LA PARTICIPACIÓN EN LAS ACTIVIDADES DE NUESTRA COMUNIDAD, COMO CONDICIÓN NECESARIA PARA LOGRAR EL CAMBIO HACIA UNA VIDA PROGRESIVAMENTE FELIZ.
Una persona puede comprender todo lo explicado hasta aquí y además estar totalmente de acuerdo con ello, sin embargo no por ello experimentará en su vida un cambio positivo. Se entiende que si no hace algo en el sentido propuesto, todo quedará en una buena idea, o una buena intención.
Esa persona, podría desear estudiar en sí misma las tres vías del sufrimiento para lograr la comprensión de sus problemas y además, podría querer poner en práctica los Principios a fin de modificar su conducta y sus hábitos mentales que la llevan al sufrimiento. Tal persona se encontraría con que al poco tiempo habría olvidado todo lo que se propuso o bien, no habría olvidado las ideas generales pero no podría aplicarlas; no podría mantener una actividad sostenida en la dirección de progreso.
La imposibilidad de hacer algo en esa dirección, solo y por cuenta propia, es consecuencia del peso de los hábitos adquiridos a lo largo de la vida, que obligan al individuo a hacer cosas opuestas a las que aquí se proponen.
La conclusión que se saca de todo esto, es desafortunada y puede expresarse así: NO SE PUEDE SOSTENER UN CAMBIO PROFUNDO, OPUESTO A LOS HÁBITOS ANTERIORES SI NO SE RECIBE AYUDA DE OTROS QUE ACTÚAN EN LA MISMA DIRECCIÓN. A esto se lo podría discutir cuanto se quiera, pero la experiencia enseña que si los hábitos son fuertes y, además, se vive en un medio en el que ocurre la misma situación, el individuo no puede modificarse y por tanto, no puede superar solo el sufrimiento.
Lo anterior, explica la necesidad del trabajo conjunto y justifica la creación y el engrandecimiento de nuestra comunidad.