Nos hemos movidos con las normas durante años. Son las reglas de juego, pero en seis meses no las necesitaremos más.
Sería de mucho interés si nos quedaramos solamente con algunas sugerencias. Todo este sistema de artículos no tiene nada que ver con un movimiento voluntario, sino que tiene que ver con los Gobiernos o con Instituciones, pero no con gente que es voluntaria.
Necesitaremos un modo de trabajo que pueda estar perfectamente regulado por cinco o seis sugerencias. Queremos ir soltando la mano, ir abriendo, tener las manos libres.
No hay que desestabilizarse. No son las normas las que hacen funcionar el Movimiento, sino que es el espíritu de la gente. Son otros los factores de cohesión, éste no es un problema formal.
En estos seis meses nos atenemos a normas. No puede haber acuerdos que contradigan a las normas.
Está claro en ellas por ejemplo el tema de las colectas: son semestrales y punto; así que no hay colectas trimestrales o sobrecolectas. Las colectas se hacen entre los miembros del Movimiento y no afuera: no se le pide al medio inmediato, a los colaboradores, ni al plegamiento. En cuanto al monto, hay que ajustarse a lo que dicen las normas y el Consejo de más alto nivel define que el mínimo sea igual al máximo posible, es decir un cuarto del sueldo promedio del país.
El tema de las misiones también está claro en Normas y se pueden dar también a los delegados de equipo, aunque no afuera del país.