Paisaje de formación
Recomendamos ahora trabajar con el paisaje de formación, con la presión generacional, las urgencias personales y los roles, actitudes, comportamiento en general.
Este trabajo no es diario ni permanente durante el semestre. Se trata de tener en cuenta estos temas, de estudiarlos, de captar como influyen el paisaje propio, la presión generacional del medio, los roles que tenemos, sobre los lineamientos estructurales que lanzamos los orientadores.
Es importante ver como opera el paisaje-creencias, como operan nuestras creencias, como operan las presiones de la generación propia, comprendiendo que nada tienen que ver con la estructura misma. Estas inquietudes propias, influenciadas por la presión generacional, las imágenes del propio paisaje no tienen nada que ver con el quehacer estructural.
Es importante captar las propias tendencias y ver con claridad que son «cosas mías que nada tienen que ver con la estructura».
Hay que ver lo que uno imprime en la orientación que da y que no es tema de la estructura.
El propio paisaje-creencias, las presiones del medio generacional, las inquietudes y urgencias personales se expresan en un comportamiento, en roles que pueden distanciarnos del trabajo estructural.
la presión generacional
Las presiones generacionales exigen resultados: a cierta edad hay que tener ya ciertos resultados; resultados rápidos, ya a determinada edad, se tienen ciertas cosas y está lo que uno hace con el Yo, con los roles, con la forma de ser y estar en el mundo «aprobada» por los demás. El obedecer a estas influencias del medio, lleva, por supuesto ¡en-otra-dirección!
Uno aquí carga, sobrevalora, el punto de vista de los demás sobre sí, uno se ve como desde afuera y atiende las valoraciones de gente de la misma generación y tiende a obedecer. Así se sale de lo propuesto por nosotros.
Es sabio advertir el problema generacional, pero hay que ver como se lo trabaja. Ahora proponemos sólo observar, luego surgirá la solución; cuando alguien descubra la solución, de inmediato la difundimos para todos.
En fin, vemos la presión generacional y también hacemos el estudio del comportamiento captando como influyen sobre las acciones de orientación.
Los roles inadecuados
Los roles pueden incomodar bastante el propio desempeño. Sabemos que los roles son formas de la personalidad de cada uno que se acomodan a los demás. Son códigos de conducta, son «paragolpes» que tenemos para las relaciones.
Estos roles se usan por cierto, también en el Movimiento, se han formado en este medio pero pueden estar fijos, pueden haberse fijado en cierta época y ya no van con la dinámica actual del Movimiento. Además, estos roles se mantienen, hay que hacer un esfuerzo en mantenerlos y a fuerza de sostenerlos, de aguantarlos, se siente asfixia, en lugar de adaptación a las relaciones. Hay que ver que el uso de ciertos roles me puede hacer sentir mal…
Hemos de captar estos roles de otra época que no van ahora y como el sostenerlos produce roces, incomodidad, asfixia, etc. Además, a veces se prefiere no verlos. Hay una actitud de no querer ver las propias cosas (?) que retarda los procesos de comprensión.
Atención con los roles que crean asfixia y distancia de los demás.
Estos comportamientos de otra épocas, estos paisajes-creencias, estos roles, modos de ser, pueden resultar útiles en ciertos momentos y muy inapropiados en otros; no convienen entonces, hay que revisarlos.
Si surge la incomunicación como consecuencia de los roles inadecuados puede darse la fantochada de un diálogo de máscara a máscara. Tampoco conviene. No hay registro de verdad interna, se siente una cosa y se aparenta otra.
Se da el caso que en otras épocas hemos asociado roles a niveles, cada nivel con su rol (?!). Esto es complicado, trae problemas serios.
Además, desde el punto de vista del conocimiento de uno mismo, que tiene que ver con el comportamiento, es importante conocer los roles adecuados y los no adecuados y es importante ver el paisaje de formación que inclina la acción de un modo u otro.
Hay que ver los roles que pueden crear lo contrario a la relación con el medio: incomunicación y asfixia.
A veces es bueno dejar de representar un rol y aceptar lo que el otro ve: que uno es una persona común y corriente, no tan extraordinaria…
Proponemos revisar el paisaje de formación, revisar lo expuestos que estamos a las presiones de la propia generación, revisar roles no adaptados al momento y ¿qué se hace? No se hace en este caso, sino que se deja de hacer.
Se deja de creer tanto en el propio paisaje, se deja de «obedecer» a presiones del medio, se dejan roles inadecuados y quedemos como gente tranquila, que los demás vean como lo que somos, sin tensarse en aparentar.
Recordemos: NO ayuda en la eficacia del propio proyecto y orientación estructural, las urgencias personales que tengamos por otros temas: Nuestra estructura NO es nuestra prótesis