Vemos que a un trabajador medio no le alcanza su sueldo mensual para comprar muchas de las cosas que necesita, entonces recurre al crédito. De esta forma continuamente está sacando cosas a crédito, lo que hace que su sueldo siempre esté embargado varios años a futuro.
¿Qué pasa en esta situación si este trabajador tiene un accidente que no cubra algunos de los seguros que le embargan su sueldo, o se le presente un imponderable para el que no tenga seguro y que lo obligue a salirse del presupuesto? Sucede que no puede cumplirle al sistema financiero y entonces las entidades crediticias le solicitarán la devolución de algunos de los artículos, procederán a embargar su sueldo y bienes, podrá perder su casa o ser desalojado de su lugar en arriendo (al no poder pagar) y finalmente (en el mejor de los casos) tendrá familiares y amigos a quienes pedirle ayuda durante algún tiempo y dispersará su familia en varias casas.
En síntesis, en esta cuerda floja e inestable de la cadena crediticia, un pequeño accidente puede terminar dejando al acreedor medio sin bienes, sin empleo, endeudado y con la familia fraccionada.
¿Qué pasa con un individuo (que ya son millones), que vive esta situación de inseguridad e inestabilidad…? Sencillamente vive sometido a un gran stress. Pensando todo el día y todos los días qué hacer para pagar sus compromisos. Cómo conseguir otras fuentes de ingreso y trabajo. Piensa en dinero todo el día, no necesariamente porque sea su valor principal, sino porque el sistema financiero lo ha encerrado de tal manera que no le da otra opción.
En esta situación que hemos descripto, ¿qué pasa si hay una huelga con demandas justas? ¿Qué hará el trabajador, se pliega a la huelga o no, apoya la huelga o no? ¡No! El trabajador dice: ¿cómo me voy a plegar a la huelga con todas las deudas que tengo?, ¿quién responde por todo eso si pierdo mi trabajo? Observamos como la cadena crediticia en la base, fragmenta los tejidos de relaciones laborales donde reside la fuerza en el sector trabajador.
Si a todo lo anterior sumamos los problemas de inflación, carestía, recesión económica y desocupación, no podemos extrañarnos del estado de stress y temor generalizado que afecta a amplias masas poblacionales y las paraliza en dirección al cambio, hay mucho temor; no es raro que la gente se acobarde.