al multiplicarse la actividad en las viviendas en las que las reuniones y el diseño del trabajo barrial va cobrando impulso. De hecho, solamente en la medida en que los locales apunten a establecerse en los barrios como referencia en el lugar (pero apuntando a que la actividad se desarrolle en las viviendas), aumenta el número de adherentes y de miembros de la estructura. De otro modo, la acción del local no es expansiva sino centrípeta en su intención de concentrar en él todas las actividades. Ya sabemos que la mecánica de arraigo comienza cuando se convoca a la gente del barrio a que colabore en producir material de difusión, cuando luego se abre un local y cuando, finalmente, las actividades se centran en las viviendas de los vecinos. Esto significa que en muchos casos se puede partir directamente de la vivienda, sin pasar por el local cuando, por ejemplo, el iniciador del proceso está radicado precisamente allí. Lo que parece dificil de sustituír es la producción de material necesario para la difusión directa. Y algo que no puede dejarse de lado es la reunión semanal en la que se trabaja en conjunto con los materiales del Movimiento.
En los barrios, a menudo se encuentran pequeños grupos de base de diversas tendencias sociales, políticas o religiosas y con ellos el Movimiento trata de organizar coordinadoras de acción para lograr una mayor efectividad en la solución de problemas que afectan al conjunto, o en la lucha por lograr reivindicaciones puntuales. Siempre el criterio con el que se dinamizan esas coordinadoras está basado en la reciprocidad de las acciones. Esa es una condición fundamental para que se produzca el desarrollo conjunto. Un punto que también se está teniendo en cuenta crecientemente, es el del acceso a las pequeñas emisoras de T.V. y radios barriales o comunales, en las que los miembros del Movimiento van ganando experiencia al llevar sus comunicados de Prensa, al participar de programas y al producir luego sus propios «enlatados» que pueden ser propalados de modo diferido. Tampoco se está descartando la colaboración activa con las pequeñas publicaciones del lugar a las que nuestros amigos brindan su apoyo sin que estas sean nuestras hojas de barrio.
Una carencia que se ha notado en esta etapa del arraigo es en los centros de estudio escolares y universitarios y también en la actividad gremial. En efecto, el punto de arraigo de los trabajadores y estudiantes es el lugar de trabajo y estudio y es allí, aparte de la vivienda, en donde se debería desarrollar una enérgica acción a través de la fundación de nucleamientos estudiantiles y gremiales que pueden comenzar su trabajo desde la creación de hojas que difundan nuestro programa y punto de vista sobre los problemas puntuales que sufren estudiantes y trabajadores.