Tenemos que revisar las interpretaciones hechas hasta aquí, válidas en su momento de proceso, pero no para lo que ahora queremos.

Es interesante revisar en nosotros también, en los orientadores, en nuestras cabezas, y ésto se conecta con el trabajo interno, los paisajes de formación; es sólo una sugerencia de revisión silenciosa.

La diferencia de paisajes es cada vez mayor, cambia velozmente:

– ¿Cómo eran las condiciones de formación del Movimiento?

– ¿Cómo era el paisaje, las condiciones del Mundo?

– ¿Cómo era yo y cómo estaba cuando entré?

Este paisaje está influyendo en:

– Los lineamientos que damos.

– Los modos de contacto y relación con la gente.

– Como formamos a la gente.

Esos paisajes están cambiando permanentemente. Es oportuna la revisión para comprobar la no-coincidencia. Es una acción que tiene que ver con el trabajo interno, con la compresión de uno mismo. Pero éso va aún más allá, uno es orientador, el modo en que pone su cabeza influye a otros, implica a otras personas.

Estamos acostumbrados a ver estos paisajes de formación en el sistema con los políticos, con los instalados en el poder de todo tipo: social, económico, etc.

Sus paisajes se han formado hace 20, 30, 40 años y ahora ocupan lugares de «orientación» en la sociedad. Orientan en base a un mundo que ya no existe y proyectan sobre un mundo que cambia y que existe.

Entonces hablan de cosas que ya no existen.

Estos paisajes actúan también en nosotros. La diferencia es que nosotros sabemos estas cosas, que nos damos cuenta de ese desajuste que se dá en la relación interpersonal y social. En todo caso estos paisajes influyen en nuestra acción.

Si fuera sólo algo intelectual, no tendría mayor importancia, pero es un modo de relación con el mundo, con las personas, un tipo de sensibilidad en la relación interpersonal. Cuando hablamos de paisaje no implica solo cuestiones intelectuales. Son sensibilidades de otras épocas, que no coinciden con las actuales.

Es sólo una sugerencia para revisar los paisajes de formación. No es nada trágico. Sólo hay que comprender que algo debe cambiar en uno.

Seguramente en otras epocas treinta años no eran mucho. Ahora puede equivaler a cientos de años de otras épocas.

La sensibilidad de esta nueva generación presiona sobre los orientadores actuales.

Gente de una cierta edad ve que sus coetáneos se instalan en el sistema, en el poder. Entonces en los más antiguos podrían surgir «urgencias de realización», que corresponde a «instalación». Además ven que un alto % de su estructura es de menos de 24 años, es de otra generación, y que no tiene ninguna urgencia por instalarse.

Son momentos distintos y procesos distintos, es interesante.

Está bien que se experimente esta urgencia en lo personal, pero no estamos hablando de esto, sino de conjuntos humanos. Estas consideraciones podemos hacerlas en silencio en nuestras cabezas, hay que comprender estas urgencias pero no neurotizarse.

Los tiempos y los paisajes son importantes para nosotros. Futuros que se acortan en los paisajes vitales, futuros largos con mucho para elegir.

Consideramos, muy simplemente, como actúa el tema de los paisajes de formación en nuestras cabezas.
Hay roles que se formaron en nosotros en base a necesidades que se generaron en otras épocas, incluso dentro del Movimiento: roles, máscaras, personas, modos de comunicación que presentamos al mundo y que se produjeron así como se produjo el crecimiento de nuestra estructura: mecánicamente.
No hemos estudiado en particular este punto, pero podemos estudiar el rol de formación al estar en contacto con la gente nueva. Experimentamos una tensión especial y extraña y, sin embargo, hay afecto mutuo y buenas relaciones.

Esto pone a los orientadores en una situación asfixiante debido al esfuerzo en el mantenimiento de un rol. Parece que lo mejor sería disolver esas tácticas que producen asfixia. En lugar de ser una cosa que facilita, pasa a ser una máscara de hierro, asfixiante.

Sugiero que se reflexione sobre este tema. Seguramente si se pone cierta atención se modificaran algunas cosas.