Cualquier persona creyente o no, puede participar de La Comunidad (hasta sus más altos niveles), observando este requisito: no tratar de influir con las propias creencias, a los demás miembros de La Comunidad.
Estamos hablando de no destacar las propias creencias en el seno de La Comunidad y no de suprimir la actividad que cualquier persona (creyente o no creyente), realiza en otros medios a favor de su postura.