La historia que vamos a tratar es la del hombre. En algún sentido, del hombre actual. No nos preocupamos ahora de otras posibles formas de vida “humana”, anterior o posterior a nosotros.

Esto no es un relato de acontecimientos, sino más bien la descripción de una estructura en sus líneas generales. Por eso hablamos de procesos de la Historia o de “sistema histórico” y no de historia a secas.

El problema radica en describir aquellos que constituyen al hombre, es decir su tiempo formalizado en las acciones humanas.

Siendo el proceso humano siempre distinto por las posiciones que ocupa, es aparente describir este sistema que se caracteriza por ser en cada instante diferente a sí mismo. Nos encontramos aquí con las mismas dificultades que al hablar del tiempo en la “Imagen del Universo”. Es decir, la historia es tan curva como el tiempo, se expresa según los tres Principios y se desarrolla según las tres leyes que antes hemos comentado.