Hemos dicho que la mitad de nuestra estrategia se basa en ponderar exactamente qué pasa con el sistema en cada momento. Si el humanismo se desarrolla con fuerza en un punto que pueda servir como efecto demostración y la otra fuerza (el sistema) no tiene problemas, la revolución no va. La dirección multinacional vería esta revolución como una cosa hostil. Las cúpulas de la banca y las multinacionales lo verían como algo muy peligroso. Una de las funciones de la armada imperial será (comienza a ser ya) la de hacer intervenciones rápidas para «defender la democracia».

Cualquier cosa que hagamos debe hacerse con prudencia, inteligencia y cálculo. Cualquier cosa exitosa si se maneja mal se puede convertir en una monstruosidad.

fin de la tercera charla