La concentración económica ha bajado al ciudadano medio, al pequeño industrial, al pequeño comerciante, al mediano y pequeño productor agrario. El mal manejo de los créditos por parte de la banca puede crear situaciones socialmente explosivas.

Hemos visto el tipo de stress, temor e incapacidad de compromiso que la presión crediticia genera en un individuo. Pero el sistema financiero no está actuando sobre un individuo sino sobre millones, habría que multiplicar este caso típico por millones para poder comprender el nivel de tensión en que se debaten las poblaciones del mundo.

La banca opera también sobre sectores (agrario, construcción…) haciendo promociones de créditos que por lo general corresponden a propuestas del FMI u otro tipo de entidades con el fin de potencializar el sector a las demandas de la regionalización, apertura… etc. Veamos por ejemplo como operó la banca en el caso de Chiapas (México):

En las épocas de las negociaciones del NAFTA, México hizo muchos ajustes en su economía con el fin de ponerla en situación de lograr el acuerdo. Se elaboraron planes de rápido ajuste y desarrollo de muchos sectores en muchas regiones, para lo cual la banca elaboró sistema de créditos y financiación. En Chiapas se prestó dinero a los campesinos medios para que compraran vehículos para el transporte, tecnología agrícola e insumos agrarios.

Los campesinos adquirieron los créditos y compraron lo que necesitaban, pero el tiempo de devolución de los préstamos (más los intereses) nunca corresponden al tiempo de las inversiones, por lo tanto, gran parte de los campesinos no pudieron pagar los préstamos. La banca operó solicitando la devolución de muchos de los artículos vendidos, embargó tierras y plantaciones para pagar los saldos y por acción de los remates injustos recuperó lo que había entregado por la mitad de su precio y además se apropió de gran cantidad de tierras. Este fue uno de los factores (no el único) que contribuyó a precipitar las explosiones de Chiapas que todos conocemos.