1992
En el 80 decíamos que la URSS era un cascarón vacío, que la gente no lo creía, que el socialismo real no existía, y no lo escucharon. Si ahora salimos a explicar, tampoco nos van a escuchar. Así que esta es una época de acción: acción que apunte a reconstruir el tejido social, a dar referencia y a direccionar procesos.
Nosotros apuntamos a poner en marcha tales acciones. Alguien podría decir: «El Movimiento es una pequeña hormiga sumergida en un universo social inmenso y frente a colosos poderosísimos. Ante la inmensidad de lo que hay que modificar parece más sensato concluir: No hay nada que hacer».
Tal cinismo, aparte de ser aburrido y de no gustarnos, montaría el imperio del nihilismo y el absurdo existencial, así que al Movimiento no le queda otra que «colocarse en zona» (esto en el lenguaje deportivo significa estar listo para entrar en juego) y generar acciones que reconstruyan el tejido social, den referencia y direccionen procesos.
Porque asistimos a una época en que en todo el mundo las estructuras de base ya no son estructuras de base, sino cascarones vacíos. En todo el mundo hay un sordo clamor de los pueblos solicitando referencia, pidiendo factores aglutinantes.
El Movimiento en su estructura, organización, proceso y dirección, responde a un particular momento histórico. No disparamos un proceso de cierta dirección sólo porque nos gustaba por ahí. Estuvimos y estamos respondiendo a un momento histórico con un planteo, una organización y una dirección acorde a las características del momento histórico. Así que el tema hoy es reconstruir el tejido social, dar referencia y orientar procesos y todo eso en la acción.
Cómo lo hacemos?
Cómo se relaciona lo anterior con la propuesta del Movimiento, en el documento que se presentó en la reunión semestral?
Veamos qué pasa si pensamos en el desarrollo de una comisión, por ejemplo.
Un miembro de la estructura del M. genera en un lugar determinado un ámbito y hace una propuesta de acción. Para qué? Para aglutinar gente. No es un pretexto, es un ámbito real y una acción que tiene sentido, pero el objetivo mayor y global de todas las acciones que se emprendan es que la gente se aglutine.
El que hizo la propuesta y pone el ámbito, de inmediato suelta para que las personas se organicen como quieran.
Por ejemplo, se logra que las personas de la oficina, del barrio o de la universidad se vuelvan a relacionar. La comisión podría funcionar bien o no, es decir podría o no lograr los objetivos que se propone, pero de todas maneras estamos reconstruyendo el tejido social.
El que hizo la propuesta y pone el ámbito, orienta, pero no controla (alienta a seguir, destaca lo positivo, pero no dice qué hay que hacer o que hay que alcanzar un hito determinado). El está reconstruyendo el tejido social, dando referencia y direccionando el proceso en la acción.
En un CCD se produce el mismo fenómeno; se establecen relaciones, se reconstruye el tejido social en la acción. Esta es una época en que las personas ya no se referencian en las instituciones. Es una época en que las personas se referencian en otras personas. Ya no se referencian en partidos políticos tradicionales y poderosos, sino en individuos desconocidos (Fujimori, Perot). Es una lástima que todos ellos sean unos tipos cretinos.
Entonces, como las referencias ser n cada vez más personales, el Movimiento deber potenciar la generación de guías sociales.
Los códigos de la gente
Qué códigos hay hoy vigentes en la cabeza de la gente? El dinero, el sexo, la soledad, expectativas difusas y cambiantes, necesidad de estar con otros.
Cuando nosotros convocamos a reunirse «para nada», damos la posibilidad de que cada uno llene ese espacio con sus propios contenidos, tal como en el caso de las experiencias guiadas.
Esa convocatoria se abre a una amplia franja de códigos: alguno ir en busca de sexo, otro en busca de amigos, otro en busca de la posibilidad de hacer un buen negocio. No importa. Claro, los nuestros no deberían suponer que es «para nada», al contrario. Se trata sólo de formular una convocatoria abierta a todo tipo de códigos.