Utilizamos el método en todos los campos siguiendo siempre estos pasos:

Primero

Limitación del sistema a estudiarse: generalmente, sistemas como la historia, la conciencia humana, la política y la naturaleza, están integrados por estos tres elementos. Importa pues, comprender en cada caso su mecánica, su desarrollo y los elementos fortuitos que irrumpen en cada momento. En el caso de la conciencia, por ejemplo, es fundamental comprender la mecánica que le sirve de base y el sistema biológico que permite su desarrollo, para comprender finalmente la movilidad azarosa de sus tiempos. En otros, como las organizaciones políticas, debe comprenderse la mecánica del grupo estudiado, la dependencia del contorno para su desarrollo y finalmente, los acontecimientos que no dependen del grupo, sino que viniendo desde el exterior actúan sobre él de modo insospechado.

Segundo

Una vez limitado el sistema, se pasa a descubrir los principios. O sea, ese sistema mayor escogido exige la comprensión temporal , exige la interpretación de los momentos que lo configuran. Los principios de diferenciación, complementación y síntesis, nos permiten comprender el sistema elegido, por el desarrollo del tiempo.

Tercero

Limitado el sistema y descubiertos sus principios, debe comprenderse las leyes que actúan a través del tiempo. Esto es:

Ley de finalidad

La finalidad del sistema elegido, nos permite comprender su situación actual, por el futuro. El hombre de hoy por el hombre de mañana.

Ley de concomitancia

Nos permite ver las relaciones que existen en el interior del sistema elegido. Tanto la política como la religión y la economía de un momento escogido de esa civilización funciona en estructura. El modo de producción, la religiosidad del pueblo, la política de la época, etc., coinciden en el mismo ámbito y por eso no se desarrollan independientemente, sino que todos marchan al ritmo del desarrollo del sistema.

La ley de discontinuidad

Nos hace buscar los elementos exteriores al sistema que de un modo u otro han influido en el desarrollo, invasiones, terremotos, variaciones climáticas violentas, enfermedades, ciencia y consecuencias inesperadas de la técnica, etc.

Esta ley, es particularización del gran sistema de azar. Es la que explica el desarrollo a “saltos” o discontinuo de todo el universo. Pero su aplicación se hace siempre sobre casos concretos. Ella trata de explicar los “saltos” o las variaciones de movimientos teniendo en cuenta sobre todo dos factores: la introducción de elementos extraños en el sistema (o bien la influencia de otros sistemas) y la aceleración, retraso, o detenimiento que estos elementos provocan en el estudiado. De este modo, la desintegración de una estructura política debe, a la luz de esta ley, interpretarse por la discontinuidad que surge en las funciones del sistema, merced a la influencia de factores excesivamente acelerados, retrasados o inertes que provienen del exterior o de otras estructuras. Las facciones, por ejemplo, que se producen en la citada organización, se explican por la diferenciación interna acicateada por presiones exteriores diversas y por los intereses que éstas generan, de modo desigual, en los miembros del grupo.