Si alguien dice: “¡yo con más dinero sería feliz!”; debería consultar a lois que tienen más dinero para saber que ellos no han logrado la felicidad.
Si en cambio dice: “¡yo con grandes conocimientos, sería feliz!”; debería consultar a aquellos que considera sabios, para comprender que tampoco ellos han logrado la felicidad.
Podría revisar una larga lista de actividades y al final de la cadena hallaría el sufrimiento.
Por cierto que muchos confunden un breve instante de felicidad con un estado permanente o creciente de felicidad, a medida que pasa el tiempo.
Por ejemplo, un poeta podría decir: “me basta con una flor, para ser feliz”. Es claro que será feliz… por un corto instante. Eso mismo vale para cualquier actividad placentera.
Se puede ser político o apolítico, religioso o irreligioso, vegetariano o carnívoro. Sin duda que algunas personas se sentirán mejor en un bando que en otro, pero ese no es el punto.
El punto es lograr un estado creciente de felicidad, no un momento; o para peores, un estado cada vez mayor de infelicidad a medida que pasa el tiempo.